ENCUENTROS
Mujer y política. Reflexiones sueltas. En honor a Magaly Pineda
Por: Mu-Kien Adriana Sang
La mujer que camina', de Basilio Sánchez.
"La mujer que camina delante de su
sombra.
Aquella a quien precede la luz como las aves
a las celebraciones del solsticio.
La que nada ha guardado para sí
salvo su juventud
y la piedra engarzada de las lágrimas.
Aquella que ha extendido su pelo sobre el árbol
que florece en otoño, la que es dócil
a las insinuaciones de sus hojas.
Aquella a quien precede la luz como las aves
a las celebraciones del solsticio.
La que nada ha guardado para sí
salvo su juventud
y la piedra engarzada de las lágrimas.
Aquella que ha extendido su pelo sobre el árbol
que florece en otoño, la que es dócil
a las insinuaciones de sus hojas.
La mujer cuyas manos son las manos de un
niño.
La que es visible ahora en el silencio,
la que ofrece sus ojos
al animal oscuro que mira mansamente.
La que ha estado conmigo en el principio,
la mujer que ha trazado
la forma de las cosas con el agua que oculta
la que ofrece sus ojos
al animal oscuro que mira mansamente.
La que ha estado conmigo en el principio,
la mujer que ha trazado
la forma de las cosas con el agua que oculta
Cuando viví en París en los años 80 para estudiar historia, se iniciaba el
movimiento feminista. Y esta provinciana
santiaguera tuvo que aprender mucho, romper grandes y profundos paradigmas,
para no decir prejuicios. Al llegar al
país, me encontré con el discurso novedoso y atrevido para la época de Magaly
Pineda. Sus ideas me parecían muy extrema. No me sentía, lo confieso, preparada
para asumir su discurso como mío.
En los años 90, cuando dirigía el Proyecto para el Apoyo a las Iniciativas
Democráticas (PID-PUCMM-USAID), Magaly fue a verme para vislumbrar la
posibilidad de presentar un proyecto en el que se buscaba incentivar la
participación política de la mujer. Fue
aprobado no solo una vez, sino que obtuvo dos nuevos financiamientos por su
excelente ejecutorias.
Ahí aprendí una nueva estrategia: la promoción de las alianzas entre las
mujeres, sin importar sus ideologías, con el simple objetivo de conquistar
espacios políticos en el cerrado mundo masculino de la política. En esa vorágine accedí a defender las cuotas
de las mujeres en los puestos electivos a nivel congresional como municipal.
Defendí la creación de la Secretaría, hoy Ministerio, de la Mujer. Defendí la
Ley auspiciada por todas las mujeres acerca de la violencia intrafamiliar.
Hoy, más de dos décadas después de esta interesantísima experiencia, quiero
hacer algunas reflexiones. Después de
vivir la decepción de algunas mujeres que han asumido la primera magistratura
me pregunto muchas cosas.
Recuerdo los escándalos de Mireya Moscoso la ex Presidenta de Panamá. No
puedo olvidar las acusaciones de corrupción, tráfico y conducta impropia de la
Gobernadora de la isla de Puerto Rico, Sila Calderón quien hoy vive alejada de
la política. El nombre de Dilma Rousseff
me golpea, la mujer que nos alentó la esperanza, espera inquieta su muerte
política (aunque conociendo América Latina, lo más probable es que sea
temporal). Por su lado, como ya hemos dicho, Michelle Bachelet, después de un
gobierno que la colocó en la estratósfera del escenario político mundial
durante su primer período, ha sido cuestionada por nepotismo.
En este período electoral las mujeres han sido colocadas en la palestra.
Tenemos una mujer candidata a la Presidencia, Minou Tavares Mirabal, con
ínfimas oportunidades. Margarita Cedeño repite en la candidatura
vicepresidencial del PLD. Mary Cantisano es la acompañante de la boleta de
Guillermo Moreno. Carolina Mejía acompaña a Luis Abinader. Y hasta Pelegrín
Castillo tiene una mujer como compañera, Daysi Sepúlveda.
Desde hace un tiempo se ha estado discutiendo que las mujeres han
disminuido en la representación congresional; a pesar del sistema de cuotas,
como ya se ha dicho en otros artículos.
A nivel de la representación municipal la situación es un poco
diferente, pero no es una presencia significativa.
Quedemos claros. Soy defensora de los derechos de la mujer y de la
participación política y social. Sin
embargo cuestiono hoy mi posición anterior de que las mujeres de cualquier
litoral político debían aliarse para ganar terreno. No puedo hoy defender esa posición. ¿Por qué
debo apoyar a una mujer corrupta solo porque es una forma de ganar mayor cuota
política? ¿Debo apoyar a mujeres que claramente utilizan sus espacios para
cometer los mismos errores que los hombres políticos que abusan del poder?
¿Debo apoyar a la mujer que defiende proyectos de leyes que laceran la vida
nacional, solo por el hecho de ser mujer?
En las boletas de este año aparecerán mujeres en todas las boletas. ¿Votar
por quién? Si todas son mujeres. ¿O
primará en esta ocasión el discurso, la defensa de proyectos específicos, su
capacidad expositiva, sus ideas en torno a la realidad dominicana?
No voy a creer lo que voy a escribir.
No puedo ya, no puedo, definitivamente no puedo, defender un proyecto
por el simple hecho de que una mujer lo enarbola. Quiero seguir defendiendo la voz femenina,
pero estoy cansada.
Voy a defender ideas, proyectos, programas, propuestas sin importar el
género de quién haga las propuestas. Voy a seguir defendiendo las minorías, los
que socialmente están excluidos por su condición de raza, color de su piel o
condición social. Voy a seguir soñando
con un país nuevo, diferente, justo… Voy a seguir impulsando la voz de las
mujeres. Quiero seguir siendo peligrosa, una mujer, una persona que piensa,
escribe y expresa sus ideas. Pero no quiero ya defender fórmulas manidas, pre
concebidas o de moda. No quiero. Me cansé. No quiero defender a mujeres que se han sumado
al tren de la política acríticamente, y asumen los roles impuestos, solo por el
interés personal.
Solo defenderé estaré al lado de las mujeres peligrosas. Al lado de las que
piensan con cabeza propia. A aquellas que se niegan a seguir los pasos
trillados que imponen los hombres con poder. Honraré a las mujeres que se
sacrificaron por sus ideales.
Finalizo estas palabras con el fragmento de un poeta de mi querida amiga
Carmen Durán
Social
MUJER NO SOY POETA (fragmento)
Mujer no soy
poeta para exaltar tu gloria, soy sencillamente
una mujer
historia, soy ese grito redimido que redime, soy tu voz, tu aliento, tu
esperanza, soy el grito de todas las edades, soy tú, eres yo, seremos todas en
las inmensas latitudes del planeta.
Somos abril y
mayo, febrero y junio, noviembre y marzo, somos todos los días con sus noches y
sus cantos, somos todos los años por venir y por quedarse.
Abril en la peremnidad
del tiempo, tiempo de mies y de cosechas.
A tí mujer que
casi adolescente le pusiste tu nombre a la Patria en combate.
A ti mujer de
abril florecido por siempre….
Para ti obrera
de la vida en el barrio, o en el campo, en el exilio obligado hacia lejanas
tierras, con tu voz, con tu aliento, con tu fuerza creadora, se construye la
historia….
Historia
milenaria sin límite de tiempo.
Acoge con mi
canto los laureles y junto a tantas otras cultiva la esperanza.
Es mi canto a tu
ejemplo de combatiente que edificas la vida sin violencias ni odios, donde la igualdad sea el norte señalado y la
equidad el logro de todo la soñado.
Constructora de
ejemplos, de dignidad sentida, cuando fuiste clarín de conciencias dormidas….
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