ENCUENTROS
La Epifanía del Señor
Por: Mu-Kien Adriana
Sang
Reyes para Reyes Magos, de María Rosa Serdio
Un jueves por la mañana
se encontraba el rey
Melchor
escribiéndoles la carta
a los Reyes del Amor.
Y decía:
Oh mi amado Rey Gaspar,
tú que eres mi preferido
¿Me traerás cura de amor
para un mundo tan herido?
Luego, un viernes por la
noche,
tras la hora de cenar,
escribió su carta nueva
al rey Melchor, Baltasar.
Y le pedía, amoroso,
que trajera, por favor,
una cura milagrosa
para sanar el dolor.
Y el rey Baltasar,
pensando
qué le podía pedir,
escribía a su rey mago
diciéndole algo así:
Oh, mi amado rey Melchor,
tú sabes cómo te quiero
¿podrías traerme, porfa,
unas ramas de romero,
unos libros de colores,
un globo con corazón
y una caja de semillas,
semillas de nueva flor?
Han de ser de flor de
sueños.
Han de ser de flor de
amor.
Han de ser de flor de
vida,
De flor de sueños en
flor.
Y respondieron felices
en su día los Reyes Magos
y los tres Reyes, los
tres,
todos tuvieron regalos.
La magia no se entretiene.
Tú la llamas y ella
viene.
La fiesta de los Reyes Magos es una tradición
arraigada en la capital, aunque hay que reconocerlo, se ha ido perdiendo con el
tiempo. En mi Santiago natal casi no se
celebraba. Sin embargo, el hecho de que las clases comenzaban justo después de
la fiesta de Reyes, y que recibíamos algunos regalos complementarios,
normalmente útiles escolares que debíamos sustituir, se alojó en mi corazón y
mi memoria para siempre.
Adulta ya, me hice muchas preguntas. El
nacimiento de Jesús es un acontecimiento histórico registrado en los anales de
la historia de los creyentes y no creyentes. La racionalidad histórica me hizo
preguntarme si realmente existieron estos tres seres vestidos como reyes que
pudieron llegar al pesebre guiados por una estrella y que llevaron tres
insólitos regalos: oro, incienso y mirra. ¿Por qué esos regalos? ¿Eran tres o
eran más? Me puse a indagar.
La Epifanía es una de las más antiguas fiestas litúrgicas más antiguas, incluso,
afirman algunos, más que la Navidad misma. Los historiadores de la Iglesia
Católica aseguran que la celebración se inició en Oriente en el siglo III y que
Occidente la adoptó un siglo después. La palabra Epifanía significa
"manifestación", pues, según dicen, el Señor se reveló a los paganos
a través de la simbología de los magos.
Otra cosa que me llamó la atención es el
número tres. Esta simbología numérica,
casi mágica, es utilizada por las filosofías y religiones orientales. Los
taoístas, los hinduístas y los confucionistas son insistentes en que la vida se
explica a partir de ese número, pues hay tres vidas: la presente, la pasada y
la futura. Y, por supuesto, los Reyes Magos, vinieron del Oriente.
En el caso de la Epifanía, se celebran tres misterios,
tres sucesos, en esta sola fiesta, pues sucedieron
en una misma fecha, aunque en diferentes años: la adoración de los magos, el bautismo de
Cristo por Juan y el primer milagro que Jesucristo, por intercesión de su
madre, realizó en las bodas de Caná.
Los teólogos especialistas en la historia
eclesiástica coinciden de que el único evangelista que habla de La
adoración de los magos es San Mateo
(2,1-12), quien de manera breve, y con pocas explicaciones, relata la historia:
Y he aquí, unos magos vinieron del oriente a
Jerusalén, preguntando: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque
al ver su estrella en oriente, hemos
venido para adorarle. Cuando el rey Herodes oyó esto, se turbó…. Y convocados
todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde
había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está
escrito por el profeta... Entonces Herodes, llamó en secreto a los magos, e
indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; y
enviándolos a Belén, dijo: vayan, y averigüen con diligencia acerca del niño…Y
ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto
en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde
estaba el niño. Al ver la estrella, se regocijaron con gran alegría. Y al
entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo
adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y
mirra…
¿Existieron realmente los Santos Reyes? Buscando respuesta, encontré
una entrevista del historiador
italiano Franco Cardini, autor del libro "Los Reyes Magos", quien
asegura que los Magos de Oriente ni era magos ni tampoco eran tres. Afirma
que el término "mago", era una forma del Evangelista Mateo,
referirse a los astrólogos y sacerdotes presas practicantes del mazdeísmo.
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Lo cierto es que el próximo 6 de enero
celebraremos la fiesta eclesiástica de La Epifanía. Algunos sólo se acordarán
de los Santos Reyes porque recibirán un regalo más. Otros, utilizarán sus
figuras para adornar, sin pensar en el significado de esta trilogía divina. Por
mi parte, yo me quedo con el misterio de la Epifanía y su profundo significado:
Los magos,
llegados al lugar donde estaban el niño con María su madre, ofrecieron oro,
incienso y mirra, sustancias preciosas en las que la tradición ha querido ver
el reconocimiento implícito de la realeza mesiánica de Cristo (oro), de su
divinidad (incienso) y de su humanidad (mirra)….La Epifanía, como lo
expresa la liturgia, anticipa nuestra participación en la gloria de la
inmortalidad de Cristo manifestada en una naturaleza mortal como la nuestra.
Es, pues, una fiesta de esperanza que prolonga la luz de Navidad. Esta
solemnidad debería ser muy especialmente observada por los pueblos que, como el
nuestro, no pertenecen a Israel según la sangre. En los tiempos antiguos, sólo
los profetas, inspirados por Dios mismo, llegaron a vislumbrar el estupendo
designio del Señor: salvar a la humanidad entera, y no exclusivamente al pueblo
elegido.
http://www.ewtn.com/spanish/saints/Epifan
mu-kiensang@hotmail.com
mu-kiensang@pucmm.edu.do
@MuKienAdriana
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