ENCUENTROS
Tareas pendientes: OCTAVIO PAZ.
Algunas de sus ideas claves
Por: Mu-Kien Adriana Sang Ben
Las palabras
Dales la vuelta,
cógelas del rabo (chillen, putas),
azótalas,
dales azúcar en la boca a las rejegas,
ínflalas, globos, pínchalas,
sórbeles sangre y tuétanos,
sécalas,
cápalas,
písalas, gallo galante,
tuérceles el gaznate, cocinero,
desplúmalas,
destrípalas, toro,
buey, arrástralas,
hazlas, poeta,
haz que se traguen todas sus palabras. Octavio Paz
cógelas del rabo (chillen, putas),
azótalas,
dales azúcar en la boca a las rejegas,
ínflalas, globos, pínchalas,
sórbeles sangre y tuétanos,
sécalas,
cápalas,
písalas, gallo galante,
tuérceles el gaznate, cocinero,
desplúmalas,
destrípalas, toro,
buey, arrástralas,
hazlas, poeta,
haz que se traguen todas sus palabras. Octavio Paz
En varias oportunidades me he definido como una
mujer que está hecha de palabras. Sí,
sí, porque las palabras escritas, pronunciadas, calladas o pensadas han guiado
mi vida. He dicho también que amo a los
autores que no solo saben lo que dicen, sino cómo lo dicen. Sin ser amante de
la escritura preciosista, que solo se interesa por la forma, adoro la forma en
que otros pueden plasmar con certeza y bella sus planteamientos. Repito de
nuevo, y no me cansaré de hacerlo, estos ENCUENTROS significan todo para mí,
pues desnudan sin rubor los rincones más profundos de mi alma.
Buscando material para la serie de artículos que
estoy escribiendo sobre mi tarea pendiente que se llama el gran Octavio Paz,
localicé una serie de tres publicaciones que se llamaron: Octavio Paz: Dossier,
en tres tomos. Dossier 1, Dossier 2 y Dossier tres. Fueron publicados por
Ediciones del Sur en el año 2004, como homenaje a este gran pensador del siglo
XX. El primero de los tres contiene una
exclusiva selección de cuentos, poemas y ensayos de Octavio Paz. El segundo y tercer tomos presentan una amplia
gama de escritos de diferentes intelectuales del mundo en el que reflexionan
sobre el legado de este gran pensador.
Volviendo al tema de las palabras. En el primer tomo o Dossier1, en la sección
dedicada a los ensayos, aparece un pequeño y hermoso escrito de Octavio Paz
sobre el oficio de escribir titulado "El Ritmo", cuyas ideas fueron
inicialmente expresada en la pequeña obra El Arco y la Lira. ¡Qué alegría tan
grande haber hecho este descubrimiento!
Gracias admirado escritor. Al leer sus palabras hice mías cada una de
ellas hasta con sus signos de puntuación. Amé lo que dijo y sobre todo, cómo lo
dijo:
Las palabras
se conducen como seres caprichosos y autónomos… El pensamiento no se resigna;
forzado a usarlas, una y otra vez pretende reducirlas a sus propias leyes; y
una y otra vez el lenguaje se rebela
y rompe los diques de la sintaxis y del
diccionario. Léxicos y gramáticas son obras condenadas a no terminarse
nunca. El idioma está siempre en
movimiento, aunque el hombre, por ocupar el centro del remolino, pocas veces se
da cuenta de este incesante cambiar….El idioma es una totalidad invisible; n lo
forman la suma de sus voces, del mismo modo que la sociedad no es el conjunto
de los individuos que la componen. Una palabra es incapaz de constituir una
unidad significativa. La palabra suelta no es, propiamente, lenguaje; tampoco
es una sucesión de vocablos dispuestos al azar…. (Dossier 1, p. 288)
Y así con esta introducción, comenzó el gran
Octavio a hablar de las palabras, sus significados y la construcción de las
ideas. Una palabra, afirmaba, no tiene
significado en sí misma. Es el conjunto
de las palabras, que forman las frases y las oraciones, que expresan el
pensamiento, el sentimiento y la idea: "La frase es una totalidad
autosuficiente; todo el lenguaje, como un microcosmo, vive en ella. A semejanza
del átomo, es un organismo solo separable por la violencia…el lenguaje es un
universo de unidades significativas, es decir, de frases…" (P. 289)
Y, decía, a través del lenguaje de símbolos o de
palabras, nos comunicamos con el otro, decimos lo que pensamos y bautizamos a
las cosas. Algunas personas, dudan de
todo, incluso de las palabras. Esta
absurda reserva es una actitud intelectualoide e insensata, pues como dice
Octavio Paz, "la confianza ante el lenguaje es la actitud espontánea y
original del hombre…la fe en el poder de las palabras es una reminiscencia de
nuestras creencias más antiguas: la naturaleza está animada, cada objeto posee
una vida propia; las palabras, que son los dobles del mundo objetivo, también
están animadas. El lenguaje, como el universo, es un mundo de llamadas y
respuestas; flujo y reflujo, unión
separación, inspiración y espiración. Unas palabras se atraen, otras se
repelen y todas se corresponden".
(p.291)
Paz en el ensayo aborda la escritura poética. Afirma que el poeta no es un mago, aunque
tenga una visión mágica del cosmos, "aunque el poema no es hechizo ni
conjuro, a la manera de ensalmos y sortilegios el poeta despierta las puertas
secretas del idioma. El poeta encanta al lenguaje por medio del ritmo. Una
imagen suscita a otra." Así la función predominante del ritmo distingue al
poema de todas las otras formas literarias:
Destino del
Poeta
¿Palabras? Sí, de aire,
y en el aire perdidas.
Déjame que me pierda entre palabras,
déjame ser el aire en unos labios,
un soplo vagabundo sin contornos
que el aire desvanece.
También la luz en sí misma se pierde.
¿Palabras? Sí, de aire,
y en el aire perdidas.
Déjame que me pierda entre palabras,
déjame ser el aire en unos labios,
un soplo vagabundo sin contornos
que el aire desvanece.
También la luz en sí misma se pierde.
El gran Octavio compara el ritmo de la poesía con
el toque del tambor, con el tiempo dividido en porciones homogéneas. La
intensidad rítmica dependerá de la celeridad de los golpes y de sus intervalos,
porque decía, "el ritmo proporciona una expectación, suscita un anhelar.
Si se interrumpe, sentimos un choque..." (p. 298)
Y aquí comienza entonces una de las más hermosas
conclusiones: El ritmo en las palabras no es exclusivo de la poesía, sino de la
escritura toda entera, pues más que medida es una visión del mundo.
"Calendarios, moral, política, técnica, artes, filosofías, todo, en fin,
lo que llamamos cultura hunde sus raíces
en el ritmo. Él es la fuente de todas nuestras creaciones." (p.300)
Así pues, para escribir hay que amar la vida y la
humanidad. Para concatenar ideas y palabras se necesita el don especial de la
pasión. Y, no olvidemos, que aunque
escribamos ensayos, poesías, historia, novelas, textos científicos, debemos
mantener el ritmo, la cadencia, para que el lector no se angustie, para que la
lectura más que un tedio se convierta en pasión. Amo escribir, adoro plasmar en
palabras mis ideas y sentimientos. Adoro el deleite de ver materializado,
dibujado y recreado los colores de mi alma:
La frase poética es tiempo vivo, concreto: es ritmo, tiempo original,
perpetuamente recreándose. Continuo renacer y remorir y renacer de nuevo. La
unidad de la frase, que en la prosa se da por el sentido o significación, en el
poema se logra por gracia del ritmo….Sin embargo, antes de estudiar cómo se
logra la unidad significativa de la frase poética, es necesario ver más de
cerca las relaciones entre verso y prosa. (p.310)
Espero que ustedes estén disfrutando tanto como yo
esta serie. ¡Qué bien me siento de estar
cumpliendo una parte de mis tareas pendientes!
sangbenmukien@gmail.com
mu-kiensang@hotmail.com
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