José Martí fue también dramaturgo. Comenzó su vida de dramaturgo cuando
apenas tenía 19 años con el drama Adúltera, un drama de carácter social en
el cual el joven Martí expresa sus ideas sobre el amor, la sinceridad, el
respeto y la fidelidad. Los especialistas se asombran que a pesar de ser
tan joven al momento de escribirla, fue capaz de utilizar la metáfora de
manera tan exquisita. Está
ambientada en el siglo XVII y los personajes son:
GROSSERMANN,
(hombre alto), el marido
GUTTERMANN,
(hombre bueno), el amigo
POSSERMANN,
(hombre vil), el amante
FLEISCH, (fleisch:
carne), la mujer
Marido...
40 años - Amante... 25 años
Amigo... 30
años - Mujer... 25 años
-Es el hombre en la tierra dueño de
sí mismo, y es sin
embargo-su mayor trabajo serlo, que
el hombre es el mayor obstáculo
del hombre.-Y desde que lo fui,
desde que empeñé esta lucha que
dura en esta tierra toda la vida y
¡quién sabe cuantas vidas en otras!-
nunca creí en la paz, ni en el
contento, ni en más felicidad que este
íntimo regocijo que produce ver
felices a los otros.
Sufrir para mí no era sufrir: era
ensancharme, ser, crecer. Y desde
que la amo, creo ya en la felicidad
de una hora, porque a su lado me
olvido de todas las miserias, y -en
la tierra- la única felicidad posible es
el olvido de la Tierra.
Cuerpo y alma son ciertamente
encarnizados contrarios. No es
amor estúpido de cuerpo lo que
brota de mí para María: -es que el ser
humano no está completo en el
hombre: es que la mujer lo completa: es
que esta indomable vida de mi
espíritu necesitaba para no caer vencida-
resignación y ternura, abnegación y
luz porque -si la luz se perdiera,
hallaríasela de nuevo encendida en
el alma de una mujer.
(Corriendo
al encuentro de Guttermann, que entra por la puerta del
fondo.) ¡Oh, amigo, en hora buena llegas!
-Complacíame ahora de
venturas mías: no estaban todas
juntas si no te tenía cerca de mí….Escena 1 de La Adultera.
Cuando apareció en la palestra, parece que
trajo mucha polémica por el tema, ya que exponer el adulterio femenino en
ese momento era una osadía, un enfrentamiento directo a una sociedad
cerrada, que prefería ocultar sus dramas, pero con la hipocresía social de
mostrar a la sociedad justamente lo contrario.
A juicio de algunos especialistas, el teatro cubano
inició con la obra Abala de José Martí.
Busqué la obra, y lo primero que aparece es, después del título, una
frase que dice: Escrito para la patria. Y al leerla, Martí plasma en cada
escena su posición anti imperial y su visión, y sobre todo, sus luchas por
y para la patria. Cuatro son los
personajes centrales de la obra: Abala, un senador, Espirita la madre de
Abdala y Elmira la hermana de Abdala.
Desde la primera escena aparece la intencionalidad política y
crítica de la obra: el senador toma la palabra para decir:
Noble
caudillo: a nuestro pueblo llega feroz conquistador: necio amenaza, si a su
fuerza y poder le resistimos, En polvo convertir nuestras murallas:
Fiero
pinta a su ejército que monta
Nobles
corceles de la raza arábiga;
Inmensa
gente el opresor auxilia,
Y
tan alto es el número de lanzas
Que
el enemigo cuenta, que a su vista
La
fuerza tiembla y el valor se espanta:
Tantas
sus tiendas son, noble caudillo,
Que
a la llanura llegan inmediata,
Y
del rudo opresor ¡Oh Abala ilustre!
Es
tanta la fiereza y arrogancia
Que
envió un emisario reclamando
Rindiese
fuego y aire, tierra y agua!
Algunos sostienen que esta obra, más que teatro, es
ante todo un poema épico que da inicio a la evolución de las ideas
patrióticas de Martí. A lo largo de
la obra aparecen los conflictos existenciales de los seres humanos entre
sí, las luchas internas y sobre todo, la
disyuntiva entre el amor maternal y el amor a la patria. El punto de
inicio es la llegada de las tropas invasoras, a partir de ese momento, aparecen
los demás personajes. Los diálogos y parlamentos de los personajes son muy
extensos y dramáticos.
Los biógrafos de Martí coinciden en que desde
niño mostró no sólo interés, sino pasión por la literatura dramática. Un
elemento importante es que el drama, la literatura y la poesía martiana están
condicionados por su sentido moral, de compromiso social y de medio
educativo para desarrollar la conciencia.
En México, en 1875, Martí escribió lo único
suyo que pudo ver en escena, Amor con amor se paga, en la que expone
el juego amoroso al mismo tiempo que ensayo de teatro dentro del teatro. En
1876, un año más tarde, hizo en Guatemala se presentó su obra, Patria y
Libertad, que no tuvo buena acogida ni por el público, ni por la
crítica, pues la calificaron de escaso valor artístico.
Los críticos de Martí aseguran que su obra
teatral era más que nada poesía dramática recitada. Incluso llegan a afirmar
que era un gran orador y que sus piezas de oratoria eran más dramáticas que
sus dramas. Otros aseguran que Martí fue mejor como crítico teatral que
dramaturgo; aunque a veces su pasión lo cegaba y era demasiado severo en
sus críticas, como lo hizo, por ejemplo, con las obras de Echegaray, cuyas
críticas provocaron la ira de muchos autores.
Los especialistas y estudiosos de Martí,
aseguran que estaba influenciado por las plumas brillantes de
Beaumarchais, Diderot, Goethe, Víctor Hugo, y Alejandro Dumas. Quizás la dramaturgia no fue su fuerte
como escritor, de todas maneras, le sirvió como instrumento de
desarrollar sus ideas políticas, libertarias, pero sobre todo, como
vehículo de difusión de sus ideas
revolucionarias y patrióticas.
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