domingo, 4 de septiembre de 2016

La reiinvención colonial, azúcar y ecosistema


TEMAS SOBRE HAITI, REPUBLICA DOMINICANA Y EL CARIBE



CUBA Y SUS LIBROS.  LA REINVENCIÓN COLONIAL. El azúcar y el ecosistema

Por: Mu-Kien Adriana Sang





@MuKienAdriana



La producción de azúcar de caña y sus implicaciones económicas, sociales y políticas es uno de los temas centrales en los estudios sobre la historia de Cuba. Numerosos libros y artículos que abarcan toda la isla o alguna región en específico, largos períodos históricos o acontecimientos y etapas más restringidas, exploran las características de la industria en sus distintas fases y problemáticas medulares como la mano de obra, el comercio, el financiamiento, la tecnología, entre otras muchas. Dentro de esta relación no han faltado las referencias al enorme impacto ecológico producido por el avance de las plantaciones azucareras. [1] Reinaldo Funes Monzote.



El profesor Funes Monzote, investigador de la Fundación Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre ubicado en la ciudad de La Habana, presentó un interesante ensayo en este libro acerca de la evolución de las plantaciones azucareras y su impacto en la sociedad cubana del siglo XIX.



Inicia el ensayo señalando cómo el estallido de la revolución haitiana significó un impulso a la producción azucarera en Cuba, debido  a la salida abrupta de inversionistas haitianos que salieron despavoridos de la guerra. En 1800 se calculaba que existían 350 ingenios en la zona de Cuba que iba desde La Habana hasta Matanzas. Veinte años después, en 1820 ya existían 524 ingenios, que incluía 95 solamente en Matanzas. En el conjunto del país alcanzaba la cifra de 625. El censo de 1846 da cuenta de la existencia de 1,056 y el censo de 1862 alcanzó la suma de 1,065 ingenios:

Ese salto productivo se explica en gran medida por la profunda influencia que tuvo sobre la plantación esclavista azucarera la revolución técnica de la era del vapor. A partir de 1820 se inicia la generalización de las máquinas de vapor para mover los molinos, junto a la de los llamados trenes jamaiquinos en la casa de calderas, que permitían un importante ahorro de combustible.[2]



Un elemento interesante, que no había visto en ninguna otra investigación, es que el autor señala que las tierras que fueron dedicadas al cultivo del azúcar eran los bosques más célebres de la isla en el siglo XVIII. El negocio de madera y la cría de cerdos inició el proceso de destrucción de esos maravillosos bosques.



El estudio se centra en la comunidad específica de Sagua la Grande. Plantea que a la llegada de los españoles, estos territorios estaban cubiertos por  bosques semicaducifolios, que eran célebres en toda la isla.  El gran cambio, dice el autor, se produjo en agosto de 1815, cuando se promulgó la Real Cédula que permitía la demolición de los bosques para instaurar fincas de todo tipo de producción. Con el tiempo, la producción de azúcar sustituyó a todas las demás.  Por ejemplo, para 1840 existían solo 59 ingenios.  Veinte años después, en 1860 había ascendido a 119. De estos 89 molían las cañas con máquinas de vapor y apenas 30 lo hacían con los tradicionales trapiches con bueyes.  A nivel de producción, el aumento fue sistemático e interesante, tanto, que llegó a ocupar el cuarto lugar de las demás colonias azucareras de Cuba.



La situación geográfica de Sagua le permitió canalizar sin muchas dificultades la producción, gracias también a los embarcaderos que permitían el cabotaje y la salida del producto por el río. Pero el número de ingenios siguió aumentando, y  por lo tanto se necesitaban nuevas formas de transportar la producción.  La construcción del ferrocarril fue esencial para el desarrollo de las plantaciones azucareras, pues constituyó un medio más efectivo y rápido para transportar la producción.



El trabajo hace énfasis en cómo la plantación azucarera impactó negativamente el ecosistema de la zona; incluyendo la contaminación del río y el deterioro de los bosques. Concluye el trabajo diciendo que la comunidad de Sagua la Grande representa un ejemplo característico de las condiciones de la plantación esclavista en la nueva época influenciada por los avances técnicos que trajo consigo la Revolución Industrial. Señala que el impacto negativo del crecimiento de las plantaciones azucareras tuvo un impacto más que negativo en materia del medio ambiente.



El trabajo, corto y sustancioso, nos presenta una perspectiva diferente. Normalmente habíamos leído sobre el impacto de las plantaciones azucareras en materia económica y social: cómo influyó en la producción, en la composición racial, en la trata de esclavos de África… para señalar algunos aspectos.  Sin embargo, pocas personas, por no decir ningunas, habían analizado el nacimiento, desarrollo y expansión de las plantaciones azucareras en relación al impacto ambiental.  Una visión muy diferente a lo que estamos acostumbrados.














[1] Reinaldo Funes Monzote,  “El azúcar, la era del vapor y los cambios ambientales en Sagua la Grande en el siglo XIX”, en Imilcy Balboa editora, La reinvención colonial de Cuba, Santa Cruz de Tenerife, España, Ediciones Idea, 2012, p.34.
[2] Ibidem, p. 35.

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