El Caribe, 13 de abril 2012
… ¿Qué es realmente El Caribe?
(1)
Por
Mu-Kien Adriana Sang
Junto a estas costas nací; el sonido del mar entraba
por mi ventana; entonces la vida en mí se henchía y respiraba
con la fuerza del suelo turbulento...Edward Brathwaite, "South"
Yo soy un isleño huérfano,
en un grano de arena de la memoria
en un invierno de bahías.
No tengo hogar.Wayne Brown, "On the Coast"
Vivimos
en una media isla, situada en el Mar Caribe. Aguas que pertenecen al gran
Océano Atlántico, el escenario, la vía utilizada por los españoles para llegar
a América y asegurar que nos descubrieron.
Yo reafirmo más convencida hoy que nunca, que nos encubrieron, no nos
descubrieron, porque sometieron a los habitantes, a los indígenas, al más cruel
de los sometimientos, porque se
asumieron como dueños de las tierras y mares conquistados, y negaron, borraron
con sus espadas la historia, la vida y la cultura acumuladas antes de su
llegada. Así comenzó la historia de ese archipiélago
disperso y diverso integrado por grandes, medianas, pequeñas y pequeñísimas
islas de las Antillas Mayores, Menores y las Bahamas, todas bañadas por las
mismas aguas cálidas del océano que unió a Europa y América.
¿De dónde
viene la palabra Caribe? La primera vez
que se tradujo la palabra Caribe a un idioma europeo se remonta a 1492, cuando
el Almirante Cristóbal Colón contaba en sus crónicas de viaje la aparición casi
repentina de un grupo indígenas arahuacos que provenían de las pequeñas islas
que bordean las costas venezolanas. Los
describió como “salvajes caníbales” o
“caribes”. Vuelve a hacer mención de
esos seres extraños para él en las notas que tomó durante su segundo viaje.
Algunos
historiadores especialistas afirman que Colón y su grupo llamaron “caribes” a los
aborígenes que no aceptaron la imposición de la autoridad invasora y extraña, y
por eso se resistieron, con las armas a su alcance, a la conquista de sus
tierras en las Antillas. El amigo
historiador, caribeñista de alma y corazón, Antonio Gatztambide, Toño, para sus
amigos, hace una interesantísima reflexión.
En su trabajo “La Invención del
Caribe apartir de 1898 (Las definiciones del Caribe revisitado)”
El historiador
puertorriqueño sostiene que una simple ojeada a la cartografía de los primeros
tres siglos, es decir del siglo XV al XVIII, de la historia de América demuestra nuestro Caribe no siempre fue llamado así. Fue
bautizado por algunos como Mar del Norte.
Fue en el siglo XVIII, después de las incursiones inglesas, francesas y
holandesas que el término fue utilizado por primera vez.
Gatztambide
hace referencia a las diferentes acepciones de la palabra Caribe. El Diccionario de la Real Academia, por
ejemplo, señala que el vocablo caribe forma parte de un
venezolanismo, para definir a una “Persona astuta, vivaz, agresiva”. Indica también que en Venezuela se utiliza el
verbo caribear, para definir
a quien ejerce dominio sobre otro, o para definir a un pícaro que engaña con
astucia y picardía. Según el
historiador, en ese país hermano, Caribe es también el nombre de un
pequeño y voraz pez carnívoro de los ríos del Amazona, el mismo que en Brasil
llaman piraña.
Todavía
el origen etimológico de la palabra caribe. Según Marcos A, Moringo, la palabra se deriva
del vocablo guaraní caribé, que significa poderoso señor,
dueño de esclavos, guerrero valiente. De hecho, como bien sostiene Gatztambide, los Caribes o Kariñas, fueron las
tribus que, como mencionamos antes, se opusieron a la llegada de los intrusos,
de los no invitados europeos, esos, los piratas autorizados por el Reino de
Castilla, que llegaron, se impusieron, sometieron, conquistaron
y dominaron América.
Gracias a
Dios. Hoy el vocablo Caribe tiene otro significado. Con el
tiempo se ha asociado a la construcción de una amplia, diversa, rica y
multicolor cultura, que se expresa en el crisol de razas que integran los
habitantes de sus islas; en la rica literatura cargada de mágico realismo; en la
pintura multicolor y llena de luz; en la
arquitectura victoriana, donde prevalece la madera, los techos de dos aguas y
los balcones de hierro finamente decorados;
en la gastronomía cuya base fundamental es el arroz, los frijoles y la
carne roja. Pero, y ahí difiero del amigo Gatztambide, el amplio archipiélago
de islas y las costas del continente americano que son bañadas por el mar, que
constituyen el universo llamado Caribe, no es, no puede ser, una realidad única, como tampoco existe una
única identidad. Cada isla es un pequeño
espacio con historia propia, con conquistadores propios y con culturas
heredadas propias. Su mismo origen así lo grita a los cuatro vientos, porque el
Caribe, desde que llegaron los primeros piratas, los hambrientos de oro, hasta
los enviados oficiales de los reinos europeos, han tenido historias similares,
pero también muy diferentes. Cada
imperio impuso su propia naturaleza. El
Caribe no es único, es diverso y es plural.
Sobre este tema seguiremos en la próxima entrega.
Y… ¿Qué es realmente El Caribe? (2)
Por
Mu-Kien Adriana Sang
Ciudadano del mundo, sin hogar en tierra alguna,
Criatura del flujo y del cambio…
… Ninguna marea me compele a entrar en este mar interior,
Fuera de mi vida, fuera de esta tierra crecerá
El fruto fuerte con la punzante amargura de la sal,
Rosa cálida con el brillo rojo del sol,
Canción para lo eterno
Canción para la síntesis…G.A. Hamilton, "I was Salt"
En
el artículo anterior hicimos referencia al origen histórico y etimológico de la
palabra Caribe. Vimos cómo Colón asimiló
la palabra a canibalismo, porque quizás las tribus denominadas Caribe fueron
las únicas que hicieron resistencia al español invasor. De todas maneras, el
Caribe, como noción geográfica y política existe solo desde hace 200 años.
Con
la llegada del XX el Caribe pasó a
ocupar una posición geopolítica de importancia.
El dominio imperial se había reconstituido. Inglaterra y Francia no pudieron con el paso
agigantado de su antigua colonia.
Estados Unidos, después de haber resuelto con sangre sus problemas
internos, decidió iniciar la conquista del resto del continente. Bajo la
consigna América para los americanos,
llegó para quedarse en el control del mercado financiero y de las
exportaciones de las jóvenes naciones.
La dominación norteamericana se inició con México, pero la resistencia
en ese país fue grande. Siguió hasta América Central y llegó, por supuesto, al
Caribe. Para principios del siglo XX,
Estados Unidos tenía, por ejemplo, el control de las aduanas, de las finanzas y
era el principal comprador de azúcar de la República Dominicana. Incluso en 1905 el dólar pasó a ser la moneda
oficial del país.
El
control del Caribe era vital. Con la
construcción del Canal de Panamá, se hacía más urgente. Dominar la maravillosa obra de arquitectura
era tener la puerta abierta a los dos océanos: el Atlántico y el Pacífico. Tener el control del Caribe era un asunto de
vida o muerte. Al estallar la Primera Guerra Mundial los americanos necesitaban
asegurarse que las fuerzas enemigas no llegaran hasta el Canal. Por esta razón,
ocuparon en 1915 a Haití, y al año
siguiente a la República Dominicana.
Partieron, mejor dicho, desocuparon cuando la guerra terminó.
A mediados del siglo XX, había nacido
la llamada “Guerra Fría”. El Caribe, con
la Revolución Cubana, era escenario de conflictos. La guerra fría se puso bien caliente, con el
nuevo gobierno de Cuba y el apoyo a los movimientos de izquierda en todo el
continente. En el corazón del territorio controlado por los norteamericanos se
había erigido una nación comunista que era aliada de la Unión soviética, el
principal adversario de los Estados Unidos.
Por esta razón, y no por otra, apoyaron a Trujillo, al Triunvirato, se
opusieron a Bosch, apoyaron a los golpistas y se enfrentaron abiertamente a los
revolucionarios que querían el regreso de Bosch. En abril de 1965, la OEA enviaron las mal
llamadas Fuerzas Interamericanas de Paz, que contaba con algunos cientos de
militares de las naciones latinoamericanas y miles y miles de marinos
norteamericanos. Así la segunda mitad del siglo XX el Caribe fue, como había
sucedido en el siglo XVII, de nuevo escenario de las luchas entre las
potencias, esta vez, entre dos visiones del mundo: el capitalismo y el
emergente socialismo.
Durante los duros años de Guerra Fría, se produjeron en la zona del Caribe múltiples conflictos. Mientras en Puerto Rico, Muñoz Marín se inventó con inteligencia el “Estado Libre Asociado”, logrando la alianza con los liberales norteamericanos, ya que su fórmula permitía aplacar a los independentistas puros; en República Dominicana, después de la Revuelta de Abril de 1965, Joaquín Balaguer se erigió como el hombre poderoso con apoyo norteamericano. En Cuba se desarrollaba en su modelo socialista con fuerte dependencia soviética. El resto del Caribe fue testigo de estos acontecimientos, pero sus vidas continuaron iguales. Sus vínculos con sus madres patrias se redefinieron, pero no cortaron de raíz el cordón umbilical con sus imperios conquistadores. Haití, por su parte, vivía sus propios dramas bajo la mano dura de los Duvalier, primero con el padre y luego con el hijo.
La
necesidad de tener el Caribe bajo la tutela norteamericana por razones
geopolíticas se hizo más sutil a través de programas asistencialistas. Primero fue la Alianza para el Progreso, el
invento del Presidente Kennedy para aplastar cualquier vestigio de
disidencia. Después siguieron con la
Agencia para el Desarrollo Internacional y diversos proyectos de apoyo tanto a
la economía como a los sectores sociales.
Después el desarrollo técnico de las armas bélicas hizo que la presencia
física no fuera tan necesaria. El
satélite ha sido el invento más increíble de la inteligencia humana. A través de sus ojos electrónicos en el
espacio, la supervisión y control era más sutil y más efectiva. Sobre esto seguiremos en la próxima.
mu-kiensang@hotmail.com
El Caribe, 27 de abril 2012
Y… ¿Qué
es realmente El Caribe? (Y 3)
Por Mu-Kien Adriana Sang
Sin
descanso, sopla el viento muy suave, que amansa...
y aviva con ritmo fogoso... las llamas!...
esparciendo el aroma del negro café campesino...
que humea caliente, en las jarras!
y aviva con ritmo fogoso... las llamas!...
esparciendo el aroma del negro café campesino...
que humea caliente, en las jarras!
Una hamaca, allí mece cual palma
pausada...
la hermosa mujer campesina que cose atareada...
las puchas de flores bordadas, en la colcha...
rosada, que estrenará, al llegar las próximas Pascuas….
la hermosa mujer campesina que cose atareada...
las puchas de flores bordadas, en la colcha...
rosada, que estrenará, al llegar las próximas Pascuas….
Olores a piñas, claveles,
trinitarias y mangos!
Locuras de mares turquesa; orillados de playas...
...tendidas al sol… Mercedes Virginia Gutiérrez (1939), [i]
Locuras de mares turquesa; orillados de playas...
...tendidas al sol… Mercedes Virginia Gutiérrez (1939), [i]
En el primer artículo
de esta serie hacía referencia a un excelente trabajo del historiador
puertorriqueño Antonio Gatztambide titulado “La invención del Caribe a partir
de 1898. En la parte final del ensayo sostiene que en la actualidad, la zona de
El Caribe debe analizarse desde
diferentes perspectivas, a saber:
1. El
Caribe insular o etno-histórico. Esta concepción se refiere a las islas que se
extienden desde las Bahamas hasta las Antillas Menores. Es la más utilizada en
la historiografía. Esta visión,
enfatizaa la experiencia común de la plantación azucarera esclavista. Esta visión tiene la dificultad de que al Caribe
antillano o hispano, no le aplica el modelo de plantación impuesto por los
colonizadores ingleses y franceses.
2. El Caribe antillano o antillanía. Se aplica a las islas de las Antillas Mayores
colonizadas por España. Gatztambide se
pregunta ¿Cuándo se comienza a hablar de «Caribe», aunque se refiera a las
Antillas? Afirma que su uso coincide con
el expansionismo estadounidense.
3. El
Caribe geopolítico. Este Caribe se refiere a una visión que integra
tanto al Caribe insular como a Centroamérica y Panamá. Fue un término que se
asimiló después de 1945. Como dice el
historiador Gatztambide, hasta ese
momento, las islas eran llamadas las repúblicas antillanas y Centroamérica, incluyendo Panamá.
Esta acepción es la más utilizada en la
historiografía, especialmente la que se refiere a las relaciones con Estados Unidos. A partir de 1980,
el historiador puertorriqueño sostiene que se han diversificado las
percepciones y las políticas, especialmente relativas a México y la Comunidad
del Caribe. Está convencido que la
región del Mar Caribe mantiene una centralidad en las políticas y las
relaciones, por esta razón en la mayoría de los organismos se habla ahora de América
Latina y el Caribe. Sin embargo, sostiene el amigo
historiador, que esta tendencia no ha tenido tanto eco en la región. Los centro-americanos nunca se
plantearon una identidad internacional caribeña hasta que se vieron forzados
por la contraofensiva norteamericana \
4. El
Gran Caribe (o Cuenca del Caribe) El
historiador amigo señala que en la definiciones anteriores no se incluía a
Venezuela, México y Colombia. La nueva visión integra a estos países por
compartir el mar Caribe, junto a las naciones centroamericanas y el inmenso
archipiélago de islas. Es la tendencia más reciente. Nació con en los años 80 gracias a la Iniciativa de la Cuenca
del Caribe creada por el presidente Ronald Reagan en 1983, para lograr detener
el proceso revolucionario que se producía en Nicaragua y El Salvador.
5. Comunidad
del Caribe (CARICOM), En julio
de 1994 se creó la Asociación de Estados
del Caribe (AEC). A partir de sus
insumos de su fundación, la AEC, ha
incorporado a intelectuales y movimientos sociales de toda la región.
Como
puede verse en el trabajo del historiador puertorriqueño, el Caribe ha sido
concebido de diferentes maneras. A
partir de la segunda mitad del siglo XX, los diferentes sectores han estado
planteando la necesidad de la integración caribeña. Muchos esfuerzos se han realizado. Como se
dijo, en los años 80, el Presidente Reagan desarrolló la Iniciativa de la
Cuenca del Caribe, un fondo millonario en dólares para incentivar la economía
del gran Caribe, es decir el insular y el continental. Posteriormente, la Comunidad Europea, creó
Lomé IV para financiar diversas experiencias de integración. De las iniciativas
más interesantes fueron los programas de formación, especialmente las maestrías
que se desarrollaron con la participación de muchos profesionales caribeños
francófonos, anglófonos y por supuestos
hispanófonos.
También
se han desarrollado iniciativas particulares a nivel universitario. La Universidad de Puerto Rico creó el
Proyecto Atlantea, cuyo nombre se debe a una hermosa mariposa oriunda de estas
islas. La iniciativa duró una década. Se
realizaron diversas investigaciones en el marco de estudios comparados en
diferentes disciplinas, tales como, historia, economía, medicina, antropología
y literatura. A principios del año 2000, Francia, desarrolló el Caribe Plural
con el propósito de crear un espacio de reflexión con universidades francesas y
caribeñas. Se realizaron encuentros en
República Dominicana, Martinica, Burdeos y Jamaica. De esta iniciativa salieron
a la luz interesantes publicaciones que recogen las discusiones de los
académicos participantes. Ambas iniciativas desaparecieron por la crisis
económica en Europa y en Puerto Rico.
Cuba, mantiene desde hace más de 30 años el Festival del Caribe. Lo triste del caso, es que muchas
iniciativas muy valiosas desaparecen, se pierden porque no hay continuidad en
las políticas.
Las
agencias internacionales a veces cambian sus prioridades. El Caribe emerge,
desaparece para volver a emerger en el horizonte de los presidentes de las
potencias, de acuerdo a las prioridades estratégicas que hayan defendido. Seguimos en el vaivén, pero hay que detenerlo
y exigir políticas permanentes y no coyunturales. Se impone que el Caribe, sus
islas y las tierras continentales que están bañadas por ese histórico mar, no
sigan mirando hacia los continentes y sus potencias. Tenemos que aprender a mirarnos nosotros
mismos sencillamente para conocernos. La
pregunta que se impone es ¿Por qué? ¿Por
qué la integración es una aspiración tan vieja como el mismo mar y sin embargo
tan difícil como llegar a Marte?
Busquemos entre todos las respuestas. Yo no la tengo.
[i] Mercedes Virginia Gutiérrez
(1939), "Quisqueya" Poeta, declamadora, música y artista plástica
dominicana de profundo arraigo antillano.
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