El pensamiento conservador latinoamericano y los
procesos independentistas en América Latina del siglo XIX, 3
Por: Mu-Kien Adriana Sang
@MuKienAdriana
Un
problema de la historiografía con que hasta hoy contamos es la falta de
definiciones claras de lo que era, durante la primera mitad del siglo XIX, un
conservador, un liberal, un centralista, un federalista, un monarquista o un
republicano. El liberalismo, por
ejemplo, se ha definido a veces simplemente como una ideología antimonárquica
(por lo que el liberalismo se ha confundido con el republicanismo en cuanto a
la proposición de una forma de gobierno). Otras se ha definido en base a sus
rasgos anticlericales. Otras como un sistema de gobierno que buscaba limitar el
poder. Y las más veces como una ideología que se basaba en la protección de los
derechos individuales…¿Qué dice esto del liberalismo del cual supuestamente
somos herederos? Quizás sea por eso que, a pesar de nuestro "indiscutible
abolengo liberal", los latinoamericanos hayamos podido tener regímenes tan
conservadores…"
Luis
Barrón, Liberales conservadores: Republicanismo e ideas republicanas en el
siglo XIX en América Latina.[i]
Cuando en artículos anteriores, y en otros libros y
artículos publicados, hemos insistido en la necesidad de hacer una reflexión
nueva sobre las corrientes políticas e intelectuales que inspiraron tantos
movimientos políticos y sociales en todo el continente latinoamericano.
Envueltos quizás en la lógica cartesiana, los
historiadores nos hemos conformado con la definición, supuestamente antagónica,
de que existían dos fuerzas políticas: los liberales y los conservadores. Los primeros eran los "buenos", y
los segundos, porque defendían el status quo y el hispanismo, eran los
"malos". Nos conformamos con
la categorizar y clasificar. Es tiempo ya de pensar en nuevos paradigmas, en nuevas explicaciones.
Decidí buscar nuevos planteamientos. Hurgué por donde pude. Leí cuanto pude. Y
en mi búsqueda encontré varios trabajos.
El intelectual Luis Barrón, en un interesante
ensayo titulado Liberales conservadores:
Republicanismo e ideas republicanas en el siglo XIX en América Latina se pregunta cómo clasificar a los líderes del
siglo XIX en América Latina. Por
ejemplo, dice, a José María Luis Mora, en México, se le clasifica como liberal;
sin embargo, se pregunta "¿qué hacer
cuando uno se encuentra con pasajes en los que Mora no reniega de las
instituciones monárquicas? Y qué decir cuando resulta claro que Mora apoyaba
los fueros en la Constitución Federal de 1824?...Lo mismo pasa en el caso de
Bolívar. ¿Fue liberal o conservador? ¿O más bien tuvo una etapa liberal y una
conservadora?" [ii] Se responde afirmando con cierta amargura
que es difícil responder a estas preguntas sin una definición clara de lo que
es liberalismo y conservadurismo.
Parte su reflexión haciendo una amplia referencia
sobre el pensamiento de Charles Hale, uno de los precursores del estudio del
pensamiento en México a mediados del siglo XX, cuyo libro "El liberalismo
mexicano en la época de Mora, 1821-1853" constituyó un verdadero hito en
la historia intelectual mexicana, al plantear que la distancia entre liberales
y conservadores era mucho menor de lo que se pensaba, acuñando incluso el
término de "liberales-conservadores", pero, dice Barrón, Hale reforzó
el mito de que el proceso independentista en la América, incluyendo a Brasil y
a Hatí, fue producto de las reformas liberales que habían impuesto los
Borbones. y que una vez triunfantes las revoluciones republicanas, el
liberalismo se había hecho dominante y se había convertido en la ideología
hegemónica en América Latina. Se
pregunta Barrón ¿estaba Hale en lo cierto? El piensa que no, yo me sumo a esa
posición también.
Barrón plantea también que uno de los grandes
problemas que ha tenido la historiografía latinoamericana es la carencia de
definiciones claras y precisas que expliquen, para la primera mitad del siglo
XIX, qué significaba un liberal, un centralista, un federalista, un monarquista
y un republicano.
Y va más lejos el investigador cuando constata la
gran paradoja de nuestra herencia liberal, heredada de los movimientos
independentistas, lo que algunos llaman como "nuestro indiscutible
abolengo liberal", con los múltiples gobiernos conservadores, más aún
dictatoriales y aberrantes, como fue Porfirio Díaz en México.
¿Se necesitan cambiar los paradigmas? Tal vez sí.
¿Se necesitan nuevos mitos? la respuesta es no, pues la idea no es cambiar un
mito por otro, sino adentrarnos, profundizar en cómo esos pensamientos, esas
ideas llegaron a América.
Uno de los elementos más interesantes del ensayo de
Barrón, es sin duda, su búsqueda sobre el origen de estas ideologías y estos
pensamientos. Afirma que el liberalismo
el republicanismo llegaron a América desde Europa. Se hace una pregunta fundamental "¿Qué fue exactamente el republicanismo
como tradición política y cómo diferenciarlo del liberalismo" [iii]
Sigue preguntándose, muy
acertadamente "¿no sería el
republicanismo solo una etiqueta historiográfica y no una verdadera corriente
histórica?".
El investigador del Centro de Investigación y
Docencia Económica, CIDE, busca respuestas a sus preguntas. Plantea que es
simplismo absoluto el definir al republicanismo como forma de gobierno opuesta
a la monarquía. Señala que algunos
autores, como Philip Petit, enfatizan que la diferencia entre liberalismo y
republicanismo es la libertad. Para un republicano, afirma Petit, la libertad
es sencillamente la "no denominación". Es decir, los derechos individuales están
sometidos y sujetos a los derechos sociales.
Mientras que los liberales, en cambio, la libertad consiste en la no
interferencia, pues los derechos individuales no pueden estar subordinados a
ningún otro tipo de derecho. Así pues, "para un republicano es suficiente que la interferencia no sea arbitraria,
para un liberal es necesario que no hay interferencia…el gobierno es el
encargado de asegurar que no existan relaciones de dominación entre los
miembros de la sociedad, y la ley es el único medio para que el gobierno pueda
interferir en la vida y los asuntos privados de los ciudadanos y asegurar que
no haya relaciones de dominación. Pero el bien común… es más importante que el
individual… Para un liberal en cambio, el fin del gobierno es asegurar la
libertad individual y la ley… debe intervenir lo menos posible en la vida y los
asuntos privados de los ciudadanos…" [iv].
Una diferenciación interesante y
novedosa. ¿No creen?
Se nos agotó el espacio, lamentándolo mucho,
tendremos que seguir en el artículo de la semana que viene. Trabajaremos con el
mismo ensayo, por ser tan interesante y novedoso. Hasta la próxima.
[i]Luis Barrón, en un interesante
ensayo titulado Liberales conservadores:
Republicanismo e ideas republicanas en el siglo XIX en América Latina investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y
presentado en Washington en el encuentro Anual de LASA (Latin American
Studies Association) en septiembre de
2001.
[ii]
Ibídem
[iii]
Ibídem
[iv]
Ibídem
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