TEMAS SOBRE HAITI, REPUBLICA DOMINICANA Y EL
CARIBE
La integración del Caribe insular ¿Mito o
realidad? 14. UN PARENTESIS.
Por: Mu-Kien Adriana Sang
@MuKienAdriana
Debemos recordar que el Caribe ha jugado, unas veces con mayor intensidad
que otras, un papel pivotal en la historia americana, pues la conquista y
colonización de América comenzó y se dirigió desde La Española, y durante, y
durante todo el siglo XVI el Caribe fue el “Mediterráneo americano” del imperio
español, y la lucha por el dominio de las aguas y territorios de esta {área
fueron la mayor preocupación de la mayor potencia de la tierra en aquellos
momentos.
Más adelante, en el siglo XVII, el Caribe se convirtió en la frontera
mundial en donde Francia, Inglaterra, España y Holanda se disputaron sus
mercados coloniales convirtiendo estos territorios y mares en causas de guerras
internacionales que mantuvieron a estas potencias en conflicto hasta bien
entrado el siglo XVIII. A finales de este siglo, las revoluciones americana y
francesa hicieron estallar una formidable resolución en Haití que sirvió de acicate
a las campañas abolicionistas que prepararían los ánimos y las ideas para la
labor política a favor de la independencia de varios de los nuevos Estados de
la región.
Otra vez, a principios del siglo XX y como una de las muchas
consecuencias de la Guerra Hispanoamericana y del interés norteamericano en la
seguridad del Canal de Panamá, el Caribe volvió a ser zona de primerísima
importancia estratégica, aunque esta vez para la exclusividad de los Estados
Unidos que terminó heredando la influencia política y económica en América Latina. Frank Moya Pons[1]
En uno de los artículos sobre CARIFTA
publicados en el mes de noviembre decía que
en 1973 el gobierno de Joaquín Balaguer contrató al
economista-historiador Bernardo Vega para que hiciera un estudio sobre las
ventajas y desventajas de la incorporación de la República Dominicana al Área
de Libre Comercio del Caribe (CARIFTA), ya que el gobierno dominicano estaba
interesado en conocer detalladamente las posibilidades y las implicaciones de su
posible participación en ese esquema de integración. En ese artículo hice referencia a la carta
de la Cancillería de la República Dominicana en la que formalizaba la
contratación, pero decía que no tenía el estudio y por lo tanto no podía
exponer sus recomendaciones y conclusiones.
El amigo Bernardo Vega, al leerlo, tuvo la
gentileza de enviarme en el mes de diciembre una copia completa del trabajo que
fue publicado cinco años después, es decir en 1978, bajo el título: “Estudio de las Implicaciones
de la Incorporación de la República Dominicana a la Comunidad del Caribe”.
Aunque ya terminé el ciclo de artículos sobre
CARIFTA para adentrarme en su evolución hacia el CARICOM, me pareció importante dar a conocer los
detalles del trabajo, publicado hace más de 36 años. Además, nobleza obliga, pues el detalle de
enviarme a mi oficina el trabajo hermosamente empastado, era lógico que
dedicara algunos de estos artículos a resumir sus hallazgos.
El libro inicia con un enjundioso y profundo
prólogo de Frank Moya Pons, quien en pocas páginas hace un magnífico recuento
histórico acerca de la historia del Caribe.
Afirma el historiador que nuestra región caribeña no tiene una identidad
única. Afirma que existen “varios
Caribes” que por demás están prácticamente incomunicados. Esta situación se
refleja, afirma Moya Pons, en el comercio inter caribeño que en ese momento era
muy limitado, más que limitado. Concluye
diciendo que:
A pesar de las necesidades reales planteadas por Bernardo Vega…ninguna
integración parece posible entre los cuatro mayores Estados del Caribe latino,
con la improbable y notable excepción de Haití y la República Dominicana….En
cuanto al Caribe como unidad, y a pesar del progreso realizado por
CARIFTA-CARICOM, la existencia de acuerdos económicos preferenciales entre
estos y otras potencias extra regionales, es un obstáculo para la integración
regional, ya que dichos acuerdos mantienen el predominio de nexos bilaterales con el exterior por encima de los
nexos intrarregionales y multilaterales….
A pesar de la fragmentación interna de la región del Caribe, fácilmente
explicable por la accidentada historia de estas islas, los países de esta área
comparten muchos problemas comunes que permiten la realización de análisis
globales….[2]
El libro es de 239 páginas y cuenta con ocho
capítulos y un apéndice. Está muy bien documentado con estadísticas y datos
económicos y sociales que imagino que para el momento en que se escribió constituyó
una fuente importante de información.
Como hemos dicho en los artículos anteriores,
a pesar de la insistencia de algunos en los diferentes gobiernos, el país no
solicitó formalmente su incorporación al CARICOM. El estudio muestra muchos problemas, como
bien lo afirma el autor, Bernardo Vega:
Nosotros consideramos útil la publicación del trabajo, no solo por su
valor histórico, sino porque el estudio muestra una serie de problemas
relativos a las dificultades que tienen los productos industriales dominicanos
en poder ser exportados competitivamente, dada la estructura impositiva dentro
de la cual opera la política dominicana de industrialización…Por el lado de las
exportaciones agrícolas, el estudio muestra lo difícil de poder exportar
productos agrícolas a los países de CARICOM sin pertenecer a dicho esquema.
Muchas de las dificultades apuntadadas en el trabajo aparecerían también en
estudios que se hicieran sobre las implicaciones de nuestra incorporación al
Mercado Común Centroamericano o al Grupo Andino, por ejemplo.[3]
Un elemento interesante es que cuando se
escribió el informe, su autor recomendaba la incorporación inmediata al
CARICOM, pero bajo ciertas reservas y condiciones. Cinco años después, sin
embargo, era diferente:
La recomendación de hoy es pues, seguir de cerca a CARICOM para ver hasta
dónde resuelve sus problemas internos para que el acuerdo pueda operar con el
éxito indiscutible que tuvo durante los seis años comprendidos entre 1968 y
1973. Si lo logra, es muy probable que entonces a nuestro país convenga de
nuevo participar en el esquema y, entonces, el estudio nuestro de 1973 deberá
ser actualizado y mejorado antes de tomarse una decisión definitiva.
Mientras tanto, nada justifica que no entremos en un acuerdo bilateral de
reducciones arancelarias con Haití, lo que, inclusive, podría servirnos de
entrenamiento en el arte de las negociaciones arancelarias
y su posterior ejecución y administración. …
La República Dominicana junto a Haití y Panamá son los únicos tres países
independientes de América Latina que no pertenecen todavía a un esquema de
integración. Salgamos de la lista….Volvamos nuestros ojos a Hostos y Luperón…[4]
En las próximas entregas hablaremos en detalle
del informe. Seguimos en la próxima semana.
[1] Frank Moya Pons, Prólogo a la obra Estudio de las implicaciones de
la incorporación de la República Dominicana a la Comunidad del Caribe autoría
de Bernardo Vega, Santo Domingo, Fondo para el Avance de las Ciencias
Sociales-Academia de Ciencias de la RD, Editora Taller, 1978.
[2] Ibídem.
[3] Bernardo Vega, Introducción a la obra, Op. Cit. P. XXX
[4] Ibídem, p. XXXVI y XXXVII.
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