sábado, 8 de junio de 2013

Martí el dramaturgo


TEMAS SOBRE HAITI, REPUBLICA DOMINICANA Y EL CARIBE

Pensamiento caribeño en el siglo XIX.  Martí: el dramaturgo

Por: Mu-Kien Adriana Sang

sangbenmukien@gmail.com


@MuKienAdriana

Teatro

 

Amor con amor se paga

Proverbio en un acto original de José Martí
Representado en el Teatro Principal
la noche del 19 de diciembre de 1875.

Acto único
Salón elegantemente amueblado, puerta al fondo.

ELLA esperaba, ÉL entra.

Vino el caballero al punto.
Venir a punto era fuerza.
A caballeros las damas
Nos obligan, cuando ruegan.
Envidiáraos por cortés
La vieja corte francesa,
Pero esa es prenda del hombre,
Y aunque es necesaria prenda,
En el asunto a que os llamo
He menester al poeta.
Pues qué? poeta y hombre acaso
Serán dos cosas diversas?
Con nacer y con amar
Cuánta poesía está hecha!
(Con interés mal disimulado.) ¿Qué amáis?
(Con intención.) ¡Sí amo!
(Abandonando precipitadamente la idea.) Dejad
Inoportunas querellas
Que os distraerían...
Y ¿a vos
No?
José Martí fue también dramaturgo.  Comenzó su vida de dramaturgo cuando apenas tenía 19 años con el drama Adúltera, un drama de carácter social en el cual el joven Martí expresa sus ideas sobre el amor, la sinceridad, el respeto y la fidelidad. Los especialistas se asombran que a pesar de ser tan joven al momento de escribirla, fue capaz de utilizar la metáfora de manera tan exquisita.  Está ambientada en el siglo XVII y los personajes son:
GROSSERMANN, (hombre alto), el marido
GUTTERMANN, (hombre bueno), el amigo
POSSERMANN, (hombre vil), el amante
FLEISCH, (fleisch: carne), la mujer
Marido... 40 años - Amante... 25 años
Amigo... 30 años - Mujer... 25 años
 
-Es el hombre en la tierra dueño de sí mismo, y es sin
embargo-su mayor trabajo serlo, que el hombre es el mayor obstáculo
del hombre.-Y desde que lo fui, desde que empeñé esta lucha que
dura en esta tierra toda la vida y ¡quién sabe cuantas vidas en otras!-
nunca creí en la paz, ni en el contento, ni en más felicidad que este
íntimo regocijo que produce ver felices a los otros.
Sufrir para mí no era sufrir: era ensancharme, ser, crecer. Y desde
que la amo, creo ya en la felicidad de una hora, porque a su lado me
olvido de todas las miserias, y -en la tierra- la única felicidad posible es
el olvido de la Tierra.
Cuerpo y alma son ciertamente encarnizados contrarios. No es
amor estúpido de cuerpo lo que brota de mí para María: -es que el ser
humano no está completo en el hombre: es que la mujer lo completa: es
que esta indomable vida de mi espíritu necesitaba para no caer vencida-
resignación y ternura, abnegación y luz porque -si la luz se perdiera,
hallaríasela de nuevo encendida en el alma de una mujer.
(Corriendo al encuentro de Guttermann, que entra por la puerta del
fondo.) ¡Oh, amigo, en hora buena llegas! -Complacíame ahora de
venturas mías: no estaban todas juntas si no te tenía cerca de mí….Escena 1 de La Adultera.
Cuando apareció en la palestra, parece que trajo mucha polémica por el tema, ya que exponer el adulterio femenino en ese momento era una osadía, un enfrentamiento directo a una sociedad cerrada, que prefería ocultar sus dramas, pero con la hipocresía social de mostrar a la sociedad justamente lo contrario.   
A juicio de algunos especialistas, el teatro cubano inició con la obra Abala de José Martí.  Busqué la obra, y lo primero que aparece es, después del título, una frase que dice: Escrito para la patria. Y al leerla, Martí plasma en cada escena su posición anti imperial y su visión, y sobre todo, sus luchas por y para la patria.  Cuatro son los personajes centrales de la obra: Abala, un senador, Espirita la madre de Abdala y Elmira la hermana de Abdala.  Desde la primera escena aparece la intencionalidad política y crítica de la obra: el senador toma la palabra para decir:
Noble caudillo: a nuestro pueblo llega feroz conquistador: necio amenaza, si a su fuerza y poder le resistimos, En polvo convertir nuestras murallas:
Fiero pinta a su ejército que monta
Nobles corceles de la raza arábiga;
Inmensa gente el opresor auxilia,
Y tan alto es el número de lanzas
Que el enemigo cuenta, que a su vista
La fuerza tiembla y el valor se espanta:
Tantas sus tiendas son, noble caudillo,
Que a la llanura llegan inmediata,
Y del rudo opresor ¡Oh Abala ilustre!
Es tanta la fiereza y arrogancia
Que envió un emisario reclamando
Rindiese fuego y aire, tierra y agua!
Algunos sostienen que esta obra, más que teatro, es ante todo un poema épico que da inicio a la evolución de las ideas patrióticas de Martí.  A lo largo de la obra aparecen los conflictos existenciales de los seres humanos entre sí, las luchas internas y sobre todo, la  disyuntiva entre el amor maternal y el amor a la patria. El punto de inicio es la llegada de las tropas invasoras, a partir de ese momento, aparecen los demás personajes. Los diálogos y parlamentos de los personajes son muy extensos  y dramáticos.
Los biógrafos de Martí coinciden en que desde niño mostró no sólo interés, sino pasión por la literatura dramática. Un elemento importante es que el drama, la literatura y la poesía martiana están condicionados por su sentido moral, de compromiso social y de medio educativo para desarrollar la conciencia.
En México, en 1875, Martí escribió lo único suyo que pudo ver en escena, Amor con amor se paga, en la que expone el juego amoroso al mismo tiempo que ensayo de teatro dentro del teatro. En 1876, un año más tarde, hizo en Guatemala se presentó su obra, Patria y Libertad, que no tuvo buena acogida ni por el público, ni por la crítica, pues la calificaron de escaso valor artístico.
Los críticos de Martí aseguran que su obra teatral era más que nada poesía dramática recitada. Incluso llegan a afirmar que era un gran orador y que sus piezas de oratoria eran más dramáticas que sus dramas. Otros aseguran que Martí fue mejor como crítico teatral que dramaturgo; aunque a veces su pasión lo cegaba y era demasiado severo en sus críticas, como lo hizo, por ejemplo, con las obras de Echegaray, cuyas críticas provocaron la ira de muchos autores.
Los especialistas y estudiosos de Martí, aseguran que estaba influenciado por las plumas brillantes de Beaumarchais, Diderot, Goethe, Víctor Hugo, y Alejandro Dumas.  Quizás la dramaturgia no fue su fuerte como escritor, de todas maneras, le sirvió como instrumento de desarrollar sus ideas políticas, libertarias, pero sobre todo, como vehículo de difusión de sus  ideas revolucionarias y patrióticas.
 
 
 

 

 

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