jueves, 24 de julio de 2014

Luis Palés Matos. La poesía del negrismo


TEMAS SOBRE HAITI, REPUBLICA DOMINICANA Y EL CARIBE

El Caribe y su poesía: Luis Palés Matos y la poética del negrismo.

Por: Mu-Kien Adriana Sang

sangbenmukien@gmail.com


@MuKienAdriana

CANCIONES DE LA VIDA MEDIA
Ahora vamos de nuevo a cantar alma mía;
a cantar sin palabras.
Desnúdate de imágenes y poda extensamente
tus viñas de hojarasca.
No adulteres el mosto que hierve en tus lagares
con esencias extrañas,
y así, te dará un vino sencillo pero puro,
porque es vino de casa.
Anda el viejo camino para que se te vea
la intención noble y clara,
y huye de las retóricas travesuras ingenuas
que inquietaron tu infancia.
Ya eres vieja, alma mía. Árbol que entra en la zona
de la vida mediada.
Como fruta madura te cuelga el sentimiento
de la rama más alta.
Rama de bella fronda que perfumó al canto,
ahora se ve pelada...
Para cuajar el fruto tuvieron que caerse
las hojas de la rama.
Así estás, alma mía, en tu grave hora nueva,
toda desnuda y blanca,
erguida hacia el silencio milenario y profundo
de la estrella lejana
. Luis Palés Matos

Inicio hoy un nuevo viaje.  Es tan rico y diverso este Caribe tan nuestro que podríamos iniciar aventuras nuevas cada día del año y quedarían pendientes nuevos aspectos, nuevos saberes para los 365 días del año siguiente. Amante como soy de la poesía, he decidido conocer la poética caribeña, si es que existe. El vuelo que iniciamos con esta entrega no tiene plan específico, únicamente lo guía la búsqueda y la curiosidad por conocer los hombres y mujeres nacidos en estas islas, en el calor del trópico infernal, que supieron convertir en  poemas sus dramas existenciales y sus sueños

Luis Palés Matos, nació en 1898 y murió en 1959. Fue uno de los grandes escritores, novelista, poeta y periodista puertorriqueños de la primera mitad del siglo XX. Con apenas diecisiete años, publicó su primer poemario, Azaleas. Gran lector y autodidacta, llegó a la literatura universal por interés y casi por accidente. Dirigió el diario El Pueblo en su ciudad natal. Y cuando migró a San Juan, la capital, trabajó en importantes periódicos El Imparcial,  además de otros diarios y revistas.  Era tan versátil que fue desde actor de teatro, hasta secretario del Presidente del Senado.

A Luis Palés Matos, junto a José de Diego Padró se consideran los padres de la poesía vanguardista puertorriqueña. Como inquieto que era, se sumó al movimiento independentista, convirtiéndose en uno de sus grandes oradores. Buscando la base de la identidad se convirtió también en uno de los pioneros de la poesía negroide.

Quería conocer más sobre este singular poeta. encontré el trabajo de Lilibeth Zambrano,  profesora e investigadora del Instituto de Investigaciones Literarias “Gonzalo Picón Febres” de Universidad de Los Andes[i], titulado “Luis Palés Matos y Nicolás Guillén: La poética del negrismo” escrito y publicado en el 2002.

Con “Azaleas”, dice la profesora Zambrano, Palés Matos se unió a la estilística del Modernismo “en cuanto a la apropiación de los recursos expresivos contemporáneos de la literatura de Europa. A saber, una forma de revalorización del dichos procedimientos, la elaboración de una nueva lengua poética como una forma de integración de nuestra poesía al universo literario europeo”. [ii]

Alrededor de 1921, Palés junto a José De Diego y Padró, crearon el movimiento vanguardista DIEPALISMO (una combinación de sus apellidos). En este movimiento los poetas proponen tomar la palabra como juego, como sonido de sentido. Buscaban encontrar el ritmo exacto de las palabras, con la finalidad “de destacar la fuerza del verso y la estrofa”, como es el caso del poema “Orquestación Diepálica”

Guay! Au-au, au-au,… hummmmm…
La noche. La luna. El campo… hummmmm…
Zi, zi, zi, -zi, -zi, co-quí, co-quí, co-quí…
Hierve la abstruse zoología en la sombra.
Silencio! Huummmmm…

Glu-glu-glu-ta-ta-ti-ta-to, ta-ta-ti-ta-to…
El agua negra corre: ta-ta-ti-ta-to… sus…
Y arriba pit-pit-pit, las estrellas, pit, imponderablemente
pican la luna. Mirad: pit-pit-pit-sobre los árboles;
y el viento, escoba bruja barre: flufffff…

¿Qué se aproxima si-gi-lo-sa-men-te?
Chaf, chaf, chaf, chaf: ohr-áu, ohrr-áu-ohrr-áu-au,
y un buey remoto y cósmico en la bruma
la emprende con los perros trasnochados.
Chrrr-áu-áu-mmmuuueee… en la ultranoche
pasa humoso y tremendo como una sombra astral.
Las últimas estrellas demacradas
danzan sobre la niebla vagamente,
y en los difusos pastos sumergidos
cunde un claror lejano y submarino.

Dice la profesora Zambrano que este poema crea “una atmósfera a partir del tratamiento onomatopéyico de la imagen. Es así como se sugiere, por armonía imitativa, la realidad del paisaje.”[iii]

Después de este experimento del DIEPALISMO, Palés Matos se sumerge en la búsqueda de su identidad, de la llamada puertorriqueñidad, y decide sumarse a la estética, a la euforia nueva de la negritud, en la cual asume como suyo el trayecto identitario hacia lo negro como parte fundamental del ser puertorriqueño, tan negado y abandonado. Y así, con la poesía negroide no solo le otorga ritmo y musicalidad al poema, sino también que convierte a la poesía en danza, una forma del poeta enfrentar a los que negaban la negritud como valor. Era su forma de protestar  contra las corrientes hispanistas prevalecientes. Como puede verse en ese hermoso y rítmico poema negroide titulado “Danza Negra”.

Calabó y bambú.
Bambú y calabó.
El Gran Cocoroco dice: tu-cu-tú.
La Gran Cocoroca dice: to-co-tó.
Es el sol de hierro que arde en Tombuctú.
Es la danza negra de Fernando Poo.
El cerdo en el fango gruñe: pru-pru-prú.
El sapo en la charca sueña: cro-cro-cró.
Calabó y bambú.
Bambú y calabó.

Rompen los junjunes en furiosa u.
Los gongos trepidan con profunda o.
Es la raza negra que ondulando va
en el ritmo gordo del mariyandá.
Llegan los botucos a la fiesta ya.
Danza que te danza la negra se da.

Pasan tierras rojas, islas de betún:
Haití, Martinica, Congo, Camerún;
las papiamentosas antillas del ron
y las patualesas islas del volcán,
que en el grave son
del canto se dan….

Calabó y bambú.
Bambú y calabó.
Es el sol de hierro que arde en Tombuctú.
Es la danza negra de Fernando Poo.
El alma africana que vibrando está
en el ritmo gordo del mariyandá….

Nos vemos la próxima semana! ¿Les gustó? A mí me encantó!



[i] Lilibeth Zambrano, Luis Palés Matos y Nicolás Guillén: La poética del negrismo, Revista Voz y Escritura, 2002, pp 169-187; http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/33098/1/articulo12.pdf
[ii] Ibídem, p. 169.
[iii] Ibídem, p- 172

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