sábado, 5 de marzo de 2016

Soberanía, 8


ENCUENTROS

Sobre el concepto de soberanía. 8

Por: Mu-Kien Adriana Sang

 

Las palabras de Mario Benedetti

No me gaste las palabras
no cambie el significado
mire que lo que yo quiero
lo tengo bastante claro

si usted habla de progreso
nada más que por hablar
mire que todos sabemos
que adelante no es atrás

si está contra la violencia
pero nos apunta bien
si la violencia va y vuelve
no se me queje después

si usted pide garantías
sólo para su corral
mire que el pueblo conoce
lo que hay que garantizar

no me gaste las palabras
no cambie el significado
mire que lo que yo quiero
lo tengo bastante claro

si habla de paz pero tiene
costumbre de torturar
mire que hay para ese vicio
una cura radical

si escribe reforma agraria
pero sólo en el papel
mire que si el pueblo avanza
la tierra viene con él

si está entregando el país
y habla de soberanía
quién va a dudar que usted es
soberana porquería

no me gaste las palabras
no cambie el significado
mire que lo que yo quiero
lo tengo bastante claro

no me ensucie las palabras
no les quite su sabor…

 

Retomo, después de tres entregas personales, escritas por Mu-Kien, la mujer privilegiando la escritura de lo que siento, retomo el tema de la soberanía, uno de mis temas  intelectuales en mi larga lista de pendientes, tan larga es que difícilmente tendré la vida suficiente para satisfacerla. Lo peor es que cada día le agrego un elemento nuevo, haciéndola interminable. 

Les recuerdo a mis queridos lectores que desde la primera semana de noviembre, me  propuse iniciar una búsqueda intelectual, no lo exhaustiva que quisiera, sobre el concepto de soberanía, inquietud surgida a propósito del discurso agresivo de los ultra nacionalistas dominicanos que se han apropiado de la soberanía como si fuera un patrimonio exclusivamente suyo.

Iniciamos con el concepto de soberanía, asumiendo la posición de Pierre Vilar sobre el historicismo de las palabras y sus contenidos.  Las ideas, las cosas, todo en la vida, tienen, necesariamente un referente al momento preciso de la historia.  El desarrollo de la  tecnología, por ejemplo, no tiene el mismo significado en el siglo XIX donde apenas se había inventado la máquina de vapor y la luz eléctrica. Hoy, en el siglo XXI, la realidad económica, social y política, así como las relaciones de poder entre los imperios, las palabras tienen un significado distinto. Tecnología hoy es el mundo impensable, jamás imaginado o soñado en el  siglo XIX y hasta en los primeros años del siglo XX.

Así, en el siglo XXI, si asumimos la historicidad como principio, no es lo mismo la soberanía en la Grecia antigua, donde primaban relaciones esclavistas de producción.  Como tampoco es lo mismo en la Europa central cuando la burguesía se iniciaba y todavía el mercado no era el rey de la realidad económica y social. Presentamos a Jean Bodino y su concepción de la soberanía. Después viajamos hacia Alemania para conocer  un poco acerca de Altusio y sus ideas tan interesantes sobre la conformación de la sociedad.  De allí nos fuimos a Inglaterra para ver cómo, pudieron combinar el mercado, la monarquía y, sobre todo, se comenzaron a esbozar las ideas de un Estado Moderno que culminó en la Monarquía Constitucional. 

Para estudiar la experiencia de Inglaterra tomamos las ideas del profesor Joaquín Varela Suanzes quien afirma que en el caso de la friísima Inglaterra era más apropiado hablar de "la soberanía en la doctrina británica", más que hablar de la "doctrina británica de la soberanía".  El profesor afirma con propiedad que la doctrina de la soberanía en Inglaterra evolucionó con el tiempo, de acuerdo a las circunstancias políticas. Diferencia cuatro etapas:

1.      La soberanía reside en el Rey, llamado El Soberano. Basado en el pensamiento de Henry Bracton,

2.      La soberanía reside en el pueblo, sustentado en el pensamiento de John Locke, se mantuvo desde del siglo XVII hasta los primeros años del siglo XVIII.

3.      La soberanía reside en el Parlamento.  Basado en el pensamiento de  David Hume.

4.      La soberanía está en el cuerpo electoral. El defensor de esta propuesta fue Jeremy Bentham.

Lo lógico es ahora pasar al concepto moderno de la soberanía. Pero antes de iniciar ese largo trayecto de búsqueda, aprendizaje y resumen para plasmarlo en mil palabras, quisiera hacer de nuevo referencia a un trabajo presentado en las primeras entregas. Se trata del profesor Jonathan Arriola y su ensayo “Apuntes sobre los antecedentes antiguos y medievales del concepto moderno de soberanía! Documento de Investigación No. 71, Universidad de Uruguay.  Después de una exhaustiva presentación sobre el concepto de soberanía en la antigüedad y la Edad Media, concluye lo siguiente:

Una de las primeras conclusiones que se pueden extraer al respecto tiene que ver con el carácter plástico que dicho concepto manifestó a lo largo del período planteado Ese carácter nos hace pensar que más que hablar de un concepto de soberanía, entendiendo por éste una idea acabada, referida a un contenido específico, deberíamos hablar de un conjunto de conceptos-gérmenes o, lo que es lo mismo, de conceptos antecedentes que, por la época, experimentan diversas, sucesivas y rápidas transformaciones. ..

El trabajo de la Modernidad en materia de soberanía puede visualizarse bajo una nueva luz.  En lugar de ver la soberanía como una creación ex nihilo y exclusiva de la Modernidad, se la podría ver como una reedición de ideas ya bosquejadas en la Antigüedad…El aporte original de la Modernidad habría consistido en presentar ese conjunto de ideas bajo una reformulación sofisticada, con un formato secular, con una coherencia interna y con una fuerte tendencia sistematizadora, propia del “esprit de systeme” que caracterizó principalmente al siglo XII.

Este profesor universitario afirma sin rubor alguno, que el concepto moderno de soberanía no es algo inventado al calor de los acontecimientos de la revolución burguesa, sino que es un producto de la antigüedad, en el que los griegos, especialmente Sócrates, Platón y Aristóteles, tuvieron el principal aporte, más aún, fueron los verdaderos creadores de la doctrina.  Afirma que el hecho de ubicar a la ley natural por encima de los poderes terrenos del soberano habla de la fuerte influencia de la concepción aristotélico-platónica de la soberanía, aún sobre las teorías modernas. Sobre este tema seguimos en la próxima entrega.  Hasta la próxima.

 

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