ENCUENTROS
Itinerario. Mi entrada
al siglo XX. Un nuevo hijo bastardo
La antigua escuela de
positivistas ha sostenido siempre que el comportamiento intrasubjetivo está
alejado de cualquier forma de comportamiento social. Sin embargo éste parece
todavía el mayor pecado, incluso de los más recientes enfoques de la
disciplina. Es quizá particularmente sorprendente que en la escuela de los
Annales hiciera esto...ya que están claramente preocupados por enfatizar los
roles de los participantes no estatales por desenfatizar el estado... Si
tuviéramos que pensar en términos de paradigmas en el sentido más estricto de
la palabra, en relación con la historia, entonces estos paradigmas estarían
relacionados con el análisis del comportamiento social en general. Un paradigma
debe tener su interpretación en cualquiera de las disciplinas de las ciencias
sociales y ser evidentemente el mismo. Este no es el caso de los llamados
paradigmas que actualmente se nos ofrecen en las tradiciones historiográficas.
Boris Berenzon Gorn [i]
Mi decisión de conocer el siglo
XX dominicano a través de la investigación era definitiva. Ya tenía 17 años
reflexionando sobre el siglo XIX. Quería leer otras cosas y conocer la realidad
dominicana más cercana. La oportunidad me llegó en 1997, cuando Eduardo
Latorre, amigo y a la sazón Canciller de la República, me pidió que hiciera un
trabajo sobre la historia de la política exterior en base a los archivos de la
Cancillería. Por supuesto que le dije que sí.
Cuando me dispuse, junto a las
dos personas a quienes solicité colaboració, Neicy Zeller y Walter Cordero, que
fuéramos a ver lo que había, nos espantamos. La palabra "archivo" le
quedaba grande a lo que existía. Eran
depósitos húmedos, mal olientes, donde los documentos estaban mal guarecidos en
cajas de cartón, sin criterio alguno y algunos incluso destruidos. Tomé la
decisión no solo de escribir un texto, sino de rescatar la mayor cantidad de
documentos, y de transcribirlos para que no se perdieran. Todavía recuerdo cómo encontramos "el
archivo" de la Feria de la Paz. Una gotera había hecho de las suyas y
prácticamente los documentos estaban destruidos por una gota de agua que los
golpeaba sin cesar en el mismo medio.
Solo pudimos rescatar algunos.
El proceso de organización y
rescate fue arduo. Pero el de
digitalización fue peor. Contratamos a una legión de jóvenes para transcribir
los documentos. La labor de revisión
estuvo a cargo de José Chez Checo, quien hizo una labor tit ánica en ese orden.
El resultado fue el siguiente: La Política Exterior Dominicana”
(1844-1961). tres tomos.
Tomo
I-Caminos transitados. Un panorama histórico, 1844-1861.
Tomo
II-La política exterior del dictador Trujillo (1930-1961),
Tomo
III-Disposiciones legales en política exterior (1900-1930).
El libro se puso a circular en el nuevo
salón de la Cancillería en junio del 2000.
El ex Presidente Leonel Fernández presidió el acto, y Rosario Espinal
fue la responsable de hacer la presentación y ponderó muy bien la obra. Este libro obtuvo el premio de Historia de la
Secretaría de Educación en el año 2001.
Tomando en cuenta el resultado, Eduardo
Latorre volvió a solicitarme ver si se podía hacer algo similar hasta
1974. Había poco tiempo para hacer un
trabajo con profundidad, pero mi deseo de rescatar más documentos del
ostracismo, me llevaron a decir que sí. En agosto 2000 le entregué un primer
borrador, pero no hubo tiempo de publicarlo. El nuevo incumbente, Hugo
Tolentino Dipp, apoyó tímidamente el proyecto, al ofrecer su respaldo para que
el Banco de Reservas lo publicara, tal y como había hecho con la primera
versión. Salió a la luz en el 2002 bajo los auspicios de la Cancillería y el
Banco de Reservas. bajo el título: La
Política Exterior Dominicana” (1961 - 1974). Dos tomos. Tomo I- “13 años de
Política Exterior. Apuntes para un nuevo enfoque. Y tomo II- “La
política exterior dominicana: Del caos al abandono (1961- 1974)”.
Este primer acercamiento a la historia
dominicana del siglo XX, y sobre todo en materia de relaciones exteriores y
política exterior, me llevaron por caminos nuevos en el conocimiento de la
política internacional. Tuve que leer sobre teoría, sobre la guerra fría, la
política norteamericana, los conflictos internacionales, las guerras mundiales
y las competencias inter imperiales entre el occidente y el mundo socialista.
Tener que leer sobre estos aspectos abrieron mis perspectivas.
Hoy en la distancia puedo sentarme a
evaluar. Creo que logramos rescatar documentos claves de un trozo importante de
nuestra historia. Sin embargo, los trabajos son muy desiguales. Los primeros tres tomos, que abarcan desde
1844 hasta 1961, tienen mayor análisis y profundización, debido, entre otras
cosas, a que tuve más tiempo de reflexionar.
Los segundos dos tomos, aunque rescatan importantes documentos,
especialmente el tomo 1, es inacabado. La prisa y la rapidez se impusieron. Es
mi segundo hijo bastardo. Que a pesar de sus deficiencias, lo amo, porque forma
parte de mi propia historia. Pero nunca, ni entonces, ni ahora, estuve conforme
con el resultado. A veces fui muy dura conmigo mismo. Pero son de las
decisiones que tomamos en la vida, que después nos arrepentimos.
Esa primera entrada al siglo XX me
permitió abrir horizontes intelectuales. Me adentré más en la teoría política,
tanto, que algunos amigos bromeaban diciéndome que me había vuelto politóloga
antes que historiadora. Comencé a leer
sobre teoría política. Coincidió con mis funciones administrativas en la
universidad, pues entonces dirigía el Proyecto para el Apoyo a las Iniciativas
Democráticas -PID, que apoyaba, defendía y fomentaba a las organizaciones de la
sociedad civil. Esta coincidencia hizo
que leyera también sobre los conceptos de democracia y sociedad civil,
obligándome a releer a los clásicos como Locke, Rousseau y a los teóricos del
tema como Salvador Giner, Malem Seña, Jean L. Cohen, Andrew Rato y Alejandro
Nieto, entre otros.
mu-kiensang@pucmm.edu.do
sangbemukien@gmail.com
@MuKienAdriana
[i]
Boris Berenzon Gorn, "La historia cultural, pasos y traspasos de un
paradigma", en Historia crítica del siglo XX, México, Universidad
Autónoma de México, 2004, p.186
No hay comentarios:
Publicar un comentario