sábado, 18 de enero de 2014

La Epifanía del Señor


 

 

ENCUENTROS

La Epifanía del Señor


Por: Mu-Kien Adriana Sang


 


Reyes para Reyes Magos, de María Rosa Serdio


 

Un jueves por la mañana

se encontraba el rey Melchor

escribiéndoles la carta

a los Reyes del Amor.

Y decía:

Oh mi amado Rey Gaspar,

tú que eres mi preferido

¿Me traerás cura de amor

para un mundo tan herido?

Luego, un viernes por la noche,

tras la hora de cenar,

escribió su carta nueva

al rey Melchor, Baltasar.

Y le pedía, amoroso,

que trajera, por favor,

una cura milagrosa

para sanar el dolor.

Y el rey Baltasar, pensando

qué le podía pedir,

escribía a su rey mago

diciéndole algo así:

Oh, mi amado rey Melchor,

tú sabes cómo te quiero

¿podrías traerme, porfa,

unas ramas de romero,

unos libros de colores,

un globo con corazón

y una caja de semillas,

semillas de nueva flor?

Han de ser de flor de sueños.

Han de ser de flor de amor.

Han de ser de flor de vida,

De flor de sueños en flor.

Y respondieron felices

en su día los Reyes Magos

y los tres Reyes, los tres,

todos tuvieron regalos.

La magia no se entretiene.

Tú la llamas y ella viene.

 


La fiesta de los Reyes Magos es una tradición arraigada en la capital, aunque hay que reconocerlo, se ha ido perdiendo con el tiempo.  En mi Santiago natal casi no se celebraba. Sin embargo, el hecho de que las clases comenzaban justo después de la fiesta de Reyes, y que recibíamos algunos regalos complementarios, normalmente útiles escolares que debíamos sustituir, se alojó en mi corazón y mi memoria para siempre.

Adulta ya, me hice muchas preguntas. El nacimiento de Jesús es un acontecimiento histórico registrado en los anales de la historia de los creyentes y no creyentes. La racionalidad histórica me hizo preguntarme si realmente existieron estos tres seres vestidos como reyes que pudieron llegar al pesebre guiados por una estrella y que llevaron tres insólitos regalos: oro, incienso y mirra. ¿Por qué esos regalos? ¿Eran tres o eran más? Me puse a indagar.

La Epifanía es una de las más antiguas fiestas litúrgicas más antiguas, incluso, afirman algunos, más que la Navidad misma. Los historiadores de la Iglesia Católica aseguran que la celebración se inició en Oriente en el siglo III y que Occidente la adoptó un siglo después. La palabra Epifanía significa "manifestación", pues, según dicen, el Señor se reveló a los paganos a través de la simbología de los magos.

Otra cosa que me llamó la atención es el número tres.  Esta simbología numérica, casi mágica, es utilizada por las filosofías y religiones orientales. Los taoístas, los hinduístas y los confucionistas son insistentes en que la vida se explica a partir de ese número, pues hay tres vidas: la presente, la pasada y la futura. Y, por supuesto, los Reyes Magos, vinieron del Oriente.

En el caso de la  Epifanía, se celebran tres misterios, tres sucesos,  en esta sola fiesta, pues sucedieron en una misma fecha, aunque en diferentes años:   la adoración de los magos, el bautismo de Cristo por Juan y el primer milagro que Jesucristo, por intercesión de su madre, realizó en las bodas de Caná.

Los teólogos especialistas en la historia eclesiástica coinciden de que el único evangelista que habla de La adoración de los magos es San Mateo (2,1-12), quien de manera breve, y con pocas explicaciones, relata la historia: Y he aquí, unos magos vinieron del oriente a Jerusalén, preguntando: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque al ver su estrella en  oriente, hemos venido para adorarle. Cuando el rey Herodes oyó esto, se turbó…. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta... Entonces Herodes, llamó en secreto a los magos, e indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; y enviándolos a Belén, dijo: vayan, y averigüen con diligencia acerca del niño…Y ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. Al ver la estrella, se regocijaron con gran alegría. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra…

¿Existieron realmente los Santos Reyes? Buscando respuesta, encontré una entrevista del historiador  italiano Franco Cardini, autor del libro "Los Reyes Magos", quien asegura que los Magos de Oriente ni era magos ni tampoco eran tres. Afirma que el término "mago", era una forma del Evangelista Mateo, referirse a los astrólogos y sacerdotes presas practicantes del mazdeísmo.
 
El número de tres, sigue diciendo Cardini, se debe a los presentes: oro, incienso y mirra. Es decir, tres regalos, tres reyes, tres magos. El número tres no nació con la tradición. Afirma que hasta entrado el siglo V, en algunos escritos se hablaba de cuatro magos. Cardini también señala en su libro que el  primero que convirtió en Reyes a los magos fue Tertuliano, al descubrir en el Antiguo Testamento, específicamente en los Salmos de David, un fragmento que hablaba de  unos Reyes que acudirían a ver al Mesías al poco tiempo de haber nacido.

El historiador italiano, Cardini, coincide con los teólogos, al afirmar que los Reyes Magos terminaron convirtiéndose en tradición teológica, pues simbolizaban la conversión de todos los paganos al cristianismo. Estrés tres Magos se convirtieron en los representantes de todos los pueblos de la Tierra y cada uno de ellos representa y se convierte en rey de uno de los tres continentes conocidos en la época, convirtiéndose en encarnación de las razas humanas: hay un europeo, un asiático y un africano:

 Los Reyes Magos son también símbolo del tiempo, del pasado, el presente y el futuro, y por eso sus figuras representan un hombre anciano, uno de mediana edad y uno joven. Además, los Magos son símbolos de la Trinidad y encarnan los tres papeles de Cristo como Dios (la divinidad), como Rey (el alma) y como hombre (el cuerpo)… Asimismo, sus regalos representan el poder político (oro), la divinidad (el incienso) y la resurrección (la mirra).
 http://es.catholic.net/imprimir/index.phtml

Lo cierto es que el próximo 6 de enero celebraremos la fiesta eclesiástica de La Epifanía. Algunos sólo se acordarán de los Santos Reyes porque recibirán un regalo más. Otros, utilizarán sus figuras para adornar, sin pensar en el significado de esta trilogía divina. Por mi parte, yo me quedo con el misterio de la Epifanía y su profundo significado:

Los magos, llegados al lugar donde estaban el niño con María su madre, ofrecieron oro, incienso y mirra, sustancias preciosas en las que la tradición ha querido ver el reconocimiento implícito de la realeza mesiánica de Cristo (oro), de su divinidad (incienso) y de su humanidad (mirra)….La Epifanía, como lo expresa la liturgia, anticipa nuestra participación en la gloria de la inmortalidad de Cristo manifestada en una naturaleza mortal como la nuestra. Es, pues, una fiesta de esperanza que prolonga la luz de Navidad. Esta solemnidad debería ser muy especialmente observada por los pueblos que, como el nuestro, no pertenecen a Israel según la sangre. En los tiempos antiguos, sólo los profetas, inspirados por Dios mismo, llegaron a vislumbrar el estupendo designio del Señor: salvar a la humanidad entera, y no exclusivamente al pueblo elegido.

http://www.ewtn.com/spanish/saints/Epifan

 

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@MuKienAdriana

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