jueves, 14 de febrero de 2013

El Caribe es diverso


Ese  Caribe nuestro: diverso y multicultural (1)

Por Mu-Kien Adriana Sang

 

¿A dónde voy, mamita?
si mi casa son tus brazos
tus ojos mis estrellas
el abrigo tus caricias
y mi razón, tu ser.


No importan para ellos
mi miedo y mi llanto,
ni tus desvelos de antaño
mucho menos tu muerte poco a poco.


Solo importa, mamá,
el regreso a casa
por nacer en otra tierra.


¿A casa de quién?
si mi casa está en ti
si contigo se quedan esperanzas
si conmigo van grandes vacíos,
frío en mi alma tierna
dolor por tu ausencia
y la incertidumbre por volver.


Carlos Valenzuela

Camino a Casa, fragmento,

 

 

Quizás porque soy fruto de la ola migratoria que partió del mar de China hacia tierras desconocidas y lejanas.  Sin saberlo quizás, llegaron a las cálidas tierras de el Caribe. Quizás porque cuando camino por las calles de aquí y de cualquier isla del Caribe,  veo rostros diferentes y multicolores. Lo he dicho, lo he escrito y lo he pregonado siempre: la humanidad se ha conformado con seres que parten de todas partes  y llegan a cualquier parte.   

 

El Caribe, plural y diverso, como hemos visto a través de la serie de artículos que he ido publicando se ha constituido sobre la base de las migraciones.  España llegó en el siglo XV, y se autoproclamó la dueña de las tierras y de los mares que decía haber descubierto (encubierto?).  En los siglos XVI y XVII, llegaron los visitantes enemigos del imperio dominador. No habían sido invitados. Su presencia no era bienvenida. Francia e Inglaterra fueron los primeros en llegar sin la invitación debida.  Los franceses e ingleses llegaron conquistaron y colonizaron. Después,  por desgracia para los millones de seres que se vieron obligados a hacer una peligrosa travesía, llegaron los esclavos provenientes de diferentes partes de África, comprados a cualquier precio, y ofertados al mejor postor,  para trabajar sin querer en las plantaciones azucareras de los colonizadores y conquistadores. Finalmente se incorporaron a la fiebre caribeña los nuevos conquistadores holandeses.

 

Un interesante estudio de Caroline Andréani titulado " Las migraciones en los siglos XIX y XX: contribución a la historia del capitalismo" (www.scribd.com/doc/29197425/20-Las-Migraciones-en-Los-Siglos-XIX-y-XX) estima que el número de españoles que partieron a colonizar América Latina en los siglos XVII y XVIII alcanzó a dos millones de individuos. En el caso de Portugal,  que como sabemos, colonizó al inmenso  Brasil,  llegó a un millón de conquistadores-colonizadores. Con referencia a los esclavos que llegaron a través de la trata de esclavos africanos que trabajarían compulsivamente en las plantaciones,  afirma la investigadora que  sobrepasó a los nueve millones de individuos.   Como bien describe la autora: "Confrontados al problema material del "aprovechamiento" de América Latina, españoles y portugueses paliaron tempranamente la desaparición de los esclavos indios importando mano de obra proveniente de Africa. Capturados, transportados como vulgares mercancías, los esclavos africanos son empleados en las minas y en las explotaciones agrícolas en beneficio de las elites europeas: españoles y portugueses, y poco después holandeses, franceses e ingleses."

 

Hacia el siglo XIX las migraciones se intensificaron y se puede hablar de verdaderas olas migratorias.  Vinieron también desde Europa inversionistas italianos, españoles, franceses e ingleses.  Modificaron el escenario económico. Comenzaron a invertir en el comercio y la agroindustria.  Sobre el nuevo fenómeno migratorio, la investigadora Andreani sostiene que las migraciones europeas se hicieron masivas en el siglo XIX producto de la Revolución Industrial, que transformó la economía de los principales imperios, principalmente Alemania, Francia e Inglaterra,  de rurales a industriales. Los campesinos, otrora importantes para la vida económica de sus nacientes naciones, pero viejos imperios, fueron expulsados de sus tierras, ya que las incipientes industrias no tenían capacidad para absorber la gran demanda de mano de obra. No tuvieron más remedio que migrar hacia América del Norte, al Caribe, a la India y a Oceanía. Señala la investigadora, que entre 1825 y 1920, 17millones de ingleses abandonaron Inglaterra. En el caso de los alemanes la situación fue menor. Asegura que entre 1820 y 1933, seis millones de alemanes migraron a los Estados Unidos, Brasil y Argentina.  Así pues, Estados Unidos, América Latina y las islas caribeños absorbieron a la mayor parte de los emigrantes europeos. El caso de Francia fue diferente porque su falta de dinamismo demográfico, no obligó a expulsar una población tan numerosa.

 

Pero en el siglo XIX hubo también una ola migratoria menos sofisticada.  En efecto, al Caribe Hispano, llegaron los chinos.  Cuba y República Dominicana comenzaron a recibir migrantes del sur de China. Huían de la miseria y la exclusión.  Comenzaron a llegar tímidamente, pero después. en las tres primeras décadas del siglo XX, llegaron en manadas.  Salieron despavoridos no solo por la pobreza, sino de las guerras constantes, principalmente las que libraban con Japón.  Por conveniencia del idioma, al Caribe inglés  sucedió otro tanto con la migración hindú. Las pequeñas islas de Las Bahamas se comenzaron a poblar con migrantes hindúes que buscaban nuevas formas de vida.

 

Como puede verse, con este breve recuento, nuestro Caribe es plural. Es multiétnico, porque su población es blanca, amarilla, mulata y negra. Es multilingüístico porque cada ola migratoria llegó con su idioma y lo introdujo en la vida cotidiana de los demás habitantes.  Es multicultural porque combina las costumbres europeas, del lejano oriente y africanas.  Compartiendo sus cálidas aguas, el Caribe insular, dividido pequeño y diverso, busca la unidad en la gran diversidad.  Una unidad expresada en creole, español, inglés, francés y holandés.  Además, claro está de los dialectos de la China continental, del Parsi hindú y de las olvidadas lenguas africanas.    En el Caribe insular se cumple la máxima de que la humanidad ha sido siempre una comunidad errante. Que zarpa y camina, expulsada por la miseria, la incertidumbre de la guerra y la búsqueda de un mundo mejor.  Entonces, hablamos del Caribe  o de los Caribes? Busque usted la respuesta.

 

mu-kiensang@pucmm.edu.do

mu-kiensang@hotmail.com

 

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