HOY 19 de mayo 2012
El voto en la democracia
Por: Mu-Kien
Adriana Sang
Si hubiera una nación de dioses, éstos se
gobernarían democráticamente; pero un gobierno tan perfecto no es adecuado para
los hombres
El gobierno tuvo su origen en el propósito
de encontrar una forma de asociación que defienda y proteja la persona y la
propiedad de cada cual con la fuerza común de todos
Jean Jacques Rousseau
Mañana el pueblo dominicano irá a las urnas para elegir
al Presidente de la República Dominicana que gobernará el periodo 2012 -
2016. Después de largos meses de
continua campaña política, por fin serán celebradas las elecciones. Quizás hoy
no entendamos que el voto es un signo importante de las fuertes luchas de la sociedad en la construcción de
la democracia. Los recibimos como un hecho normal, olvidando que detrás de cada
boleta electoral han sido vertidas lágrimas, sangre y sacrificio de muchos
hombres y mujeres que soñaron con una sociedad diferente, en la cual
prevaleciera la condición de ciudadano (sí, masculino), no de súbdito (aquí sí,
mujeres y hombres).
Si la abstención fuera tomada en cuenta como una
expresión de la voluntad soberana de la ciudadanía, estaría de acuerdo de que
los que asumen que ninguno de los candidatos o candidatas los representa, se
abstengan. Pero este no es el caso de la
ley electoral dominicana. El voto de
protesta es considerado un voto nulo, ofreciendo mayor ventaja a los que
disfrutan del voto mayoritario.
Soy de las que opina que hay que votar. He ejercido mi derecho ciudadano, he
utilizado mi porción de soberanía, desde que cumplí la mayoría de edad en los
años 70. He votado por y con conciencia
ciudadana, con la seguridad de que mi voto no fue, no es ni será nunca una
patente de corzo para que los elegidos se sientan con derecho de hacer lo que
crean y le convengan a sus propios intereses,
y no a los de las grandes mayorías.
He utilizado esa conquista con orgullo, aunque a veces haya votado con
dolor, con estupor y rabia, porque ninguno de los candidatos llena mis
expectativas.
Vote porque el que usted crea, pero voto. No perdamos esa conquista. Si usted no simpatiza con las ofertas de los
mayoritarios, elija entonces un candidato de las minorías, pero vote. Si usted considera que hay que votar por el
que tiene posibilidad, hágalo. Si usted piensa que su voto es en contra de una
fuerza, hágalo, pero vote.
La compra de voluntades ha sido una de las grandes
tragedias de nuestra democracia representativa. Tenemos que seguir luchando por la
transparencia, por la rendición de cuentas, por la regulación de los fondos y
de la campaña política. Vote, vote,
vote.... que esta democracia nuestra tiene que fortalecerse.
mu-kiensang@hotmail.com
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