El pensamiento conservador latinoamericano y los
procesos independentistas en América Latina del siglo XIX, 4
Por: Mu-Kien Adriana Sang
Ser conservador consiste entonces en
preferir lo familiar a lo desconocido, lo probado a lo no probado, los hechos al
misterio, lo real a lo posible, lo limitado a lo ilimitado, lo cercano a lo
distante, lo suficiente a lo superabundante, lo conveniente a lo perfecto, la
felicidad presente a la dicha utópica.” Michael Oakeshott
«Todo lo que manda el Rey,
que va contra lo que Dios manda,
no tiene valor de Ley,
ni es Rey quien así se desmanda.»
(Lope de Vega)
que va contra lo que Dios manda,
no tiene valor de Ley,
ni es Rey quien así se desmanda.»
(Lope de Vega)
En el
artículo de hoy continuaremos con el interesante trabajo de Luis
Barrón, "Liberales conservadores: Republicanismo e ideas republicanas en
el siglo XIX en América Latina.[i]". De la
lectura de este ensayo podemos concluir que el abordaje del tema sobre el
conservadurismo como teoría y corriente política desborda la clasificación
simplista a la que estamos acostumbrados.
En próximas entregas trabajaremos con las ideas de
Michael Oakeshott, uno de los grandes pensadores del conservadurismo
occidental. Mientras, finalicemos con el
ensayo que comenzamos en el artículo anterior escrito por Barrón.
El autor afirma, como lo han hecho otros, que la
tradición republicana había llegado a América, lo mismo que la ideología
liberal, de Europa. Considera que el
liberalismo latinoamericano, al igual que el que de América del Norte, había
tomado muchas ideas del republicanismo.
Se preguntó ¿qué fue exactamente el
republicanismo como tradición política y cómo diferenciarlo del liberalismo?
¿No sería el republicanismo una corriente sólo una etiqueta historiográfica y
no una verdadera corriente histórica?
Para responder asumió las posiciones de Steve Pincus
quien planteaba que el republicanismo había dejado de ser un concepto flotante
de los académicos que utilizaban con una gran carga ideológica. Al leer esta conclusión de Barrón me
pregunto, entonces ¿es conservador el republicanismo?
Barrón nos ofrece su interpretación. En su ensayo se deja entrever que para el
autor el liberalismo es completamente diferente al republicanismo. Más aún,
afirma que la mayoría de los grandes líderes libertarios del siglo XIX fueron
republicanos, no liberales. En sus palabras:
Acaso, definidos así liberalismo y republicanismo,
sería mucho más fácil entender toda la complejidad de las corrientes
ideológicas y de pensamiento en la primer la mitad del siglo XIX en América
Latina. Hace mucho más sentido, por
ejemplo, tratar de entender el pensamiento de Bolívar en el marco de esta
tradición republicana europea que dentro de la dicotomía liberal-conservador:
Lucas Alemán y José María Luis Mora, en México, dejan de ser opuestos
irreconciliables y su pensamiento, que en ambos casos refleja una influencia de
la tradición republicana, se hace más coherente para un lector actual. Mora,
por ejemplo, decía de la libertad en 1827: "No hay dudas, los pueblos
serán libres bajo cualquier forma de gobierno, si los que los mandan, aunque se
llamen reyes y sean perpetuos, se hallan en verdadera impotencia de disponer a
su antojo y sin sujeción a regla alguna de la persona del ciudadano; y nada
servirán las formas republicanas, que el jefe de la nación se llame presidente
o dure poco tiempo, si la suerte del ciudadano pene de su voluntad
omnipotente."
Al finalizar la cita, el autor, partiendo de las
ideas de Mora, plantea que la "república" iba más allá de la adopción
o no de las formas republicanas, pues sin virtud y sin ciudadanos virtuosos, pues "la república no tiene ánimo, no tiene ningún principio que conserve su
existencia y declina fácilmente en la anarquía". En otras palabras, el problema para Mora,
y Barrón lo asume como suyo, no era la
oposición del republicanismo con el de monarquía. Por demás, el autor del
ensayo afirma que el político mexicano era un admirador profundo de la
monarquía inglesa, pero, ojo, la distinguía de la monarquía absolutista
española. Así pues, para Mora el
problema no era la "monarquía per sé" sino el tema de la libertad, es
más, afirma Barrón, el político mexicano proponía y abogaba por la república
porque no existían condiciones para establecer una monarquía constitucional en
América.
EL autor vuelve a aclarar, que de nada serviría
cambiar un mito por el otro. El punto
clave de su planteamiento es que no se puede, como se ha asumido
tradicionalmente, establecer una dicotomía.
Recalca que ni el liberalismo, ni el republicanismo ni el
conservadurismo lo abarcaban todo. "No
se trata de deshacer el mito liberal -en donde liberales se enfrentan a
conservadores o en donde todos son liberales (unos más conservadores que
otros)- para crear un mito republicano. De lo que se trata es de entender con
más claridad las corrientes de pensamiento que coexistieron durante la primera
mitad del siglo XIX y que le dieron forma a diferentes experimentos
institucionales"
Partiendo de estas reflexiones, presentadas de
forma muy apretadas, nos encontramos con la inquietud siguiente: ¿entonces el
republicanismo en América Latina podía ser liberal o conservador? Barrón
plantea que muchos republicanos en el continente no evolucionaron al
liberalismo, como fue el caso de Lucas Alemán, considerado uno de los
principales políticos conservadores.
Normalmente se contraponen las figuras de Mora y Alemán, el primero como
liberal, y el segundo como conservador.
Sin embargo, dice Barrón, ambos partieron de la misma premisa, el
republicanismo. Uno, Mora, evolucionó hacia la doctrina liberal, y el otro no.
Así pues, concluye Barrón, la intelectualidad y los
políticos latinoamericanos del siglo XIX nutrieron de las ideas republicanas, y
luego tomaron caminos diferentes hacia el liberalismo unos y hacia el
conservadurismo otros. Lo fundamental, plantea el autor, es que sólo
preguntándonos cuál fue la influencia que tuvo la tradición republicana en la
formación de las instituciones políticas, podríamos entender el proyecto
liberal. ¿Qué piensan ustedes? ¿Interesante? Al leer este texto y otros que
vamos a presentar, concluyo: ¡Qué complejo es el pensamiento! ¡Qué difícil es
clasificar y reclasificar las ideas creadas al calor de la vida y la historia!
@MuKienAdriana
[i]Luis Barrón, en un interesante
ensayo titulado Liberales conservadores:
Republicanismo e ideas republicanas en el siglo XIX en América Latina investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y
presentado en Washington en el encuentro Anual de LASA (Latin American
Studies Association) en septiembre de
2001.
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