Hoy 18 de febrero 2012
¿Patria?
Por: Mu-Kien Adriana Sang
Ben
Patria,
jaula de bambúes
para un pájaro mudo que no tiene alas,
Patria,
palabra hueca y torpe
para mí, mientras los hombres
miren con desprecio las pies sucios y arrugados,
y maldigan las proles largas,
y en cada cruce de caminos claven una bandera
para lucir sus colores nada más...
Canto triste a la patria bien amada (fragmento), Hector Inchaustegui Cabral
jaula de bambúes
para un pájaro mudo que no tiene alas,
Patria,
palabra hueca y torpe
para mí, mientras los hombres
miren con desprecio las pies sucios y arrugados,
y maldigan las proles largas,
y en cada cruce de caminos claven una bandera
para lucir sus colores nada más...
Canto triste a la patria bien amada (fragmento), Hector Inchaustegui Cabral
Decía Fustel de Coulanges, el
célebre historiador francés del siglo XIX, que la patria es aquello que se ama
y constituye la razón para luchar.
Inspirado en los movimientos políticos de la época, como el liberalismo político, el intelectual,
desde su cátedra universitaria, instaba a los jóvenes a amar y luchar por la
patria, que en aquella época era una
utopía. Sus ideas sobre sus
convicciones liberales fueron publicadas en 1864 bajo el título, La Cité antique o La ciudad Antigua. Aseguraba en su obra que en la antigüedad la
noción de libertad era inexistente. Y que el concepto era un logro de la
modernidad de su época. Aseguraba que la
humanidad contaba con una nueva autoridad sagrada y casi divina que llamamos patria.
La racionalidad histórica me
demuestra que cada siglo tiene sus prioridades.
El siglo XV, en el momento del surgimiento de la burguesía comercial, se
necesitaban nuevos mercados, por eso se produjo la aventura del descubrimiento
(¿encubrimiento?). El siglo XVII nos
trajo la expansión y las luchas internas de los imperios europeos. Perdió en la contienda España, la más
atrasada de todas. Con el nuevo siglo,
el XVIII, la burguesía fortalecida necesitaba de una reorganización del orden
político. El control de la monarquía se
hacía obsoleto, la burguesía quería tener participación en el ejercicio del
poder político. Entonces surgieron
nuevas teorías políticas que se guiaron por las mágicas palabras de patria y
libertad. El siglo XIX fue la
consolidación, expansión y fortalecimiento de la burguesía industrial. Fuero
100 años de grandes transformaciones sociales y nuevas y novedosas producciones
intelectuales. Surgieron teorías contrarias que enfrentaban al capitalismo
emergente y abogaban por la construcción de una sociedad igualitaria, Marx y
Engels fueron los creadores de las nuevas teorías que inspiraron los movimientos revolucionarios del siglo
XX. En el siglo pasado el socialismo
real se convirtió en pesadilla. Su peor pecado fue el secreto de la
libertad. Las tensiones de la guerra
fría fueron duras, largas y sangrientas.
En las postrimerías del siglo, el capitalismo ganó la batalla. El mundo se convirtió en un gran
mercado. La cortina de hierro fue
destruida. Entramos al reino del poder
del dinero y del desarrollo tecnológico. El siglo XXI, hasta ahora, en su
primera década, no ha hecho más que consolidarlo: y, más aún, demostrar que a
pesar de la burbuja financiera, el capital tiene múltiples fórmulas para
sobrevivir a las crisis.
Cuando resido en este país que no sueña
cuando vivo en esta ciudad sin párpados…
Cuando vivo en esta ciudad sin lágrimas
que se ha vuelto egoísta…
cuando vivo en esta ciudad sin párpados…
Cuando vivo en esta ciudad sin lágrimas
que se ha vuelto egoísta…
que ha
perdido su ánimo sin haberlo gastado
pienso que al fin ha llegado el momento
de decir adiós a algunas presunciones
de alejarse tal vez y hablar otros idiomas
donde la indiferencia sea una palabra obsena….
La nostalgia se escurre de los libros
se introduce debajo de la piel
y esta ciudad sin párpados
este país que nunca sueña
de pronto se convierte en el único sitio
donde el aire es mi aire
y la culpa es mi culpa…
pienso que al fin ha llegado el momento
de decir adiós a algunas presunciones
de alejarse tal vez y hablar otros idiomas
donde la indiferencia sea una palabra obsena….
La nostalgia se escurre de los libros
se introduce debajo de la piel
y esta ciudad sin párpados
este país que nunca sueña
de pronto se convierte en el único sitio
donde el aire es mi aire
y la culpa es mi culpa…
Quizá mi
única noción de patria
sea esta urgencia de decir Nosotros
quizá mi única noción de patria
sea este regreso al propio desconcierto.
sea esta urgencia de decir Nosotros
quizá mi única noción de patria
sea este regreso al propio desconcierto.
Nocion de
Patria, Mario Benedetti
Hoy 25 de febrero
Ustedes
los soñadores
Por:
Mu-Kien Adriana Sang
Vivir sin Patria, es lo mismo que vivir sin
Honor.
Nunca me fue tan necesario como hoy el tener
salud, corazón y juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran
contra la salud de la Patria.
Trabajemos por y para la patria, que es trabajar
para nuestros hijos y para nosotros mismos
Dios ha de concederme fortaleza para no
descender a la tumba sin dejar a mi Patria libre, independiente y triunfante
La nación está obligada a conservar y proteger por medio de leyes sabias y justas,
la libertad personal, civil e individual así como la propiedad y demás derechos
legítimos de todos los individuos que la componen.
Nuestra patria ha de ser libre e independiente
de toda potencia extranjera o se hunde la isla.
Juan Pablo Duarte
Eran tan jóvenes que apenas alcanzaban a la veintena de años vividos,
cuando decidieron ofrendar sus vidas para transformar la realidad
heredada. Creyeron en la libertad. Asumieron como suyo el discurso de la
nación. Levantaron la bandera de la
patria. Y bajo esa trilogía maravillosa,
organizaron una estructura política, se arriesgaron, lucharon y ¿triunfaron?
Juan Pablo Duarte y los demás jóvenes que formaron la Trinitaria en la
casa de esa valiente mujer, Doña Chepita, fueron pioneros en las luchas
libertarias de nuestra maltratada República Dominicana. Sin experiencias, sin muchos recursos, pero
con muchas ganas, iniciaron acciones para resquebrajar la estructura de la
impuesta institucionalidad haitiana, que había empezado a debilitarse producto
de sus propias contradicciones entre grupos políticos en Haití.
Con el tiempo, se dieron cuenta que solos no podrían destruir al
gobierno haitiano. Era difícil después
de 22 años de dominación. El proyecto político de crear una nueva República era
una tarea demasiado grande. Se vieron obligados a aliarse con los
conservadores. Y en esta alianza, tuvieron que someterse al poder
incuestionable de esos grupos que solo tenían en común con nuestros jóvenes
idealistas, las diferencias con Haití. Mientras los trinitarios abogaban por una
República Dominicana libre, independiente y soberana, los otros, los que
representaban el atraso, querían separarse de Haití para luego iniciar
negociaciones con las potencias imperiales para anexar a la nueva República.
Buscan como oro la protección imperial, del imperio que fuese: España, Estados
Unidos, Francia o Inglaterra. Mientras
los jóvenes creían fervientemente en la libertad, los otros, en gobiernos
autoritarios, fuertes negadores del concepto de que los seres humanos nacen
libres. .
La alianza triunfó y fracasó al mismo tiempo. Triunfó porque el gobierno haitiano no tuvo más remedio que abandonar y
entregar a los rebeldes el gobierno. Después de los acontecimientos la noche
del 27 de febrero de 1844, sufrieron dos nuevas derrotas en las libradas el 19 de marzo en Azua y el 30 de
ese mismo mes de marzo en Santiago. El
ejército haitiano se vio derrotado y humillado. Pero el movimiento libertario tambi{en
fracasó. El famoso documento denominado
como el Acta de la Independencia Dominicana, es la evidencia más ferviente del
dominio conservador. En las largas
páginas donde explican las razones del movimiento, omiten una palabra:
“independencia”. En cambio, reiteradamente afirman que los pueblos de la parte
este de la isla deseaban “separarse” de Haití.
Concluyen con la célebre frase: separación o muerte. En Ningún momento
se menciona la libertad y la independencia. ¿Problema semántico? ¿Problema de
interpretación? No, no, no. Es un
reflejo palpable de dos proyectos políticos diferentes. Guiados y arropados por
las circunstancias, los trinitarios firmaron junto a los conservadores el
famoso documento.
Los hechos posteriores confirman nuestra posición. Antes del 27 de
febrero, los trinitarios descubrieron el intento de Báez y un pequeño grupo de
legisladores de anexar el país a Francia, un plan que estaba siendo orquestado
con el Cónsul Levasseur. Cuando los
sucesos finalizaron la hermosa noche de febrero, el gobierno provisional estaba
controlado por el sector conservador.
Más aún, el Primer Presidente Constitucional, el muy conservador Pedro
Santana, envió a una comisión de alto nivel a visitar las principales potencias
europeas y a los Estados Unidos, con dos propósitos: el reconocimiento de la
nueva república, y, o, en su defecto, negociar la anexión. ¿Sabían ustedes que
uno de los funcionarios santanista que acompañó a la delegación era el Padre de
la Patria, Ramón Matías Mella? El sector
liberal fue condenado al ostracismo.
Duarte tuvo que huir a Venezuela, después de intentos fracasados de
rebelarse en contra del nuevo poder en el Cibao. Otros, se vieron condenados al olvido. Y, los
menos, los tránsfugas se sumaron al nuevo poder y se aliaron a él. Lo triste y lamentable de todo esto, que de
la trilogía patriótica que está en nuestro país sólo Duarte finalizó sus días
sin manchas, aunque murió sólo, asilado y abandonado en el exilio. Francisco del Rosario Sánchez, se alió a
Buenaventura Báez e incluso firmó un panfleto de apoyo al dirigente rojo. Limpió su nombre con una muerte digna al
intentar enfrentar al ejército español durante la Guerra de Restauración.
¿Qué nos queda entonces? ¿Cuál es
la enseñanza que nos dejan esos hechos? No soy ni duartista, ni sanchista, ni
mellista, ni santanista. No creo en
ídolos vacíos ni en ídolos de barro.
Creo que los seres humanos construyen la historia. Sus hechos serán evaluados por otros, las
generaciones futuras. No abogo por los
mitos acríticos de la historia. Pero
conocer el pasado nos enseña. Nos dice,
por ejemplo, que hay idealistas, como Duarte que creyeron en la pureza de la
acción política. Nos enrostra con hechos
dolorosos que la vida política presentaba y presenta todavía oportunidades que
solo los hombres y mujeres de firmes principios y convicciones son capaces de
rechazar. Y, finalmente nos muestra que
el ser humano, dependiendo de las circunstancias, puede cometer errores y asumir
posiciones oportunistas. Creo que se hace impostergable la relectura y
la reescritura de la historia, al margen de las pasiones y las banderas
ideológicas. Nos vemos
mu-kiensang@pucmm.edu.do
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