TEMAS SOBRE HAITI, REPUBLICA DOMINICANA Y EL CARIBE
VISIONES SOBRE EL CARIBE: Una apuesta teórica para
entenderlo
Por: Mu-Kien Adriana Sang
sangbenmukien@gmail.com
@MuKienAdriana
El
Caribe siempre ha entrañado un reto conceptual, una incalculable heterogeneidad
de elementos constitutivos difícil de aprehender…. Importa notar, sin embargo,
que esa profunda anomalía adquiere un valor epistémico muy particular a partir
de la primera mitad del siglo veinte. La obra de Fanon, Césaire, Guillén….entre
otros, suelen ser los hitos más reconocibles. Sincretismo, transculturación,
créolité, negritud y otras categorías análogas iniciaron componiendo todo un
legado conceptual que eventualmente condujo a un examen más profundo de la
propia filosofía continental y sus proclamaciones universales. En las décadas subsiguientes se observan
otros deslindes inscritos ya sea en lo posmoderno, lo poscolonial, u otros
paradigmas cautivados por la hibridez,
mimicry, détour o performance que motivan gran parte de los estudios más
recientes sobre El Caribe, al igual que sobre la cultura mundial. Román de la
Campa, El Caribe y su apuesta teórica. [i]
Este ensayo del profesor investigador Román de la
Campa, de la Universidad de Pennsylvania, es novedoso, muy novedoso, y sobre
todo más que interesante. Intenta ofrecer una apuesta teórica para entender El
Caribe de cara al siglo XXI. Partiendo
de las diferentes interpretaciones elaborados en el siglo XX, de la Campa
propone revisitar este archipiélago inverosímil de razas y lenguas, desde una
perspectiva distinta, crítica, en la que se deben evaluar los aspectos
negativos y positivos, de las diferentes
visiones nacidas, algunas de las cuales surgieron al calor de realidades
coyunturales muy particulares.
Parte de la noción planteada por Antonio Benítez
Rojo de que era, y es todavía necesario pensar al Caribe de cierta manera,
pero, asegura, la propuesta de Benítez si bien constituye un gran aporte, ofrece
una nueva perspectiva, no deja de ser imprecisa, por lo que propone que la impostergable
necesidad de la celebración de debates a fin de exigir mayores precisiones
conceptuales. Enarbola la necesidad de
“reexaminar la constitución del sujeto a partir de una cartografía inédita de
economías, multitudes, migraciones y diásporas generalizadas, toda una gama de
temas desafiantes que hoy se abordan desde códigos epistémicos que se saben
inestables. Tal vez podría ser, sigue afirmando
el intelectual, la característica fundamental del pensamiento teórico durante
las últimas décadas, el desafío de una profunda y fascinante intermediación en
cuanto al saber.”[ii]
Acto seguido el autor hace una reflexión sobre los
grandes acontecimientos que hicieron modificar y transformar paradigmas en todo
el mundo: la caída del muro de Berlín y la disolución del socialismo oficial,
la crisis del capitalismo financiero a finales del siglo XX y principios del
nuevo siglo, y, por último, el cuestionamiento a la política y el uso y abuso
del poder, que pone en evidencia la urgencia de crear y pensar en una nueva
conceptualización de la ética del sujeto inserto en la vorágine invencible de
la globalización. Tenemos que
replantearnos la comprensión del Caribe, preguntándonos cómo esos hechos “hablan
al Caribe” y se pregunta con justa razón “¿Podrán los discursos de la nueva
ética hablarle a una cultura correspondiente al impulso de los pueblos anulados
que hoy oponen a lo universal de la transparencia, impuesto por occidente, una
multiplicidad sorda de lo diverso? [iii]
Señala el autor que existe la creencia de que los
cambios epistémicos y de paradigmas se producen únicamente en las capitales
occidentales, negando, por lo tanto, la capacidad que tienen los pequeños
países del resto del mundo a pensar.
Según esta posición, afirma, después que en las grandes ciudades se
piensa, se desliza hacia el resto del mundo, como lo son América Latina y El
Caribe. Yo pregunto entonces ¿Será cierto?
Esta visión unilateral y poco dialéctica, relega a
la cultura caribeña a un plano secundario de significación, “como si esto fuera
un rasgo inherente, y por ende, esencial, de las sociedades cuya modernidad ha
quedado trunca o expuesta a un ciclo improductivo de luchas y revoluciones, en
las artes y en la política… “ [iv] Lo peor de todo, sigue diciendo el autor es
que si se piensa el Caribe como un fluir constante “de capital simbólico, la
dicotomía autóctono-foráneo adolece, o cede a un pensar más enriquecedor sobre
el hacer y el pensar, quizás transformándose… en una de esas densidades tercas
donde las repeticiones tejen para nosotros un continuo descubrimiento…”[v]
¿Entonces? ¿Cuál es o debería ser el papel que
juegan los intelectuales caribeños? ¿Seguir reivindicando la identidad cultural
ancestral, cuando a todas luces ha sufrido cambios profundos debido a la
globalización y a la democratización de la tecnología? Ante estas dos preguntas, el autor
problematiza aún más todavía, pues hablar, por ejemplo, de literatura caribeña,
no significa una exclusividad geográfica y local, pues la diáspora caribeña ha
obligado a repensar la territorialidad y la identidad, a tal punto, de
“complejizar la propia cartografía de la nación o región.”[vi]
Después de ver estos planteamientos, el autor
propone un verdadero examen de los nuevos deslindes impuestos por la realidad,
para lo cual considera que debe partirse del discurso teórico caribeño,
inspirado en dos autores: Antonio Benítez Rojo y su obra “La isla que se
repite” y el Discurso antillano, de Edouard Glissant, que constituyen los dos
ensayos más ambiciosos de mitad del siglo XX y que constituyen la primera
tentativa de entender El Caribe en toda su amplitud y todo su alcance. Propone una aproximación al lenguaje desde un
marco conceptual que trascienda el literario y lingüístico, para poder
acercarnos a la “musicalidad no como algo esencial de los países del mar o
islas predispuestas al polirritmo sino como experiencia verbal, plural y colectiva, toda una
gramática de la errancia.” [vii]
Interesante ¿no?
Yo concluyo que mientras más me adentro a conocer El Caribe, menos lo
conozco, y nuevas interrogantes nacen de la mente de esta mujer que se apasiona
con los nuevos conocimientos. Nos vemos en la próxima.
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