TEMAS SOBRE HAITI,
REPUBLICA DOMINICANA Y EL CARIBE
El libro de Reina, 1
Por: Mu-Kien Adriana Sang
@MuKienAdriana
La región del Caribe
costarricense se diferencia del resto del país no solo geográficamente sino,
fundamentalmente, por su historia. Desde la colonia, y por diversos motivos,
esta zona fue excluida del imaginario nacional. Con la llegada del capital
norteamericano al Caribe costarricense, durante la segunda mitad del siglo XIX,
surgió una demanda de mano de obra masiva. Así se inició una oleada migratoria
que enriqueció y diversificó la composición étnica de la provincia De esta
forma dicha región fue unida no solo económicamente, sino culturalmente, a los
flujos migratorios que caracterizaron al Gran Caribe en ese momento.
El rol del
Estado, además de facilitar la entrada del capital norteamericano a la
región, se caracterizó por aplicar políticas racistas y de exclusión…Los
inmigrantes menos deseados fueron quienes poblaron la zona del Caribe,
construyeron menos deseados fueron quienes poblaron la zona del Caribe, construyeron el ferrocarril y
desarrollaron la industria bananera. [1]
Reina Rosario a
quien conozco desde hace décadas, y hemos estado vinculadas por azares de la
vida. Cuando supe que había publicado su
tesis doctoral titulada: “Identidades de la población de origen
jamaiquino en el Caribe Costarricense (segunda mitad del siglo XX)”. Al saber de la
obra, la llamé de inmediato para que me regalara el libro, pues me interesaba
sobremanera leerlo. Su respuesta fue
inmediata. Me lo llevó a la casa. Lo
primero que me puse a hacer fue revisarlo. Me sorprendió agradablemente la amplísima
fuente utilizada en varios archivos: el Archivo de la Asamblea Legislativa, el
Archivo Nacional de Costa Rica, el Archivo de la Municipalidad de Limón; los
Informes de la Gobernación de la provincia de Limón; la Biblioteca del
Ministerio de Relaciones Exteriores y los Archivos de Japdeva. Allí trabajó discursos, periódicos, informes,
cartas, censos, fotografías…. Utilizó
fuentes orales. Entrevistó a 40 personas de la comunidad, que listó e indicó en
qué fechas hizo las entrevistas. Además
de hurgar en fuentes primarias, leyó una amplia cantidad de libros. La
bibliografía es inmensa, amplia, diversa y muy, muy interesante.
Antes de
adentrarse de lleno a la investigación, la investigadora afirma que lo más
interesante es que esa comunidad de origen jamaiquino ha logrado, desde el
siglo XIX “mantener, recrear y reproducir discursos (ser negro frente a un
mundo de blancos) sobre identidad étnica (caribeña-negra-africana) en una
sociedad que históricamente asume como blanca, descendiente de europeos”[2]. De inmediato, comienza a definir los
conceptos empleados: negro, afrocaribeño, afrodescendiente, afro costarricense,
para citar algunos. Luego para iniciar
su reflexión, parte del reconocido libro Benedict Anderson titulado
“Comunidades Imaginadas”, en el que afirma que la construcción de la identidad
nacional que ha prevalecido en América Latina es la llamada primordialista y
tradicionalista, en la cual los conceptos de nación y la nacionalidad son
concebidos como herencia colonial. Para Benedict, como defensr de la
perspectiva constructivista e invencionista, la identidad y la nación deben ser
vistas como comunidades imaginadas, limitadas y soberanas. “En Costa Rica, dice
Reina Rosario, hasta hace poco, predominaba la tendencia a considerar la nación
como algo ya constituido para finales de la colonia, o latente, que se
manifestaba a través del siglo XIX.”[3]
De inmediato, haciendo uso de una amplia bibliografía, hizo un balance crítico
acerca de la historiografía de Costa Rica, afirmando:
“Como se puede apreciar, en
la historiografía costarricense se mantienen dos visiones, aunque la versión
invencionista ha ganado mucho terreno especialmente entre los especialistas más
jóvenes… En los trabajos invencionistas se revelan cómo, desde el inicio de la
invención de la Nación, la población indígena y negra han sido invisibilizadas
o segregadas. El presente estudio asume
la visión invencionista con la cual pretendemos mostrar cómo, en el proceso de
invención de la nación costarricense, se fueron segregando e invisibilizando
las minorías étnicas y se desconocen sus aportes a la cultura costarricense. [4]
Reina defiende,
basándose en las ideas de Anthony Smith, que existe una muy estrecha relación
entre el concepto de etnia y el concepto de nación, ya que, afirma la autora,
la nación, como la comunidad étnica, son
comunidades de mitos y recuerdos colectivos; sin olvidar, claro está, que es
también una comunidad territorial, pero ojo, hay diferencias. “Mientras en el
caso de las comunidades étnicas el vínculo con el territorio puede ser solo
histórico y simbólico, en el caso de la nación es físico y real: las naciones
poseen territorios. Es decir, las naciones siempre requieren elementos étnicos,
que evidentemente se pueden reelaborar, lo cual sucede a menudo; pero no se
puede concebir una nación sin mitos ni recuerdos colectivos de un hogar
territorial.”[5] Lo usual, sigue diciendo, es que exista una confusión
en la mayoría de la gente acerca de los dos conceptos. La comunidad étnica, dice, carecen de algunos
atributos que sí tienen las naciones. Una de ellas es el territorio. Y otro elemento clave es la existencia de
códigos legales comunes.
La larga
introducción finaliza señalando que su investigación asume la visión
etno-simbolista de Anthony Smith, porque le permitía reinterpretar los símbolos
y tradiciones. Asumió también las ideas
de Hroch a fin de tener herramientas teóricas que le permitieran identificar a
los líderes intelectuales, sobre todo en el inicio de los movimientos
identitarios. Finalmente, sigue señalando, asumió la propuesta de Manuel
Castells a fin de diferenciar los orígenes y las formas de construcción de
identidades. A partir de entonces
comienza a desarrollar su obra. Por razones de espacio no podemos seguir
trabajando con este interesantísimo libro.
Anuncio a mis
lectores que a partir de esta entrega inicio una larga entrega de trabajos que
analizarán libros escritos por colegas nacionales e internacionales. Una nueva forma de aprender sobre este Caribe
nuestro, diverso, complejo y fascinante.
[1] Reina Rosario, Identidades de la población de origen
jamaiquino en el Caribe Costarricense (segunda mitad del siglo XX), Santo
Domingo, Cocolo Editorial, 2015, p. 397.
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