martes, 14 de octubre de 2014

Crisis entre islas III


 

TEMAS SOBRE HAITI, REPUBLICA DOMINICANA Y EL CARIBE

III Congreso Internacional de Estudios Caribeños: Crisis entre islas. Puerto Rico y Martinica, 1940-1943, y 3.

Por: Mu-Kien Adriana Sang

sangbenmukien@gmail.com


 

La guerra tiene labios azulados,
ojos de soledad, carne de frío,
campos de noche eterna, gesto airado,
inviernos sin otoño y sin estío,
la guerra...
tiene niños asombrados,
manitas de miseria y extravío,
cierzos que cortan vidas y sembrados,
grises atardeceres, sol sombrío,
la guerra...
La guerra...,
sal en la herida abierta de la tierra,
La guerra,  Antonia Álvarez Álvarez

 

Esta es la tercera y última entrega acerca del trabajo Jorge Rodríguez Beruff, "Puerto Rico y la crisis de Martinica (1940-1943)", que como ya hemos dicho fue presentado en el III Congreso de Estudios Caribeños.

 

En esta parte presentamos las razones del conflicto. La primera gran verdad es que  Francia colapsó y los territorios caribeños quedaron a la deriva, prácticamente sin protección.  Estos hechos dramáticos eran observados con mucho detenimiento por el almirante William D. Leahy desde su atalaya caribeña en San Juan.  El cercano colaborador de Roosevelt preveía las consecuencias del colapso de los Países Bajos y Francia para el curso de la guerra y para las colonias holandesas en Asia y el Caribe, según anotó en su diario el mismo día del comienzo de la ofensiva alemana.

 

Afirma Rodríguez Beruff que el gobernador Leahy norteamericano en Puerto Rico no se limitó a reflexionar sobre las consecuencias de los eventos en Europa,  sino que comenzó a hacerle llegar información de inteligencia al Comandante de Décimo Distrito Naval sobre la situación en Martinica. Aparentemente las informaciones le eran suministradas por  Donald A. Draughon, alguacil de la Corte Federal que había tenido negocios en esa isla francesa.  

 

Francia estaba más que vulnerable. París estaba amenazada por los alemanes y el ejército francés estaba desmoralizado y desorganizado. Tan grave era la situación que se comenzó a considerar la rendición francesa.  El 22 de junio, el gobierno francés bajo la presidencia de Pétain con capital en la ciudad balneario de Vichy, firmó el Armisticio con Alemania que reconoció una restringida soberanía sobre la porción en el suroeste de su territorio continental y sobre su Imperio.

 

Ante la caída de Francia, se fundó en Puerto Rico un Comité de Franceses Libres que reclamaba ser el primer comité nacional que respondía al llamado de De Gaulle a seguir la lucha. El  comité era parte de una red de comités de solidaridad, que era coordinada por el intelectual Jacques Soustelle desde México. El comité de Puerto Rico, sigue explicando Beruff, estaba localizado en Mayagüez, bajo la presidencia de Eugenio Orsin. La situación en Martinica era, sin lugar a dudas, una de las preocupaciones de este comité.

 

¿Por qué Martinica? Vuelve la pregunta. Porque, decía Jorge, era el enclave más importante de Francia en la región, pues  poseía la principal bahía en las Antillas Menores. Pero además, Guadalupe, y las otras islas francesas más pequeñas, intercaladas geográficamente entre territorios británicos, tenía una importancia geopolítica muy grande.

 

Un elemento interesante es que existían grandes diferencias entre los mismos grupos de apoyo. En Martinica y Guadalupe los Consejos Generales votaron en favor de que Francia continuara la lucha y en la Guayana se formó un Frente Popular en apoyo a De Gaulle. Sin embargo, Robert no le dio curso a las resoluciones favorables, al contrario, tomó medidas para asegurar el control sobre Guadalupe y la Guayana.

 

La decisión del gobierno de Petáin de buscar un armisticio con Alemania provocó serias tensiones entre las autoridades francesas y británicas en el Caribe durante julio a septiembre de 1940. Las cosas se complicaron el Departamento de Estado de los Estados Unidos supo  de las  intenciones británicas de establecer un bloqueo naval de Martinica:  

 

El Subsecretario de Estado, Sumner Welles, le advirtió en términos enérgicos a Lord Lothian, el embajador británico, que no se toleraría la ocupación de Martinica. De manera que cuando Gran Bretaña le comunicó el ultimátum de la Operación Catapulta a los otros comandantes franceses, se abstuvo de hacer lo mismo con Robert. La advertencia estadounidense a su aliado, combinada con la posibilidad de tener que enfrentar fuerzas militares considerables dispuestas a combatir, disuadieron a los británicos.

 

En este momento Churchill estaba solicitando con urgencia la ayuda militar de Estados Unidos y se negociaba el acuerdo de Destructores-por-Bases por lo que no convenía una confrontación diplomática o militar en el Caribe que socavara la estrategia británica más amplia de lograr el apoyo de ese país y su creciente involucramiento en el conflicto.  Además, una acción en Martinica también hubiera comprometido recursos militares británicos que se requerían en otros teatros de guerra. Sin embargo, el bloqueo de Martinica creó en el Caribe una delicada situación militar que podía llevar a una batalla naval entre los antiguos aliados.

 

Aseguraba Jorge que la política estadounidense hacia Robert fue parte de un acercamiento más abarcador hacia la Francia. Roosevelt formuló una política diferenciada a la de hostilidad abierta a Vichy y de apoyo a De Gaulle que había decidido Churchill. Un elemento interesante, decía Jorge que el presidente estadounidense consideraba a De Gaulle como un líder fabricado por Churchill y sin base real de apoyo. El juego de inteligencia y poder entre los aliados no se detuvo, como afirma Rodríguez Beruff:

 

A fines de abril de 1941 Jacques Soustelle, el coordinador de los comités de solidaridad con la Francia Libre, emprendió un viaje por el Caribe. Su viaje comenzó por Cuba donde habían 22 comités organizados, continuando por Haití, la República Dominicana y Puerto Rico. Durante este viaje, Cuba reconoció oficialmente a la Francia Libre como la representación de Francia. Soustelle se reunió en Puerto Rico con el Comité de Franceses Libres, con la prensa y ofreció conferencias. También fue recibido por las autoridades políticas y militares, incluyendo el gobernador Guy Swope y el comandante Raymond Spruance. Recalcó en sus expresiones la inviolabilidad de la soberanía francesa, la necesidad de un acuerdo entre Estados Unidos y la Francia Libre y criticó la política del Departamento de Estado de mantener relaciones estrechas con Vichy, lo cual no debe haber caído muy bien con las autoridades navales en San Juan.Ese mismo mes Tugwell, quien aún no había llegado a la gobernación de Puerto Rico, le escribió al Secretario de Estado Harold Ickes que era necesario convertir a todos los territorios coloniales caribeños en un “Protectorado Caribeño” y colocar a los franceses bajo “custodia preventiva”.

 

Sigue explicando el proceso. Asegura en su ponencia que a partir de mayo se había producido un endurecimiento en la actitud hacia Robert y Vichy. En la segunda mitad de 1942, se preparaba Operation Torch, que era la invasión del Norte de África. Pero Estados Unidos interrumpió completamente el flujo de suministros desde el 8 de noviembre, la fecha de la invasión del Norte de África, a las colonias francesas agravando la situación interna.  Las tensiones prosiguieron, como dice Jorge:

 

Robert había recurrido a la República Dominicana para suplir alimentos que había intensificado la producción agrícola para suplir las necesidades de la región y promovido la construcción de goletas. Sin embargo, en mayo el barco Presidente Trujillo fue hundido por un submarino alemán al salir de Fort de France a donde había llevado 300 cabezas de ganado. Estaba en camino para San Juan con 600 sacos de arroz y un alambique. Los alemanes también hundieron goletas que estaban en este circuito caribeño, incluyendo una que suplía a Ponce. La escasez fue un factor crucial que erosionó el poder interno de Robert, aunque Jennings señala que se toleraron muchas violaciones por parte de Estados Unidos. Pero también el curso favorable de la invasión del Norte de África, la ocupación alemana del territorio de Vichy y el eclipse de Pétain ante el liderato ascendente de De Gaulle hicieron su posición insostenible.

 

A partir de entonces Jorge pasa a detallar los acontecimientos. Por razones de espacio, seré muy sintética:

1.      El 10 de noviembre de 1942, Roosevelt envió a Hoover de nuevo a Fort de France a reiterarle a Robert el reconocimiento de Estados Unidos a pesar de la ruptura de relaciones con Vichy.

2.      Siguieron otras gestiones para persuadir a Robert. En febrero el almirante francés  Battlet viajó a Martinica para invitar a Robert a que se uniera a los Aliados pero se le ordenó que abandonara inmediatamente la colonia.

3.      El 18 de abril pasó por San Juan Robert Sherwood, el director de las operaciones internacionales del Office of War Information, quien regresaba de un viaje al Norte de África. Fue entrevistado por el Teniente de la Reserva de la Marina John C. Goodboy del Travel Control Unit y la entrevista remitida al director de Inteligencia Naval en Washington. 

4.      Sherwood comentó que la situación en Martinica y Guadalupe era objeto de discusión entre todas las facciones en el Norte de África ya que los Estados Unidos objetaba a los elementos pro-Vichy cercanos a Giraud

5.       Ese mismo mes De Gaulle envió al Cirujano General Le Dantec a Martinica, cuando la situación interna se deterioraba a pasos agigantados, para ofrecerle a Robert una salida. La respuesta del Alto Comisionado fue endurecer la represión hasta la crisis final del su régimen y su precipitada salida a Puerto Rico en el mes de julio.

 

Finalizo esta serie de tres artículos como comencé. Con las conclusiones de Jorge:

 

La Crisis de Martinica convirtió a las Antillas Menores en una zona de alta tensión militar de un conflicto mundial que involucró a las principales potencias, principalmente la Francia de Vichy (así como las diversas facciones de la Resistencia), Gran Bretaña, Estados Unidos y Alemania. A nivel regional el conflicto abarcó, en una forma u otra, a todos los territorios coloniales europeos y estadounidenses, así como a otros países del Caribe y América Latina. Puerto Rico, como la principal base de operaciones militares de Estados Unidos en el Caribe Oriental, participó intensamente en las diversas etapas del conflicto desde su inicio hasta su desenlace en 1943. Esa participación no fue solo la de los funcionarios civiles y militares estadounidenses. La Francia Libre también estuvo presente en el país a través de dos comités de la resistencia y la población siguió de cerca los eventos en los territorios franceses a través de El Mundo.

 

 

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