domingo, 4 de septiembre de 2016

El libro de Reina Rosario y 5


TEMAS SOBRE HAITI, REPUBLICA DOMINICANA Y EL CARIBE





El libro de Reina, y 5



Por: Mu-Kien Adriana Sang





@MuKienAdriana



En Costa Rica, la equidad como una lucha contra el racismo se busca con la firma de acuerdos, pero estos no han dado los resultados esperados para proteger a los sectores en desventaja. Los convenios y tratados firmados… no se aplican de manera efectiva, lo cual atrasa cualquier intento de combatir el racismo y la discriminación racial manifiesta de forma solapada en el país. Como efectos concretos en la discriminación racial y étnica se señalan: pobreza, exclusión, invisibilización de las minorías, falta de espacio de participación, discriminación en el trabajo, la educación deformada al no incluir los aportes de las minorías étnicas y la marginación regional. Sin embargo, producto de las permanentes demandas de la comunidad, de origen jamaiquino, en Costa Rica, se están dando pasos significativos hacia la eliminación del racismo.  [1]

Con este artículo terminamos con el libro de Reina Rosario.  Presentamos nuestro balance sobre la obra. Bien escrita y bien documentada. Este libro es una joya.  Bien documentado, bien escrito, y constituye un verdadero aporte al conocimiento de las poblaciones excluidas minorías caribeñas, mal denominadas minorías.  Asumo como mías las palabras de la profesora de la Universidad de Costa Rica, Arlette Pichardo, a quien no conozco, pero que publico en AREITO un artículo titulado “Un notable aporte a la historia de Costa Rica de una historiadora dominicana”

Al transitar por cada una de esas identidades, como historiadora ponen a Reina Rosario en contexto y, apelando a su formación en  antropología cultural, brinda indicios y hechos. Por si fuera poco hace gala de adecuados procesos de interpretación exhaustiva y compresiva. Más en un análisis de identidades, me atrevería a decir, si temor a equivocarme, que se trata de la historia más completa abarcadora de la provincia costarricense el Limón y su gente que hasta ahora yo haya podido leer.

Este libro tiene sentido de la estética y de la ética. Una Combinación difícil de encontrar en estos tiempos en la información ‘‘entra’’ por los ojos y pareciera olvidar el fundamento,  la sustancia, la esencia como es en este estudio, la construcción de la nacionalidad. En caso  de Costa Rica, la nacionalidad, como la autora refrenda se ha concebido a partir de la homogeneidad, negando -a veces adrede y quizás sin mayor intención- heterogeneidad siempre presente en la conformación de los pueblos.

Y como la amiga Reina me invitó a presentar la obra, voy a hacer algunos, muy pequeños señalamientos críticos. Bueno, algo tengo que decir, porque esta investigación es una obra humana, y como tal, tiene sus aspectos a señalar, por lo menos desde mi perspectiva:

1.       La cronología.  Confieso que a veces a mí también me ha ocurrido, por eso me atrevo a plantearlo.  En nuestro afán de profundizar n tema a veces no respetamos la cronología.  Esto me ocurrió sobre todo con los capítulos II y III, que saltaba de los años 50 a los 90 y al 2000, a veces sin pausa.  Pienso que el retrato del Limón debió hacerse más cronológicamente.  La observación no desmerita el gran trabajo investigativo.



2.       Sesgo ideológico.  Tal vez estoy envejeciendo y me estoy volviendo más conservadora.  Estoy de acuerdo con las investigaciones que buscan resaltar a los hombres y mujeres sin rostro y sin nombre, que son los que han aportado su sangre y su sudor para que podamos tener la herencia que hemos recibido. Detrás de las maravillosas pirámides de Egipto están miles de vidas: la de los esclavos que sin recibir nada a cambio nos legaron esta obra impresionante y majestuosa.  Siento sin embargo, que en la visión de conjunto de la obra hay una desbalance.  Mientras es muy generosa en destacar los aportes de los afrocostarricenses, que no los negamos, es muy parca en reconocer el aporte de los hombres del poder.  Aunque reconoce que con la llegada de José Figueres a la presidencia de Costa Rica es cuando se inicia el proceso de cambio para los negros jamaiquinos, Reina se auxilia de otros autores para reconocerlo, pero no hace uso de sus propias palabras.  José Figueres, con sus defectos y con el sello de caudillo, como todos los políticos latinoamericanos de la época, es sin lugar a dudas,  el caudillo victorioso de la guerra civil de Costa Rica.  Su gestión tiene un antes y un después.  Creo que nosotros los historiadores debemos asumir la suficiente distancia para evaluar y juzgar.



3.       El entorno de El Caribe.  Quizás ahora estoy aprendiendo sobe El Caribe, por lo cual confieso que ahora es que lo tomo en cuenta, pienso que debiste aprovechar algunos momentos para hacer algunas comparaciones con expresiones culturales en algunas islas caribeñas o más aún en El Caribe insular.  Lo haces, no lo niego, y me encantó la referencia sobre la República Dominicana, pero lo extrañé en algunos elementos, sobre todo culturales.

Estas simples tres observaciones son muy mías.  El libro me encantó y me atrapó. Te felicito. Y sobre todo, espero que nos regales nuevas obras con temas tan interesantes como desconocidos en esta sociedad dominicana, especialmente la académica, que no trascendemos nuestros 48 mil kilómetros cuadrados.  Contigo aprendí, por el riesgo que asumiste, que podemos hacer aportes importantes en países hermanos. El libro finaliza con estas palabras:

Este estudio sobre las identidades de la comunidad de origen jamaiquino en un país como Costa Rica, donde uno de sus mitos es la blancura, ha permitido mostrar qué significa ser negro en un espacio donde la población se considera blanca. Esto genera una doble tensión en la población de ascendencia africana. Por una parte está la condición de asumirse como ciudadano costarricense; por la otra, está la de afirmarse como grupo con su propia identidad étnica cultural. Las estrategias identitarias usadas por esta comunidad han sido las idóneas porque no solo le ha permitido conservar, sino recrear y redefinir sus identidades étnicas, al tiempo que han contribuido significativamente a ampliar el bagaje cultural costarricense….[2]





[1] Reina Rosario, Identidades de la población de origen jamaiquino en el Caribe Costarricense (segunda mitad del siglo XX), Santo Domingo, Cocolo Editorial, 2015, p. 402.

[2] Ibídem, p. 404

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