TEMAS SOBRE HAITI, REPUBLICA DOMINICANA Y EL CARIBE
Amor y mito en la cuba tradicional. Una aproximación
Por: Mu-Kien Adriana Sang
sangbenmukien@gmail.com
mu-kiensang@pucmm.edu.do
@MuKienAdriana
Desde el mismo hermoso día
En que te fuiste de aquí,
No hay consuelo para mí,
Adorada prenda mía.
Ya se acabó mi alegría,
Ya tuvo fin mi contento,
No encuentro divertimento
Que mi dolor apacigüe
Y estoy más triste que un jigüe
Cuando lo desgaja el viento
Rigores de tu ausencia,
Juan Cristóbal Nápoles Fajardo.
Vuelvo a retomar la columna que abandoné a
finales de diciembre. Involucrada en múltiples actividades laborales y
personales, no tenía el espacio mental para escribir esta columna, la cual, por
sus características, tengo que buscar, investigar y leer mucho antes de
sentarme a escribir estas casi mil palabras.
Inicio este ciclo del año 2015 justamente en
el día dedicado al amor. Para escribir
hago un programa de temas. Decidí parar,
pues ¡Qué mejor iniciar el ciclo de este año hablando sobre algunas leyendas
sobre el imponderable del amor! Me desilusioné mucho. Existen, por lo menos hasta donde pude
buscar, pocos estudios realizados, o por lo menos publicados en torno al
tema. Hurgando como lo hago, localicé
muchas poesías de amor, escritas por poetas de la zona, que son caribeñas
porque fueron escritas aquí, no porque abordan un tema específico relativo al
Caribe. Gracias al cielo, localicé el
trabajo de la profesora Mercedes E. Jogar Velázquez. De la Universidad Vladimir
L, me arrojó alguna luz y me dio paz.
¡Podía escribir mi artículo!
El trabajo en cuestión se titula “Mitos y
leyendas cubanas en la décima escrita”, publicada en la Revista Caribeña de
ciencias sociales editada por la Universidad de Málaga y corresponde al primer
trimestre de este año.
Dice la profesora Jodar que el amor forma
parte de los mitos y leyendas, porque son modalidades del saber popular que se
transmiten de forma oral en los pueblos.
Ellos constituyen la tradición, el modo de pensar y actuar de las
personas. El amor, la forma de
aproximarse al ser que se busca en compañía está cargado de un imaginario
colectivo en el que se entremezclan ideologías, valores y creencias. No cabe
duda, sigue diciendo, que forman parte de la cultura y constantemente se reinventa
con alegorías “que surgen como
consecuencia de la fe viviente necesitada de milagros y generadoras de leyendas
cuya esencia no encontramos en la mera lectura de un texto, sino en el estudio
combinado de la narración y el ambiente social y cultural en que ocurren.”
En relación a la riqueza mitológica de Cuba,
la profesora Jodar afirma con orgullo, que es riquísima, casi inagotable.
Parafraseando al gran Alejo Carpentier señala que a pesar del tiempo, “está muy lejos de haber agotado su caudal
de mitología”. ¿Saben por qué?
Porque sencillamente está envuelta en la exteriorización, en la imaginación
humana y en la fantasía, más aún, “en la
naturaleza creadora con formas extrañas y figurativas, elementos que motivan el
genio poético en los escritores, fuente natural que los estimula a lograr obras
originales y admiradas…”
La mitología mayor cubana, sigue exponiendo la
autora, se refiere especialmente a su tierra, el terruño amado que vio nacer a
sus hombres y mujeres. Sin embargo, en todas se refleja el deseo del amor y la
compañía. Una de las palabras más utilizada y polémica es el término jigüe, que
es de origen indígena, otros afirman que es africano. Ese término es muy utilizado en los poetas.
Según los lingüistas el jigüe es un árbol silvestre, pero también se utiliza
para identificar al duende que protege,
y tiene la particularidad, sea indio o negro, que alborota las aguas para
llamar la atención de sus amados. La noción de jigue-árbol es expuesto en el
poema de amor que engalana esta
columna. El jigue-duende ha sido también
objeto de poemas, décimas y cánticos:
El hijo
de una mentira.
Piedra
que sola se tira.
Una
verdad de burbuja
Negrito
que se dibuja
En las
páginas del miedo.
Sombra
huidiza, remedio
De
duende, chamico, jigüe
Madre
de aguas averigüe
Que
decirle más no puedo… Renal González Batista, Versiones del Güije
Este negrito duende abandonado fue el fruto de
un arrebato pasional sin amor. Por eso es un ser burbuja, el fruto de un
arrebato. Pero el amor en la tradición y mitología cubana tiene otras
expresiones, en sueños inconclusos, en mujeres inexistentes, en mitos que
caminan, en seres añorados e imposibles:
Sirena soy en mi nombre,
En el
mar me han conocido.
Y mi
cuerpo no ha podido
Ser
jamás mujer o hombre.
Mírame
sin que te asombres
De tan
extraña belleza,
Ocultando
la cabeza
Y
bajándola después:
Suelto
mi cola de pez
Y me
vuelvo una princesa. Samuel Feijoo, Sirenas.
Y es que el amor tiene tantas manifestaciones,
a veces tan disímiles, extrañas como sublimes.
En la mitología caribeña, cubana para este espacio, el imaginario se
expresa casi de forma imposible, con sueños de mujeres tan maravillosas como
inimaginables e inexistentes. En
palabras de la autora: “La relación entre unos y otros elementos mitológicos
está en ocasiones bien justificada; tal es el caso de la siguapa que, aunque
para el Larousse en Cuba y Puerto Rico es un ave de rapiña, se inserta de
manera coherente en nuestra mitología como la mujer del jigüe… presenta
características sui géneris y quiméricas… chiquita, de color negro, con el
cuerpo cubierto de pelos, siempre desnuda, los pies planos… los dedos hacia
atrás, el cabello muy largo, no habla, tiene un movimiento circular continuo de
la cabeza…
El
hombre nada sospecha.
Desnudo
sobre la arena
Puede
que tenga un apena.
Pero la
siguapa acecha
Buscando
abrir una brecha
En el
corazón del hombre.
Ella
espera, no se asombre
De su
profusa pelambre,
Hembra
repleta de hambre
Roja
lujuria sin nombre…
Sola la
noche traspasa…
Busca
tener para su amor otro ser
En la
leyenda camina
Como
una profunda espina
Que
vigila al caminante.
Mito,
no conoce instante.
Ah!
Ingenuidad campesina… Rodolfo de la Fuente, Siguapa
Así es el amor, como el mito. Un producto del
corazón, del imaginario personal y colectivo, de la necesidad de los seres
humanos de estar juntos, de recrear con su cuerpo la pasión y la compañía, para
no transitar solo por los caminos que le traza la existencia. ¿Es el amor un mito? ¿Es el mito fruto del
amor?
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