La migración china en El Caribe. Apuntes para su
historia (1)
Últimamente comprendí el significado de la
tranquilidad,
día tras día me mantuve apartado de la multitud.
Limpié mi cabaña y la preparé para la visita de un monje,
que llegó a visitarme desde las montañas lejanas.
Vino bajando desde los picos ocultos por las nubes,
para verme en mi casa de techo de paja.
Sentados en el pasto compartimos la resina del pino,
quemando incienso leímos los sutras del Tao.
Al terminar el día encendimos nuestra lámpara,
las campanas del templo anuncian el
comienzo de la noche.
Repentinamente advertí que la
tranquilidad es realmente Felicidad,
y sentí que mi vida tiene abundante ocio, Cheng Tzu-ang
día tras día me mantuve apartado de la multitud.
Limpié mi cabaña y la preparé para la visita de un monje,
que llegó a visitarme desde las montañas lejanas.
Vino bajando desde los picos ocultos por las nubes,
para verme en mi casa de techo de paja.
Sentados en el pasto compartimos la resina del pino,
quemando incienso leímos los sutras del Tao.
Al terminar el día encendimos nuestra lámpara,
las campanas del templo anuncian el
comienzo de la noche.
Repentinamente advertí que la
tranquilidad es realmente Felicidad,
y sentí que mi vida tiene abundante ocio, Cheng Tzu-ang
Después de las migraciones
europeas en el Caribe durante el proceso de conquista, le siguieron las
corrientes migratorias impuestas por el modelo económico. El Caribe se pobló de esclavos de
África. Millones de negros de esclavos
fueron comprados y traídos como mercancía barata para trabajar en las plantaciones
azucareras. Las condiciones de vida
fueron tan difíciles que la esperanza de vida de estos pobres hombres y mujeres
no sobrepasaba los cuarenta años.
A principios del siglo XIX la
mano de obra negra esclava se volvió muy escasa. Los aires de libertad que se desarrollaban en
Europa y América, afectaban los intereses de los propios europeos. En efecto, el Abolition Act (Acto de
Abolición) firmado en Inglaterra en 1807, en el que se prohibía la trata de
esclavos, fue un tiro mortal a los negociantes de mano de obra esclava, los
llamados negreros. El tiro de gracia se
produjo en 1834 al firmarse el Emancipation Act, o Acto de Emancipación, en el
que se proclamaba la abolición de la esclavitud. La economía de plantaciones del Caribe inglés
y francés debía ser replanteada. Esta
parte del Caribe y sus metrópolis debían revisar el modelo. Por otro lado, España sentía la presión de Inglaterra. No
tuvo más remedio, en medio la vorágine independentista que tuvo que enfrentar
en el resto de América, firmó en 1817 un tratado por el cual se sumaba a la
lucha contra los comerciantes negreros. Años más tarde, entre 1819 y 1821 se
hicieron los aprestos para la creación de un Tribunal mixto inglés español en Sierra
Leona. La conclusión de este organismo
fue el cese de la trata de esclavos desde el África Occidental hacia las
colonias españolas. [i]
El que hizo la ley también
hizo la trampa. Como había una presión
internacional hacia el África y la trata negrera, se produjo un cambio de
dirección hacia Asia. La India y China, los
países más poblados del continente
asiático constituían una alternativa interesante. Ambos países vivían una realidad muy difícil. Las guerras internas, las grandes
desigualdades sociales y la miseria de las mayorías, provocó que los pobres entre los pobres de
ambas naciones buscaran salidas a su condición.
La trata cambió. De negrera a
amarilla. Comenzó la compra de chinos e
hindúes a precios irrisibles. La desesperación los hacía aceptar cualquier
condición. Y, así, a mediados del siglo
XIX comenzaron a llegar los culíes, a
las tierras del Caribe. Esos hombres cuyo signo era la miseria, fueron
llamados “culíes”. Este apelativo despectivo no
indicaba otra cosa, que esclavos llegados desde lejos en condiciones infrahumanas.
[ii]
Algunos historiadores afirman,
que antes de las grandes olas migratorios, a principios del siglo XIX, llegaron
cientos de chinos a las islas de El Caribe, especialmente a Cuba. Llegaban de forma inesperada en un Galeón de
Manila, que hacía la travesía Manila –Acapulco.
La llegada masiva de chinos a las islas de El Caribe, como trabajadores
casi esclavos, se produjo a partir de la prohibición de la esclavitud en 1833.
La situación se acrecentó con la decisión de Francia de abolir definitivamente
la esclavitud en 1848 en Francia. España lo hizo en 1870 para la
metrópoli. En 1873 para Puerto Rico y en
1880 para Cuba. Desapareció en forma definitiva en 1880 en El Caribe.
Con estas decisiones, Asia fue
la solución, vinieron chinos e hindúes. Ellos fueron los sustitutos de los
negros esclavos. Y, si bien no eran
traídos formalmente como esclavos, en la práctica fueron tratados como
tales. Existía un contrato. Los chinos que llegaron en esas corrientes
migratorias firmaban un contrato de trabajo por 8 años. Cumplido el tiempo, podían adquirir la
libertad. Como afirma Quintana, De hecho,
no va ser extraño documentar continuos abusos y desmanes de los propietarios de
las plantaciones y también revueltas y evasiones entre los inmigrantes chinos o
indios que son incorporados a un régimen similar al que regia para los esclavos
en ingenios azucareros y haciendas, ignorando las condiciones y las bases
contractuales del trabajo para el que habían sido captados en China. [iii]
Como puede verse, con este
breve recuento, los chinos llegaron a América para sustituir la mano de obra
negra, un resultado, sin lugar a dudas, de la hipocresía de las autoridades
caribeñas y metropolitanas, Mientras por
un lado abolían la esclavitud de los negros, por el otro, trajeron en igual
condición a los chinos en hindúes.
Libertad para unos, esclavitud para otros. Una ecuación ganadora. No hay dudas.
La migración china en el Caribe. Apuntes para su historia. El caso de Cuba (2)
Por: Mu-Kien Adriana Sang
Sentado solo, entre los bambúes,
toco la cítara y silbo un buen rato.
Bosque profundo, los hombres me ignoran.
La luna clara se acerca y me alumbra.
Wang-Wei
Ante mí no veo al hombre antiguo;
Tras de mí no al hombre futuro,
pendando en el cielo-y-tierra infinito,
solo, amargamente, me deshago en lágrimas.
Ch'en Tzu-ang
Tal y como hemos señalado en artículos anteriores, la migración
china hacia el Caribe se concentró, principalmente en Cuba y República
Dominicana. Los primeros chinos que
zarparon a la aventura y que llegaron a América eran oriundos de las provincias
marítimas, principalmente lo que antes se denominaba Cantón, y que hoy conocemos como Guantzu. La primera ola migratoria se inició en a mediados
del siglo XIX. Se calcula que los
primeros chinos que, llegaron a La Habana en junio de 1847 eran unos 200. Según los
documentos de la época, la cantidad que traía el barco era mucho mayor, pero
más de la mitad murieron en el trayecto, porque no pudieron soportar las
condiciones infrahumanas en que los obligaron a viajar. Habían sido engañados por contratistas
españoles. Se les había vendido la idea de que irían a Cuba a trabajar como
colonos. La realidad fue otra. La
travesía fue una pesadilla y la recepción en Cuba también. Solo hicieron pisar
tierra, para enviarlos a las plantaciones y tratados como esclavos, aunque
algunos historiadores, eufemísticamente dicen semi esclavitud (¿se puede ser
mitad esclavo y mitad libre?).
Como se había hecho antes con los negros africanos,
fueron enviados a trabajar a los ingenios azucareros. Ante la escasez y por
ende la carestía de la mano de obra negra, los chinos fueron los sustitutos. El azúcar cubano demandaba mucha mano de obra.
Se calcula que entre 1809 y 1817
desembarcaron en Cuba unos 60 368
esclavos provenientes de África. Pero
este número era insuficiente. En los
años siguientes la cantidad disminuyó.
Se buscaron nuevas alternativas. En 1830 fueron introducidos de forma obligatoria
y en contra de sus voluntades un grupo de filipinos que tenían la ventaja que
podían comunicarse en español. Pero estos no eran muy numerosos, y por esta
razón a mediados del siglo decidieron probar con otros mercados, los llamados “culíes
chinos”, quienes, a juzgar por muchos historiadores cubanos, fue la inyección
más importante de mano de obra para industria azucarera.
El
contrato firmado entre los colonos y los esclavistas establecía que debían
trabajar durante 8 años y después de ese tiempo, adquirían la libertad. Algunos historiadores aseguran que para final
del siglo XIX había sobrepasado los 150 mil chinos. [i] Un dato importante es que a finales de ese
siglo, fueron a Cuba unos cinco mil chinos que salieron desde Estados Unidos,
escapando de la discriminación y el maltrato que recibían en la nación norteña.
La otra gran ola migratoria ocurrió en las primeras décadas del siglo XX. Muchos chinos salieron huyendo del hambre, la
guerra y la miseria que se vivía en la China continental del momento.
Un
elemento distintivo y singular de la migración china en Cuba, a diferencia de
la migración china en la República Dominicana, es que los chinos de primera y
segunda generación decidieron tener una participación política activa. Según los documentos y testimonios de los
líderes de la Guerra de los Diez Años, que es la
verdadera lucha independentista cubana, muchos chinos se unieron a la guerra en
1898, a fin de que Cuba lograra su independencia de España.
Sin
embargo, cuando Fidel subió al poder en 1959, miles de chinos se sumaron a los
cubanos que salieron huyendo hacia los Estados Unidos. La razón básica de esta huida fue que el nuevo gobierno revolucionario había
expropiado los negocios y propiedades de chinos dueños de negocios de comestibles
y venta de mercadería y enseres para el hogar.. La mayoría, como ocurrió con
los cubanos, se establecieron en los
Estados Unidos, en particular cerca de la Florida. Otros zarparon a tierras más cercanas, como
fue el caso de República Dominicana y Venezuela.
Este hecho produjo
que después de los años 60 del siglo
XX, la migración china a Cuba declinó de
manera notable, tanto así que el otrora reluciente Barrio Chino de la Habana se
convirtió en un cementerio. Sin embargo,
a mediados de los 90 del siglo XX, el gobierno
cubano hizo un acuerdo con el Gobierno Chino para devolverle el esplendor al
barrio. Los resultados se vieron casi de
inmediato. En la actualidad las tareas de preservación son asumidas por la Oficina del Historiador de la Ciudad. Se creó también la Casa de las Artes y
Tradiciones Chinas de La Habana, que pertenece a la Oficina del Historiador.
Con estas acciones, el Gobierno Cubano evidenció que los chinos fueron
importantes en la historia cubana de los últimos 100 años.
La migración china en El Caribe. Apuntes para su
historia. El Caribe inglés y francés (3)
Por Mu-Kien Adriana Sang
Hombre Verdadero de
antaño
ignoraba el amor a la vida,
el odio a la muerte.
Alerta siempre y ligero
en su ir y venir: eso era todo.
Consciente de su origen
sin preocuparse por el fin
(Los Capítulos Interiores de Zhuang Zi,
ignoraba el amor a la vida,
el odio a la muerte.
Alerta siempre y ligero
en su ir y venir: eso era todo.
Consciente de su origen
sin preocuparse por el fin
(Los Capítulos Interiores de Zhuang Zi,
Como
señalamos en los anteriores, la migración china del siglo XIX se concentró en
Cuba principalmente y en República Dominicana. Sin embargo, las demás islas
también recibieron culíes, aunque en menor proporción. Jamaica, por ejemplo, recibieron sus primeros
chinos en noviembre de 1854, unos 200 en total.
Eran trabajadores chinos procedentes de Hong Kong que habían sido
expulsados de Panamá por sospecha de que habían contraído la fiebre amarilla.
Para sorpresa mía, la migración de culíes chinos había alcanzado la cifra casi
1,200 personas para 1874. A partir de
1885, llegaron chinos para trabajar explotaciones
hortofrutícolas. Ese año arribaron 600 personas,
y tres años más tarde, en 1885, se clacula que llegaron unas 700, y al año siguiente se integraron 800 más
para el trabajo en la agricultura.
En el Caribe continental la
documentación existente da cuenta de que más de 200 chinos vinieron
directamente a Panamá a trabajar en las obras del canal y del ferrocarril. La mayoría de estos culíes provenían de Guangdong
y accedían a ese mercado laboral a través del puerto de Hong Kong.
En el caso de Trinidad y
Tobago, a principios del siglo XIX se hicieron intentos que fracasaron para la
compra de mano de obra china. La
documentación existente indica que los primeros llegaron en el 1853. Eran unos
1.100 chinos, la mayoría, como sucedió en las diferentes olas migratorias,
provenían de la provincia de Guangdong, pero llegaron también de la etnia
hakka. Se calcula que entre 1853 y 1856, había en Trinidad casi cuatro mil
culíes. Un elemento interesante es que
esta pequeña isla, casi despoblada, se convirtió en un atractivo para las comunidades
chinas que habían alcanzado su libertad y con el tiempo se dedicaron al negocio.
Las Antillas Francesas no
registraron grandes movimientos migratorios. Solo existen noticias de la
llegada de trabajadores chinos a las islas de la Martinica y Guadalupe, una vez
se puso en vigencia el convenio entre China y Francia en materia de traslado de
trabajadores. Con este acuerdo migratorio, se calcula que para final de siglo
habían unos cuatro mil culíes en ambas islas. [i]
Como puede verse, el resto de
las Antillas, mayores y menores, no tuvo una presencia masiva de culíes chinos,
como se produjo en Cuba y República Dominicana, y en menor medida en Jamaica.
La población china que migró,
los culíes, como eran conocidos despectivamente, se sumó a la migración hindú,
convirtiéndose estos grupos étnicos asiáticos en los sustitutos de la mano de
obra negra.
Casi todas las investigaciones
que se han realizado afirman que la población china en El Caribe no fue más
numerosa porque muchos de los trabajadores morían en la travesía. Eran tan duras las condiciones del largo
viaje, a causa de la falta de agua, comida y carencia de las mínimas
condiciones físicas, que muchos de los viajeros morían por fiebre amarrilla,
por enfermedades intestinales; otros, sencillamente, preferían lanzarse al mar
antes de seguir el trayecto.
Así comenzó una de las
cruzadas más absurdas e inhumanas. El discurso nuevo, liberador y defensor de
los derechos humanos era exclusivo de unos cuantos. Los negros esclavos, sometidos por siglo,
fueron liberados. Pero, para seguir con
los bajos costos de producción en las plantaciones azucareras y otros cultivos,
necesitaban seguir sobre explotando mano de obra, a falta de negros, llegaron
los chinos y los hindúes.
Esta tierra nuestra es un
puente de llegadas y salidas constantes.
Nos reciben y nos expulsan en una doble dinámica mortal que afecta las
familias
[i]
Estas informaciones fueron obtenidas del interesante artículo: HACIA UNA GEOGRAFIA DE LAS PRIMERAS MIGRACIONES CHINAS EN EL CARIBE de Martín U. de Quintana Roo (México)
y Checa-Artasu, publicado por la REVISTA
BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES, de la Universidad de Barcelona. Vol. XII, nº 707,
25 de febrero de 2007
La migración china en El Caribe. Apuntes para su
historia. El Caribe inglés y francés (3)
Por Mu-Kien Adriana Sang
Hombre Verdadero de
antaño
ignoraba el amor a la vida,
el odio a la muerte.
Alerta siempre y ligero
en su ir y venir: eso era todo.
Consciente de su origen
sin preocuparse por el fin
(Los Capítulos Interiores de Zhuang Zi,
ignoraba el amor a la vida,
el odio a la muerte.
Alerta siempre y ligero
en su ir y venir: eso era todo.
Consciente de su origen
sin preocuparse por el fin
(Los Capítulos Interiores de Zhuang Zi,
Como
señalamos en los anteriores, la migración china del siglo XIX se concentró en
Cuba principalmente y en República Dominicana. Sin embargo, las demás islas
también recibieron culíes, aunque en menor proporción. Jamaica, por ejemplo, recibieron sus primeros
chinos en noviembre de 1854, unos 200 en total.
Eran trabajadores chinos procedentes de Hong Kong que habían sido
expulsados de Panamá por sospecha de que habían contraído la fiebre amarilla.
Para sorpresa mía, la migración de culíes chinos había alcanzado la cifra casi
1,200 personas para 1874. A partir de
1885, llegaron chinos para trabajar explotaciones
hortofrutícolas. Ese año arribaron 600 personas,
y tres años más tarde, en 1885, se clacula que llegaron unas 700, y al año siguiente se integraron 800 más
para el trabajo en la agricultura.
En el Caribe continental la
documentación existente da cuenta de que más de 200 chinos vinieron
directamente a Panamá a trabajar en las obras del canal y del ferrocarril. La mayoría de estos culíes provenían de Guangdong
y accedían a ese mercado laboral a través del puerto de Hong Kong.
En el caso de Trinidad y
Tobago, a principios del siglo XIX se hicieron intentos que fracasaron para la
compra de mano de obra china. La
documentación existente indica que los primeros llegaron en el 1853. Eran unos
1.100 chinos, la mayoría, como sucedió en las diferentes olas migratorias,
provenían de la provincia de Guangdong, pero llegaron también de la etnia
hakka. Se calcula que entre 1853 y 1856, había en Trinidad casi cuatro mil
culíes. Un elemento interesante es que
esta pequeña isla, casi despoblada, se convirtió en un atractivo para las comunidades
chinas que habían alcanzado su libertad y con el tiempo se dedicaron al negocio.
Las Antillas Francesas no
registraron grandes movimientos migratorios. Solo existen noticias de la
llegada de trabajadores chinos a las islas de la Martinica y Guadalupe, una vez
se puso en vigencia el convenio entre China y Francia en materia de traslado de
trabajadores. Con este acuerdo migratorio, se calcula que para final de siglo
habían unos cuatro mil culíes en ambas islas. [i]
Como puede verse, el resto de
las Antillas, mayores y menores, no tuvo una presencia masiva de culíes chinos,
como se produjo en Cuba y República Dominicana, y en menor medida en Jamaica.
La población china que migró,
los culíes, como eran conocidos despectivamente, se sumó a la migración hindú,
convirtiéndose estos grupos étnicos asiáticos en los sustitutos de la mano de
obra negra.
Casi todas las investigaciones
que se han realizado afirman que la población china en El Caribe no fue más
numerosa porque muchos de los trabajadores morían en la travesía. Eran tan duras las condiciones del largo
viaje, a causa de la falta de agua, comida y carencia de las mínimas
condiciones físicas, que muchos de los viajeros morían por fiebre amarrilla,
por enfermedades intestinales; otros, sencillamente, preferían lanzarse al mar
antes de seguir el trayecto.
Así comenzó una de las
cruzadas más absurdas e inhumanas. El discurso nuevo, liberador y defensor de
los derechos humanos era exclusivo de unos cuantos. Los negros esclavos, sometidos por siglo,
fueron liberados. Pero, para seguir con
los bajos costos de producción en las plantaciones azucareras y otros cultivos,
necesitaban seguir sobre explotando mano de obra, a falta de negros, llegaron
los chinos y los hindúes.
Esta tierra nuestra es un
puente de llegadas y salidas constantes.
Nos reciben y nos expulsan en una doble dinámica mortal que afecta las
familias
[i]
Estas informaciones fueron obtenidas del interesante artículo: HACIA UNA GEOGRAFIA DE LAS PRIMERAS MIGRACIONES CHINAS EN EL CARIBE de Martín U. de Quintana Roo (México)
y Checa-Artasu, publicado por la REVISTA
BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES, de la Universidad de Barcelona. Vol. XII, nº 707,
La migración china en El Caribe. Apuntes para su
historia. El Caribe inglés y francés (3)
Por Mu-Kien Adriana Sang
Hombre Verdadero de
antaño
ignoraba el amor a la vida,
el odio a la muerte.
Alerta siempre y ligero
en su ir y venir: eso era todo.
Consciente de su origen
sin preocuparse por el fin
(Los Capítulos Interiores de Zhuang Zi,
ignoraba el amor a la vida,
el odio a la muerte.
Alerta siempre y ligero
en su ir y venir: eso era todo.
Consciente de su origen
sin preocuparse por el fin
(Los Capítulos Interiores de Zhuang Zi,
Como
señalamos en los anteriores, la migración china del siglo XIX se concentró en
Cuba principalmente y en República Dominicana. Sin embargo, las demás islas
también recibieron culíes, aunque en menor proporción. Jamaica, por ejemplo, recibieron sus primeros
chinos en noviembre de 1854, unos 200 en total.
Eran trabajadores chinos procedentes de Hong Kong que habían sido
expulsados de Panamá por sospecha de que habían contraído la fiebre amarilla.
Para sorpresa mía, la migración de culíes chinos había alcanzado la cifra casi
1,200 personas para 1874. A partir de
1885, llegaron chinos para trabajar explotaciones
hortofrutícolas. Ese año arribaron 600 personas,
y tres años más tarde, en 1885, se clacula que llegaron unas 700, y al año siguiente se integraron 800 más
para el trabajo en la agricultura.
En el Caribe continental la
documentación existente da cuenta de que más de 200 chinos vinieron
directamente a Panamá a trabajar en las obras del canal y del ferrocarril. La mayoría de estos culíes provenían de Guangdong
y accedían a ese mercado laboral a través del puerto de Hong Kong.
En el caso de Trinidad y
Tobago, a principios del siglo XIX se hicieron intentos que fracasaron para la
compra de mano de obra china. La
documentación existente indica que los primeros llegaron en el 1853. Eran unos
1.100 chinos, la mayoría, como sucedió en las diferentes olas migratorias,
provenían de la provincia de Guangdong, pero llegaron también de la etnia
hakka. Se calcula que entre 1853 y 1856, había en Trinidad casi cuatro mil
culíes. Un elemento interesante es que
esta pequeña isla, casi despoblada, se convirtió en un atractivo para las comunidades
chinas que habían alcanzado su libertad y con el tiempo se dedicaron al negocio.
Las Antillas Francesas no
registraron grandes movimientos migratorios. Solo existen noticias de la
llegada de trabajadores chinos a las islas de la Martinica y Guadalupe, una vez
se puso en vigencia el convenio entre China y Francia en materia de traslado de
trabajadores. Con este acuerdo migratorio, se calcula que para final de siglo
habían unos cuatro mil culíes en ambas islas. [i]
Como puede verse, el resto de
las Antillas, mayores y menores, no tuvo una presencia masiva de culíes chinos,
como se produjo en Cuba y República Dominicana, y en menor medida en Jamaica.
La población china que migró,
los culíes, como eran conocidos despectivamente, se sumó a la migración hindú,
convirtiéndose estos grupos étnicos asiáticos en los sustitutos de la mano de
obra negra.
Casi todas las investigaciones
que se han realizado afirman que la población china en El Caribe no fue más
numerosa porque muchos de los trabajadores morían en la travesía. Eran tan duras las condiciones del largo
viaje, a causa de la falta de agua, comida y carencia de las mínimas
condiciones físicas, que muchos de los viajeros morían por fiebre amarrilla,
por enfermedades intestinales; otros, sencillamente, preferían lanzarse al mar
antes de seguir el trayecto.
Así comenzó una de las
cruzadas más absurdas e inhumanas. El discurso nuevo, liberador y defensor de
los derechos humanos era exclusivo de unos cuantos. Los negros esclavos, sometidos por siglo,
fueron liberados. Pero, para seguir con
los bajos costos de producción en las plantaciones azucareras y otros cultivos,
necesitaban seguir sobre explotando mano de obra, a falta de negros, llegaron
los chinos y los hindúes.
Esta tierra nuestra es un
puente de llegadas y salidas constantes.
Nos reciben y nos expulsan en una doble dinámica mortal que afecta las
familias
[i]
Estas informaciones fueron obtenidas del interesante artículo: HACIA UNA GEOGRAFIA DE LAS PRIMERAS MIGRACIONES CHINAS EN EL CARIBE de Martín U. de Quintana Roo (México)
y Checa-Artasu, publicado por la REVISTA
BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES, de la Universidad de Barcelona. Vol. XII, nº 707,
25 de febrero de 2007
25 de febrero de 2007
[i] Lao Yi, Presencia China en Cuba,
http://arseniorodriguezquintana.blogspot.com/p/presencia-china-en-cuba-varios-autores.html
[i]
Sobre este tema, véase el interesante trabajo HACIA UNA GEOGRAFIA DE LAS PRIMERAS
MIGRACIONES CHINAS EN EL CARIBE de Martín U. de Quintana Roo
(México) y Checa-Artasu, publicado por la REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE
GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES, de la Universidad de Barcelona. Vol. XII, nº 707, 25 de febrero de
2007
[ii]
Culí o Culi1
, apelativo utilizado para designar a los
cargadores y trabajadores contratados con escasa cualificación de la India,
China y otros países asiáticos.
[iii]
Martín Quintana Roo, obra citada anteriormente
No hay comentarios:
Publicar un comentario