TEMAS SOBRE HAITI, REPUBLICA DOMINICANA Y EL CARIBE
VISIONES SOBRE EL CARIBE: Ricardo Alegría el padre
de los indios caribeños
Por: Mu-Kien Adriana Sang
sangbenmukien@gmail.com
@MuKienAdriana
“Cuando
Cristóbal colón descubrió Puerto Rico hace poco más de quinientos años,
encontró que la isla estaba habitada y a sus moradores los llamó indios. Estos
indios eran seres como nosotros solo se diferenciaban en el color de la piel,
las costumbres y el idioma.
Los
indios tenían el color cobrizo y el pelo negro, grueso y muy lacio. No tenían
barba ni bigote y seguían la costumbre de arrancarse todos los pelos del cuerpo, menos los de la cabeza y las
pestañas. De estatura eran casi iguales a los puertorriqueños de hoy, aunque
quizás un poco más bajos.
Las
costumbres de los indios eran muy diferentes a las nuestras y su vida más
sencilla y tranquila. Aunque el idioma que hablaban no se parecía en nada al
español, nuestro pueblo usa hoy en su conversación diaria bastantes palabras de
la lengua indígena, sin darse cuenta de ello…” Ricardo Alegría[i],
Historia de nuestros indios
El fragmento que encabeza este artículo forma parte
de una de las obras más importantes de este antropólogo e historiador Don
Ricardo Alegría Gallardo, nacido en San Juan en 1921 y fallecido en 2011. Don Ricardo se ganó el respeto y la
admiración no solo de sus discípulos,
sino también de todos los intelectuales.
Dotado de una
envidiable formación. La licenciatura la obtuvo en la Universidad de
Puerto Rico. Por sus calificaciones pudo hacer estudios de post grado en las
universidades de Chicago y Harvard. Al finalizar regresó a San Juan y comenzó a
realizar actividades académicas. Fue tan grande su pasión por la investigación,
que en 1953, gracias a una beca financiada por la Fundación Guggenheim, pudo iniciar sus estudios
doctorales. En 1955 obtuvo el doctorado
en Filosofía y Letras.
Regresó a su amado Puerto Rico para
trabajar. Su activismo le permitió convertirse muy rápidamente, en una de las principales
figuras del panorama intelectual puertorriqueño. Desempeñó muchas funciones:
fue fundador de la Escuela y los Talleres de Artes Plásticas de Puerto Rico; padre
y promotor de la Bienal del Grabado Latinoamericano; fundador y luego director
del Centro de Investigaciones Arqueológicas y Etnológicas; director del Museo
de Antropología, Historia y Arte de la Universidad de Puerto Rico en el Recinto de Río Piedras; catedrático de
Antropología en dicha universidad y director del Instituto de Cultura
Puertorriqueña. Casi hasta su muerte fue Presidente del Centro de Estudios
Avanzados de Puerto Rico y El Caribe.
Tenía una cualidad que pocos intelectuales podían exhibir: la organización.
Pero el tiempo le alcanzaba para escribir y publicar. Entre sus numerosas
publicaciones podemos citar las siguientes: La población aborigen antillana y su relación con otras áreas de
América (1948); Historia de
nuestros indios (1950); Mi
primer libro de Puerto Rico; La Fiesta de Santiago Apóstol en Loíza Aldea
(1954); Cuentos folclóricos de Puerto
Rico (1967);La vida de Cristo
según el santero E. Florencio Cabán; Los renegados; Cacicazgo entre los
aborígenes de las Indias Occidentales (1947), solo para citar algunas. Como puede observarse de los títulos de los
libros, sus preocupaciones intelectuales
se centraron en los aspectos culturales y arqueológicos. El indiotambién
en el mestizaje de las tradiciones hispana y africana que se encontraron e
Un elemento
clave del pensamiento de Don Ricardo fue su defensa a la identidad
puertorriqueña, siendo el defensor más preclaro e importante de la denominada "puertorriqueñidad".
No hay dudas
que hoy, en el siglo XXI, casi un siglo después del nacimiento de este singular
intelectual, sus ideas puedan ser puestas en tela de juicio. Su visión de los indios, por ejemplo, era más
que nada paternal. La puertorriqueñidad era para él un paradigma, un referente
importante que estaba basado en una visión esencialmente hispánica. No podía
negar su defensa a la herencia cultural de España.
La pequeña
obra, objeto de este artículo, titulada Historia de Nuestros Indios fue
publicada por primera vez en 1950, escrita en un lenguaje sencillo y ameno,
muestra una visión paternalista hacia los primeros pobladores.
Consta de 16
pequeños capítulos que se inicia con el descubrimiento, sus orígenes, sus
formas de organización social y finaliza con la herencia. Un elemento
interesante es que Don Ricardo en su ensayo, pues no puede decirse que el libro
es una investigación, no aporta las fuentes bibliográficas, como tampoco las
bases documentales que le permitieron llegar a sus conclusiones.
En el
capítulo 2 nos dice que Las Antillas fueron una de las últimas áreas de América
que fueron pobladas. Afirma que hasta ese momento los arqueólogos especialistas
en las culturas antiguas no estaban de acuerdo sobre cuál era la procedencia de
nuestros primeros pobladores. “No se sabe
con exactitud de qué otra región de América pasaron a las islas. Algunos
arqueólogos opinan que vinieron de América del sur, viajando de isla en
isla…Otros creen que…pudieron haber llegado desde las costas de lo que hoy es
Florida…También existe la posibilidad de que hubiesen llegado desde América
Central…”[ii] Al finalizar el pequeño capítulo
afirma que cuando Colón llegó a Puerto Rico y encontró a estos pobladores que
llamó “indios”, pero que ellos se llamaban a sí mismos como “taínos” que el
idioma aruaco significaba “los buenos”.
Cuando los
españoles llegaron a Puerto Rico, ya se habían instalado en otras islas, como
La Hispaniola, por ejemplo. Llegaron a
Borinquen en noviembre de 1493. Pero no
fue hasta el año 1509 cuando, bajo el mando de Juan Ponce de León, comenzaron
verdaderamente a conquistar la isla.
Llegaron con un solo objetivo: el oro, “a conquistar la isla para España
y a convertir a sus habitantes al cristianismo. Para entonces nuestros indios
vivían tranquilamente, agrupados en sus pueblos. En el idioma de los indios
estos pueblos se llamaban Yucayeques”. [iii] En cada pueblo había un jefe o cacique, el
más poderoso era Agüeybana I, jefe de Guainía.
En los
siguientes pequeños capítulos Don Ricardo pasa a describir los bohíos, o las
casas de los indios. Describió sus ritos funerales, sus cantos, muebles y
utensilios. El último capítulo titulado
“La herencia de nuestros indios” el gran intelectual nos habla de cómo la
conquista y colonización española provocó la extinción de esa población nativa.
Afirma que a mediados del siglo XVI sólo quedaban 60 indios en toda la isla de
Puerto Rico. Se conforma con el hecho de que el mestizaje permitió que la
sangre indígena estuviera todavía presente en los puertorriqueños. Y destaca
finalmente la herencia lingüística que todavía se conserva en puerto rico para nombrar
ríos, plantas y animales. Finaliza así: “En
los puertorriqueños de hoy día sigue viva la herencia de nuestros indios” [iv]
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