lunes, 11 de febrero de 2013

Qué es El Caribe?


El Caribe, 13 de abril 2012


… ¿Qué es realmente El Caribe? (1)

 

Por Mu-Kien Adriana Sang

Junto a estas costas nací; el sonido del mar entraba
por mi ventana; entonces la vida en mí se henchía y respiraba
con la fuerza del suelo turbulento...Edward Brathwaite, "South"


Yo soy un isleño huérfano,
en un grano de arena de la memoria
en un invierno de bahías.
No tengo hogar.Wayne Brown, "On the Coast"


 

Vivimos en una media isla, situada en el Mar Caribe. Aguas que pertenecen al gran Océano Atlántico, el escenario, la vía utilizada por los españoles para llegar a América y asegurar que nos descubrieron.  Yo reafirmo más convencida hoy que nunca, que nos encubrieron, no nos descubrieron, porque sometieron a los habitantes, a los indígenas, al más cruel de los  sometimientos, porque se asumieron como dueños de las tierras y mares conquistados, y negaron, borraron con sus espadas la historia, la vida y la cultura acumuladas antes de su llegada.   Así comenzó la historia de ese archipiélago disperso y diverso integrado por grandes, medianas, pequeñas y pequeñísimas islas de las Antillas Mayores, Menores y las Bahamas, todas bañadas por las mismas aguas cálidas del océano que unió a Europa y América.

¿De dónde viene la palabra Caribe?  La primera vez que se tradujo la palabra Caribe a un idioma europeo se remonta a 1492, cuando el Almirante Cristóbal Colón contaba en sus crónicas de viaje la aparición casi repentina de un grupo indígenas arahuacos que provenían de las pequeñas islas que bordean las costas venezolanas.  Los describió como “salvajes  caníbales” o “caribes”.  Vuelve a hacer mención de esos seres extraños para él en las notas que tomó durante su segundo viaje.
 

Algunos historiadores especialistas afirman que Colón y su grupo llamaron “caribes” a los aborígenes que no aceptaron la imposición de la autoridad invasora y extraña, y por eso se resistieron, con las armas a su alcance, a la conquista de sus tierras en las Antillas.  El amigo historiador, caribeñista de alma y corazón, Antonio Gatztambide, Toño, para sus amigos, hace una interesantísima reflexión.  En su trabajo “La Invención  del Caribe apartir de 1898 (Las definiciones del Caribe revisitado)”  
 

El historiador puertorriqueño sostiene que una simple ojeada a la cartografía de los primeros tres siglos, es decir del siglo XV al XVIII,  de la historia de América demuestra nuestro  Caribe no siempre fue llamado así. Fue bautizado por algunos como Mar del Norte.  Fue en el siglo XVIII, después de las incursiones inglesas, francesas y holandesas que el término fue utilizado por primera vez.  

Gatztambide hace referencia a las diferentes acepciones de la palabra Caribe.  El Diccionario de la Real Academia, por ejemplo, señala que el vocablo caribe  forma parte de un venezolanismo, para definir a una “Persona astuta, vivaz, agresiva”.  Indica también que en Venezuela se utiliza el verbo caribear,  para definir a quien ejerce dominio sobre otro, o para definir a un pícaro que engaña con astucia y picardía.  Según el historiador, en ese país hermano, Caribe es también el nombre de un pequeño y voraz pez carnívoro de los ríos del Amazona, el mismo que en Brasil llaman piraña.

Todavía el origen etimológico de la palabra caribe.  Según Marcos A, Moringo, la palabra se deriva del vocablo guaraní caribé, que significa poderoso señor, dueño de esclavos, guerrero valiente.   De hecho, como bien sostiene Gatztambide, los Caribes o Kariñas, fueron las tribus que, como mencionamos antes, se opusieron a la llegada de los intrusos, de los no invitados europeos, esos, los piratas autorizados por el Reino de Castilla,   que llegaron, se impusieron, sometieron, conquistaron y dominaron América.  

Gracias a Dios. Hoy el vocablo Caribe  tiene otro significado. Con el tiempo se ha asociado a la construcción de una amplia, diversa, rica y multicolor cultura, que se expresa en el crisol de razas que integran los habitantes de sus islas; en la rica literatura cargada de mágico realismo; en la pintura multicolor y llena de luz;  en la arquitectura victoriana, donde prevalece la madera, los techos de dos aguas y los balcones de hierro finamente decorados;  en la gastronomía cuya base fundamental es el arroz, los frijoles y la carne roja. Pero, y ahí difiero del amigo Gatztambide, el amplio archipiélago de islas y las costas del continente americano que son bañadas por el mar, que constituyen el universo llamado Caribe, no es, no puede ser,  una realidad única, como tampoco existe una única identidad.  Cada isla es un pequeño espacio con historia propia, con conquistadores propios y con culturas heredadas propias. Su mismo origen así lo grita a los cuatro vientos, porque el Caribe, desde que llegaron los primeros piratas, los hambrientos de oro, hasta los enviados oficiales de los reinos europeos, han tenido historias similares, pero también muy diferentes.  Cada imperio impuso su propia naturaleza.  El Caribe no es único, es diverso y es plural.  Sobre este tema seguiremos en la próxima entrega.

 



 
EL CARIBE, 20 de abril 2012


Y… ¿Qué es realmente El Caribe? (2)

 
Por Mu-Kien Adriana Sang

 Yo fui agua salada que baña todas las costas ajenas,
Ciudadano del mundo, sin hogar en tierra alguna,
Criatura del flujo y del cambio…
… Ninguna
marea me compele a entrar en este mar interior,
Fuera de mi vida, fuera de esta tierra crecerá
El fruto fuerte con la punzante amargura de la sal,
Rosa cálida con el brillo rojo del sol,
Canción para lo eterno
Canción para la síntesis…G.A. Hamilton, "I was Salt"

 

En el artículo anterior hicimos referencia al origen histórico y etimológico de la palabra Caribe.  Vimos cómo Colón asimiló la palabra a canibalismo, porque quizás las tribus denominadas Caribe fueron las únicas que hicieron resistencia al español invasor. De todas maneras, el Caribe, como noción geográfica y política existe solo desde hace 200 años. 

 La importancia del Caribe, como zona geográfica, ha sido principalmente geopolítica.  Los españoles del siglo XV llegaron a una pequeña isla de las Bahamas.  Comenzaron a “descubrir/encubrir” otras islas, incluyendo las nuestras, pero, cuando vieron el amplio terreno virgen que significaba el gran continente, la tierra firme, lo utilizaron como trampolín para la conquista y colonización y la creación de los Virreinatos de México, Río de la Plata y Perú.  Durante los siglos XVI y XVII, llegaron las otras potencias, primero Inglaterra y Francia.  Y, luego se incorporó Holanda. Como hicieron los españoles, se apoderaron de todas las islas que sus fuerzas y poder les permitieron.  Así nació el Caribe Inglés, el Caribe Francés y el Caribe Holandés. España sintió la presencia peligrosa de sus imperios rivales, pero no podía evitarlo.  Solo pudo “quedarse” con Cuba, Puerto Rico y una parte de la Hispaniola, ya que los franceses habían tomado por asalto lo que hoy es Haití.   Inglaterra y Francia llegaron donde los españoles no pudieron: el norte del continente.  Estados Unidos y Canadá son frutos de sus conquistas.

 En el siglo XIX,  las luchas imperiales tuvieron nuevo matiz.  Mientras en el Caribe inglés y francés, a excepción de Haití, vivían tranquilos con sus dominios insulares y el injusto modelo de plantación se asentaba sin problemas, a pesar de la violación y negación de los derechos humanos que decían defender, en el dominio español, insular y continental, los  problemas se acrecentaban. Los movimientos independentistas se propagaban como pólvora.  Bolívar y San Martín, se ocuparon de independizar de España a los antiguos virreinatos españoles.  Perdía el control de sus territorios.  En el Caribe, solo tenía a Cuba y Puerto Rico. La parte este de la isla era formalmente española, pero en 1822,  llegó Boyer y detuvo el proceso de la independencia proclamada por Núñez de Cáceres en diciembre de 1821.  España se había convertido en un imperio en franca decadencia. A finales del siglo XIX, Cuba se independizó después de una larga cadena de enfrentamientos con el ejército español, y Puerto Rico pasó a ser posesión norteamericana.  Todo esto sin olvidar que en 1861, la República Dominicana volvió a ser, por poco tiempo, colonia española.

Con la llegada del  XX el Caribe pasó a ocupar una posición geopolítica de importancia.  El dominio imperial se había reconstituido.  Inglaterra y Francia no pudieron con el paso agigantado de su antigua colonia.  Estados Unidos, después de haber resuelto con sangre sus problemas internos, decidió iniciar la conquista del resto del continente. Bajo la consigna América para los americanos,  llegó para quedarse en el control del mercado financiero y de las exportaciones de las jóvenes naciones.  La dominación norteamericana se inició con México, pero la resistencia en ese país fue grande. Siguió hasta América Central y llegó, por supuesto, al Caribe.  Para principios del siglo XX, Estados Unidos tenía, por ejemplo, el control de las aduanas, de las finanzas y era el principal comprador de azúcar de la República Dominicana.  Incluso en 1905 el dólar pasó a ser la moneda oficial del país. 

El control del Caribe era vital.  Con la construcción del Canal de Panamá, se hacía más urgente.  Dominar la maravillosa obra de arquitectura era tener la puerta abierta a los dos océanos: el Atlántico y el Pacífico.  Tener el control del Caribe era un asunto de vida o muerte. Al estallar la Primera Guerra Mundial los americanos necesitaban asegurarse que las fuerzas enemigas no llegaran hasta el Canal. Por esta razón, ocuparon en 1915 a Haití, y al año siguiente a la República Dominicana.  Partieron, mejor dicho, desocuparon cuando la guerra terminó.

A mediados del siglo XX, había nacido la llamada “Guerra Fría”.  El Caribe, con la Revolución Cubana, era escenario de conflictos.  La guerra fría se puso bien caliente, con el nuevo gobierno de Cuba y el apoyo a los movimientos de izquierda en todo el continente. En el corazón del territorio controlado por los norteamericanos se había erigido una nación comunista que era aliada de la Unión soviética, el principal adversario de los Estados Unidos.  Por esta razón, y no por otra, apoyaron a Trujillo, al Triunvirato, se opusieron a Bosch, apoyaron a los golpistas y se enfrentaron abiertamente a los revolucionarios que querían el regreso de Bosch.  En abril de 1965, la OEA enviaron las mal llamadas Fuerzas Interamericanas de Paz, que contaba con algunos cientos de militares de las naciones latinoamericanas y miles y miles de marinos norteamericanos. Así la segunda mitad del siglo XX el Caribe fue, como había sucedido en el siglo XVII, de nuevo escenario de las luchas entre las potencias, esta vez, entre dos visiones del mundo: el capitalismo y el emergente socialismo.
 
Durante los duros años de Guerra Fría, se produjeron en la zona del Caribe múltiples conflictos.  Mientras en Puerto Rico, Muñoz Marín se inventó con inteligencia el “Estado Libre Asociado”, logrando la alianza con los liberales norteamericanos, ya que su fórmula  permitía aplacar a los independentistas puros; en República Dominicana, después de la Revuelta de Abril de 1965, Joaquín Balaguer se erigió como el hombre poderoso con apoyo norteamericano. En Cuba se desarrollaba en su modelo socialista con fuerte dependencia soviética.  El resto del Caribe fue testigo de estos acontecimientos, pero sus vidas continuaron iguales.  Sus vínculos con sus madres patrias se redefinieron, pero no cortaron de raíz el cordón umbilical con sus imperios conquistadores.  Haití, por su parte, vivía sus propios dramas bajo la mano dura de los Duvalier, primero con el padre y luego con el hijo.

La necesidad de tener el Caribe bajo la tutela norteamericana por razones geopolíticas se hizo más sutil a través de programas asistencialistas.  Primero fue la Alianza para el Progreso, el invento del Presidente Kennedy para aplastar cualquier vestigio de disidencia.  Después siguieron con la Agencia para el Desarrollo Internacional y diversos proyectos de apoyo tanto a la economía como a los sectores sociales.  Después el desarrollo técnico de las armas bélicas hizo que la presencia física no fuera tan necesaria.  El satélite ha sido el invento más increíble de la inteligencia humana.  A través de sus ojos electrónicos en el espacio, la supervisión y control era más sutil y más efectiva.   Sobre esto seguiremos en la próxima.

mu-kiensang@hotmail.com


El Caribe, 27 de abril 2012

Y… ¿Qué es realmente El Caribe? (Y 3)

 

Por Mu-Kien Adriana Sang

Sin descanso, sopla el viento muy suave, que amansa...
y aviva con ritmo fogoso... las llamas!...
esparciendo el aroma del negro café campesino...
que humea caliente, en las jarras!

Una hamaca, allí mece cual palma pausada...
la hermosa mujer campesina que cose atareada...
las puchas de flores bordadas, en la colcha...
rosada, que estrenará, al llegar las próximas Pascuas….

Olores a piñas, claveles, trinitarias y mangos!
Locuras de mares turquesa; orillados de playas...
...tendidas al sol… Mercedes Virginia Gutiérrez (
1939), [i]

En el primer artículo de esta serie hacía referencia a un excelente trabajo del historiador puertorriqueño Antonio Gatztambide titulado “La invención del Caribe a partir de 1898. En la parte final del ensayo sostiene que en la actualidad, la zona de  El Caribe debe analizarse desde diferentes perspectivas, a saber:

1.      El Caribe insular o etno-histórico.  Esta concepción se refiere a las islas que se extienden desde las Bahamas hasta las Antillas Menores. Es la más utilizada en la historiografía.  Esta visión, enfatizaa la experiencia común de la plantación azucarera esclavista.  Esta visión tiene la dificultad de que al Caribe antillano o hispano, no le aplica el modelo de plantación impuesto por los colonizadores ingleses y franceses.

2.       El Caribe antillano o antillanía.  Se aplica a las islas de las Antillas Mayores colonizadas por España.  Gatztambide se pregunta ¿Cuándo se comienza a hablar de «Caribe», aunque se refiera a las Antillas?  Afirma que su uso coincide con el expansionismo estadounidense.  

3.      El Caribe geopolítico. Este Caribe se refiere a una visión que integra tanto al Caribe insular como a Centroamérica y Panamá. Fue un término que se asimiló después de 1945.  Como dice el historiador Gatztambide,  hasta ese momento, las islas eran llamadas las repúblicas  antillanas y Centroamérica, incluyendo Panamá.  Esta acepción es la más utilizada en la historiografía, especialmente la que se refiere a las  relaciones con Estados Unidos. A partir de 1980, el historiador puertorriqueño sostiene que se han diversificado las percepciones y las políticas, especialmente relativas a México y la Comunidad del Caribe.  Está convencido que la región del Mar Caribe mantiene una centralidad en las políticas y las relaciones, por esta razón en la mayoría de los organismos se habla ahora de América Latina y el Caribe.  Sin embargo, sostiene el amigo historiador, que esta tendencia no ha tenido tanto eco  en la región. Los centro-americanos nunca se plantearon una identidad internacional caribeña hasta que se vieron forzados por la contraofensiva norteamericana \

4.      El Gran Caribe (o Cuenca del Caribe)  El historiador amigo señala que en la definiciones anteriores no se incluía a Venezuela, México y Colombia. La nueva visión integra a estos países por compartir el mar Caribe, junto a las naciones centroamericanas y el inmenso archipiélago de islas. Es la tendencia más reciente. Nació con en los años 80  gracias a la Iniciativa de la Cuenca del Caribe creada por el presidente Ronald Reagan en 1983, para lograr detener el proceso revolucionario que se producía en Nicaragua y El Salvador.

5.      Comunidad del Caribe (CARICOM),  En julio de 1994  se creó la Asociación de Estados del Caribe (AEC).  A partir de sus insumos de su fundación,  la AEC, ha incorporado a intelectuales y movimientos sociales de toda la región.

Como puede verse en el trabajo del historiador puertorriqueño, el Caribe ha sido concebido de diferentes maneras.  A partir de la segunda mitad del siglo XX, los diferentes sectores han estado planteando la necesidad de la integración caribeña.  Muchos esfuerzos se han realizado. Como se dijo, en los años 80, el Presidente Reagan desarrolló la Iniciativa de la Cuenca del Caribe, un fondo millonario en dólares para incentivar la economía del gran Caribe, es decir el insular y el continental.  Posteriormente, la Comunidad Europea, creó Lomé IV para financiar diversas experiencias de integración. De las iniciativas más interesantes fueron los programas de formación, especialmente las maestrías que se desarrollaron con la participación de muchos profesionales caribeños francófonos,   anglófonos y por supuestos hispanófonos. 

También se han desarrollado iniciativas particulares a nivel universitario.  La Universidad de Puerto Rico creó el Proyecto Atlantea, cuyo nombre se debe a una hermosa mariposa oriunda de estas islas.  La iniciativa duró una década. Se realizaron diversas investigaciones en el marco de estudios comparados en diferentes disciplinas, tales como, historia, economía, medicina, antropología y literatura. A principios del año 2000, Francia, desarrolló el Caribe Plural con el propósito de crear un espacio de reflexión con universidades francesas y caribeñas.  Se realizaron encuentros en República Dominicana, Martinica, Burdeos y Jamaica. De esta iniciativa salieron a la luz interesantes publicaciones que recogen las discusiones de los académicos participantes. Ambas iniciativas desaparecieron por la crisis económica en Europa y en Puerto Rico.  Cuba, mantiene desde hace más de 30 años el Festival del Caribe.   Lo triste del caso, es que muchas iniciativas muy valiosas desaparecen, se pierden porque no hay continuidad en las políticas. 

Las agencias internacionales a veces cambian sus prioridades. El Caribe emerge, desaparece para volver a emerger en el horizonte de los presidentes de las potencias, de acuerdo a las prioridades estratégicas que hayan defendido.  Seguimos en el vaivén, pero hay que detenerlo y exigir políticas permanentes y no coyunturales. Se impone que el Caribe, sus islas y las tierras continentales que están bañadas por ese histórico mar, no sigan mirando hacia los continentes y sus potencias.  Tenemos que aprender a mirarnos nosotros mismos sencillamente para  conocernos. La pregunta que se impone es ¿Por qué?  ¿Por qué la integración es una aspiración tan vieja como el mismo mar y sin embargo tan difícil como llegar a Marte?  Busquemos entre todos las respuestas. Yo no la tengo.

 



[i] Mercedes Virginia Gutiérrez (1939), "Quisqueya" Poeta, declamadora, música y artista plástica dominicana de profundo arraigo antillano.
 
mu-kiensang@hotmail.com          

No hay comentarios:

Publicar un comentario