lunes, 29 de julio de 2013

Martí: Autnomismo e independencia


Pensamiento caribeño en el siglo XIX.  Martí: autonomismo e independencia

Por: Mu-Kien Adriana Sang

sangbenmukien@gmail.com


@MuKienAdriana

 

Por la confusión de los términos se confundes los hombres.

No hay que estar a las palabras, sino a lo que está debajo de ellas.

La autonomía seria una palabra grata al cubano y al puertorriqueño, puesto que autonomía solo quiere decir gobierno propio, si el autonomismo no hubiese descompuesto los elementos necesarios para el gobierno propio.

La independencia seria más temible que deseable si con el nombre de ella se levantase a ahogarla una nueva tiranía.

Los autonomistas, con su derecho pleno de cubanos, pueden, cambiando totalmente de espíritu y de métodos, entrar en la obre que perdura, cuando la suya se viene abajo….

No es la caja solo lo que hay que defender, ni es la patria una cuenta corriente, ni componer en paz el débito y el crédito, o con capitanear de palaciegos… se acalla el ansia de conquistar un régimen de dignidad y de justicia… La independencia no ha de ser… El desconocimiento del derecho de una entidad cualquiera de la familia del país, nueva o histórica: hemos sido azotados, y el primero en verdad seria el que hubiese recibido más azotes si no estuviese antes que él el que se alzó contra ellos. Por poder de erguirse se mide a los hombres. Las columnas son sustentos más seguros de un pueblo que los lomos. Los lomos se han de enderezar. Las columnas se rompen pero no se doblan….

Y el día que pudiese volver a surgir aunque hemos de sangrar y bregar porque no surja… el conflicto entre el espíritu confuso y grandioso de la guerra, sublime y viable a pesar de su desorden. … no estará con los que en un pueblo probado por el heroísmo brillante de la campaña y el heroísmo silencioso del destierro, quiera continuar la vida arrogante o recelosa de la esclavitud, con sus miras poblanas y sus hábitos canijos; no estará con los enemigos de la independencia. Y solo los enemigos de la independencia pueden estar con los que no la traigan en su corazón.

José Martí, Autonomismo e Independencia, publicado el  26 de marzo de 1892.

 

 

Ya lo hemos dicho, ya lo han dicho otros: José Martí fue un hombre brillante, visionario, agudo y sólido intelectualmente.  Por razones de espacio, no podía citar el texto completo de autonomismo e independencia; sin embargo, una lectura a los textos elegidos, nos muestra su agudeza política e intelectual.

 

Martí entiende que el autonomismo propugna por un gobierno propio, pero la patria quedaría siempre bajo la tutela imperial.  La autodeterminación, plantea Martí, sólo se logra con la independencia; y si para lograrlo debe irse a la guerra e inmolarse, se hace; porque los que aman, desde lo profundo de su corazón, pueden luchar por el verdadero camino de la libertad.  El binomio independencia pura y simple o morir, era su bandera de lucha. Como lo fue para nuestro Juan Pablo Duarte.

 

No hay dudas, Martí se adelantó a su tiempo. En el siglo XX se acuñó el término de  reconocimiento y aplicación del Derecho de Autodeterminación, recogido en los pactos internacionales.  Muchos teóricos del derecho internacional y politólogos han analizado este proceso, y  se han encontrado con escollos, porque todavía hoy, hay resistencia de muchos estados, porque, ellos mismos están plagados de grupos que abogan por la autonomía; pero no bajo los preceptos del concepto martiano, sino la separación de absoluta del Estado que los cobija: Por eso, como nos recuerda Obieta, a pesar del carácter meramente democrático del principio que informa el derecho a la autodeterminación de los pueblos, desde que el Presidente Wilson lo popularizase tras la primera guerra mundial, su aplicación práctica ha tropezado con todos los obstáculos imaginables. En aquella coyuntura, las potencias vencedores consideraron oportuna su aplicación en el ámbito de los estados vencidos pero, naturalmente, consideraron inaceptable su pertinencia en el seno de los estados vencedores...[i]

 

Al buscar explicaciones y contextualizar el texto martiano, confirmo, es más, me convenzo, que el nacionalismo, el independentismo y el autonomismo siguen temas y problemas vigentes, desde la emergencia del capitalismo en el lejano siglo XVIII, que se consolida en las luchas libertarias del siglo XIX, y en el siglo XX ha sido objeto de grandes enigmas, discusiones y problemas, al revivirse los nacionalismos en la antigua Unión Soviética, por un lado, y por el otro, el permanente forcejeo de los autonomistas radicales en España.

 

La realidad ha dado al traste con algunas teorías.  A mediados de los 70 del siglo XX, se planteaba que el nacionalismo decimonónico, como movimiento político, era el resultado de la expansión capitalista y sobre todo, la necesidad de la burguesía de crear su propio espacio de poder.  Sin embargo, avanzado en el siglo XX, y todavía en el siglo XXI, en el momento de capitalismo imperial y dominante, han surgido y en otros casos, se han fortalecido, movimientos políticos que abogan, como en el siglo XIX, por la autodeterminación y la independencia. ¿Qué explicación tienen? No tengo la respuesta.

 

En la época de José Martí, la dicotomía estaba muy clara.  Los pueblos de América Latina luchaban por la creación de sus naciones en contra de dos imperios decadentes: España y Portugal.  En el caso de la patria de Martí, el proceso fue tardío y zigzagueante. Mientras Martí abogaba por una Cuba independiente, libre y soberana; el capitalismo no solo había emergido, sino que ya se iniciaban los pasos para la aplicación de la política imperial norteamericana.  Sorteados los obstáculos (guerra de secesión, conquista del oeste…), Estados Unidos se proponía a cruzar sus fronteras para aplicar la Doctrina de Monroe: América para los americanos. 

 

Mientras más profundizo, pienso, leo, escribo y analizo, me convenzo que los procesos históricos no son, no puede ser, trazos lineales, porque la realidad es más compleja que las teorías, las aspiraciones y las creencias.

 

Así pues, hoy día, 121 años después de haber escrito este ensayo, todavía sigue vigente. Han cambiado las percepciones, porque los teóricos de la actualidad asumen el autonomismo como independencia, a diferencia de nuestro José Martí. 

 



[i] Carlos Garaikoetxeahttp://www.gazteabertzaleak.org/fitxategiak/canoerd.pdf
 

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