ENCUENTROS
LOS LABERINTOS DEL PENSAMIENTO
COMPLEJO. La inteligencia ciega
Dedicado a Patricia Gascón Muro, mi hermana
mexicana
Por: Mu-Kien Adriana Sang
Legítimamente, le pedimos al pensamiento que disipe las brumas y las
oscuridades, que ponga orden y claridad en lo real, que revele las leyes que lo
gobiernan. El término complejidad no
puede más que expresar nuestra turbación, nuestra confusión, nuestra incapacidad
para definir de manera simple, para nombrar de manera clara, para poner orden
en nuestras ideas. Al mismo tiempo, el conocimiento científico fue concebido
durante mucho tiempo, y aún lo es a menudo, como teniendo por misión la de
disipar la aparente complejidad de los fenómenos, a fin de revelar el orden
simple al que obedecen. Pero si los
modos simplificadores del conocimiento mutilan, más de lo que expresan,
aquellas realidades o fenómenos de los que intentan dar cuenta, si se hace
evidente que producen más ceguera que elucidación, surge entonces un problema:
¿Cómo encarar la complejidad de un modo no simplificador? Edgar Morin, Prólogo- Introducción a la
complejidad.
Cuando decidí conocer un poco sobre la teoría de la
complejidad, comencé a localizar fuentes.
Me impresionó ver la gran cantidad de obras que se han escrito sobre el
pensamiento de Morín. Decidí ir a la
fuente, es decir, lo que había escrito el propio creador de la
complejidad. Localicé la obra
“Introducción al pensamiento Complejo” de Edgar Morín, una edición española a
cargo de Marcelo Pakman, publicada en 1994 por la Editorial Gedisa. El texto es una compilación de ensayos
escritos entre 1976 y 1988, momento en el que su método comienzaba a cobrar
forma. El libro contiene seis
ensayos: la inteligencia ciega, el
paradigma de la complejidad; la complejidad y la acción; la complejidad y la
empresa; y epistemología de la complejidad, además de un interesante prólogo
escrito por Morín.
En el prólogo de la obra, Morín señala que normalmente
existen dos ilusiones que alejan a “los espíritus del problema del pensamiento
complejo”. La primera es la creencia de
que la complejidad induce a la eliminación de la simplicidad. Y la segunda es la confusión de que
complejidad es igual a completud:
Ciertamente, la ambición del pensamiento complejo es
rendir cuenta de las articulaciones entre dominios disciplinarios quebrados por
el pensamiento disgregador…éste aísla lo que separa y oculta todo lo que
religa, interactúa, interfiere. En este sentido el pensamiento complejo aspira
al conocimiento multidimensional.” (Prólogo, p.23)
En el primer ensayo, “La inteligencia ciega”, escrito en 1984 a
propósito de cumplirse 40 años de la obra de Orwell, Morín inicia hablando acerca de la toma de
conciencia. Inicia su planteamiento señalando que la sociedad occidental había adquirido
conocimientos sin precedentes a nivel físico, biológico, sicológico y
sociológico. Se ha producido un boom de
la ciencia en la cual reina la verificación empírica y la lógica. La razón supuestamente reina. Sin embargo, sigue planteando Morín, la ceguera y la ignorancia ganan espacio a
pasos agigantados. ¿Por qué? Por cuatro
razones:
1.
La
causa más profunda está en el modo de
organización del saber en sistemas de ideas, teorías e ideologías.
2.
Existe
una nueva ignorancia que está ligada al desarrollo mismo de la ciencia.
3.
Pero
también existe una nueva ceguera que está ligado al “degradado uso de la
razón”.
4.
Y,
las más graves amenazas están vinculadas
al progreso “ciego e incontrolado del conocimiento (armas termonucleares,
manipulaciones de otro orden, desarreglos ecológicos…)” (p.28)
Con respecto a la primera razón,
Morín sostiene que todo conocimiento funciona seleccionando los datos
significativos y rechazando los que no lo son.
Para esto, sigue diciendo, “separa (distingue o desarticula) y une
(asocia, identifica); jerarquiza (lo principal, lo secundario) y centraliza (en
función de un núcleo de nociones maestras)”
Todas estas operaciones
utilizadas por la lógica, están comandadas por los paradigmas, que no son más
que “principios ocultos que gobiernan nuestra visión de las cosas y del mundo
sin que tengamos conciencia de ello…. Es por ello que gobiernan nuestra visión de las cosas y del
mundo sin que tengamos conciencia de ello” (p.28)
Plantea Morín el viejo paradigma
cientificista que se hizo dominante en el siglo XIX ha encasillado los
problemas humanos, pues estos queda librados “al oscurantismo científico que produce especialistas ignaros, sino
también a doctrinas obstrusas que pretenden controlar la cientificidad…como si
la verdad estuviera encerrada en una caja fuerte de la que bastara poseer la
llave, y el ensayismo no verificado se reparte el terreno con el cientificismo
estrecho.” (p.31). Esta visión, sigue
diciendo, es mutilante y unidimensional, no mira la realidad en todas sus
dimensiones, sino que la simplifica.
Una idea interesante que subyace en el texto es que la humanidad ha
desarrollado una nueva ignorancia ligada nada más y nada menos que al
desarrollo de la ciencia misma.
La pregunta que se impone es: ¿Qué es
la complejidad? ¿ Y por qué es necesario un pensamiento complejo? Morín la define así: “La complejidad es,
efectivamente, el tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones,
determinaciones, azares, que constituyen nuestro mundo fenoménico. Así es que la complejidad se presenta con los
rasgos inquietantes de lo enredado, de lo inextricable, del desorden, de la
ambigüedad, la incertidumbre…De allí la necesidad, para el conocimiento, de
poner orden en los fenómenos rechazando el desorden, de descartar lo incierto,
es decir, de seleccionar los elementos
de orden y de certidumbre, de quitar ambigüedad, clarificar, distinguir,
jerarquizar…Pero tales operaciones, necesarias para la inteligibilidad, corren
el riesgo de producir ceguera si eliminan a los otros caracteres de lo
complejo; y , efectivamente, como ya lo he indicado, nos han vuelto ciegos.”
(p.32)
Afirma el intelectual francés que la
complejidad ha regresado a la ciencia por la misma vía que había sido enviada
al olvido. Lo aparentemente simple no existía, ni existe; teniendo las ciencias
llamadas exactas que abrirse a la complejidad.
“Se ha descubierto en el universo físico un principio hemorrágico de
degradación y de desorden…; luego, en el supuesto lugar de la simplicidad
física y lógica, se ha descubierto la extrema complejidad microfísica…el cosmos
no es una máquina perfecta, sino un proceso de vías de desintegración y, al
mismo tiempo, de organización…” (p.33)
Finalizo esta entrega con un fragmento
del maravilloso prólogo del libro escrito por Edgar Morín:
“Nunca pude, a lo largo de toda mi vida, resignarme al
saber parcelarizado, nunca pude aislar un objeto de estudio de su contexto, de
sus antecedentes, de su devenir. He aspirado siempre a un pensamiento
multidimensional. Nunca he podido eliminar la contradicción interior…Nunca he
querido reducir la fuerza de la incertidumbre y la ambigüedad. .. Si la
complejidad no es la clave del mundo, sino un desafío a afrontar, el
pensamiento complejo no es aquel que evita o suprime el desafío, sino aquel que
ayuda a revelarlo e incluso tal vez, a superarlo.”
SEGUIMOS EN LA PROXIMA CON ESTE
APASIONANTE AUTOR.
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