jueves, 24 de septiembre de 2015

Descubriendo el Caribe insular no hispánico. Las variantes del pensamiento en el caribe francés, 4


TEMAS SOBRE HAITI, REPUBLICA DOMINICANA Y EL CARIBE

 

Descubriendo el Caribe insular no hispánico. Las variantes del pensamiento en el caribe francés, 4

 

Por: Mu-Kien Adriana Sang

 



@MuKienAdriana

 

 

Africa he guardado tu recuerdo Africa
estás en mí
como la astilla en la herida
como un fetiche tutelar en medio de la aldea
Haz de mí la piedra de tu honda
de mi boca los labios de tu llaga
de mis rodillas las columnas rotas
de tu humillación
Sin embargo
no quiero ser más que de vuestra raza
obreros campesinos de todos los países...
obrero blanco de Detroit peón negro de Alabama
pueblo innumerable de las galeras capitalistas
el destino nos yergue hombro con hombro
y renegando del antiguo maleficio
de los tabúes de la sangre
pisamos los escombros de nuestras soledades
Si el torrente es frontera
arrancaremos al declive su cabellera irrestañable
Si la sierra es frontera
romperemos la mandíbula de los volcanes
que refuerzan las Cordilleras
y la llanura será la explanada de la aurora
donde reunir nuestras fuerzas descuartizadas
por la astucia de nuestros amos
Como la contradicción de los rasgos
se resuelve en la armonía del rostro
proclamamos la unidad del sufrimiento
y de la rebelión
de todos los pueblos en toda la superficie de la
tierra
y mezclamos el cemento de los tiempos
fraternales
en el polvo de los ídolos. 
Jacques Roumain
 



 

En el artículo de la semana pasada trabajamos [1] el artículo de la profesora Marie Dominique Le Rumeur, “Las literaturas antillanas de habla francesa”.  Por razones de espacio no pudimos abordar el caso haitiano, el cual, a juicio de la autora, es muy singular, pues, su literatura no se inserta en ninguna de las corrientes que se vislumbran en el resto del Caribe francés. 

La especialista en la literatura francesa caribeña afirma que la literatura haitiana ha vivido, a través de su historia varias etapas. Dos acontecimientos la marcaron grandemente: la independencia en 1894 y el ascenso de la familia Duvalier al poder.  La primera marcó un hito, la segunda un desconsuelo terrible provocando la huida despavorida de sus intelectuales.  Afirma que “el exilio y la diáspora son una constante de esta literatura que demuestra tener un dinamismo poco común.”[2] La primera etapa se inicia a principios del siglo XIX, cuando se vivía la efervescencia de la independencia.  Le denomina la autora a este período como “Romanticismo y Duduismo”:

La literatura haitiana en sus principios está dominada por el idioma del antiguo colonizador y podría decirse que es una pálida calcomonía de los modelos franceses.  Los escritores se inspiran –el caso es similar al de Martinica y Guadalupe- en las corrientes literarias europeas. [3]

Se destacan los ensayos historiográficos de Thomas Madiou y Joseph Saint Remy, quienes se ocuparon de narrar de forma pormenorizada los acontecimientos revolucionarios.  Al leer me pregunté lo que significaba el término “Duduismo”.  La autora lo responde y afirma que la palabra “Dudu” alude a una mulata melosa, sensual y caribeña, simbolizando una visión folklórica de las Antillas.

Entrado el siglo XX, se inicia una nueva etapa “La generación de la Ronde y el Indigenismo”, específicamente durante la ocupación americana  en Haití.  Este es el período del renacimiento nacionalista.  Destacan, sin duda alguna las figuras de Jean Price Mars y Jacques Roumain.

A mediados del siglo XX, la situación con Duvalier se hizo imposible. La represión se extendía a lo largo y lo ancho de Haití, provocando la huida de los intelectuales:

De manera que, para huir de las matanzas y del infierno represivo, los intelectuales de la isla optan por el exilio provocando una hemorragia de cerebros sin precedentes.  Mientras que la Revolución Haitiana de 1804 fue pionera en la emancipación de los esclavos, en los años 60…Haití cae bajo la tutela de un régimen peor que la colonización y la esclavitud…[4]

Paradójicamente la diáspora haitiana, que salió huyendo a los horrores de la dictadura, era culta formada, hecho que contrarrestaba dramáticamente con una sociedad atrasada, analfabeta, pobrísima, y con los peores indicadores sociales de toda América Latina. 

 

Algunos de los intelectuales salieron huyendo de la capital y se alojaron en comunidades lejanas.  A este grupo se les denomina la “diáspora del interior” que abogó por la llamada estética del caos.  Destaca, sin duda alguna Frankétienne, quien a través de la revista “Haití Littéraire” exponían sus ideas que buscaban enfrentar al amo dictador que sometía al pueblo:

 

Frankétienne. Hombre polifacético y pilar del núcleo, conduce el espiralismo hacia las teorías físicas del caos: el caos como fenómeno constante y no excepcional que aplica al arte.  El caos se origina, primero, con la ruptura de las palabras que irradian espirales que conducen a distintos géneros y formas, lo imaginario gira hacia el estallido y la desintegración… Frankétienne  se orienta hacia la creación de  un nuevo lenguaje. De manera que la invención verbal del demiurgo navega entre el delirio fantástico y el hermetismo… [5]

 

En relación al exilio de la diáspora de “fuera”, la autora señala que esos intelectuales salieron hacia Europa y los Estados Unidos y Canadá.  En el caso de Francia, destacan René Dupestre, Jean Claude Charles y Louis Philippe Dalembert.  En España Micheline Dusseck desarrolló su vida profesional allí, y se ha dedicado más a trabajar sobre las mujeres haitianas a través de la historia. En el caso de los Estados Unidos  destacan Marie Chauvet y Edwidge Danticat. A Canadá llegaron Danny Laferriere y Juan René Lemoine. 

 

La autora finaliza su interesante trabajo de síntesis diciendo:

 

Esbozaremos para concluir el panorama literario de Haití y Antillas-Guyana, un fenómeno peculiar de aquellas islas que consiste en utilizar el Vudú  como veta literaria. Sobre todo, en el caso de Haití, ya que hablar de Haití es hablar de vudú. Una de las principales características de la literatura haitiana, pionera de las literaturas francófonas, se basa en el tratamiento de este tema que roza lo paranormal, lo real maravilloso, lo fantástico y un cierto erotismo….

La literatura antillana de habla francesa tiene un vigor poco común. Aimé Cesaire comentaba que la relación entre los escritores y los metros cuadrados de las islas de Guadalupe y Martinica era de los  más nutridos del mundo. Haití, con su dispersión de talento por el mundo, no queda atrás tampoco en el abanico de aquellas tierras de creadores….[6]

 

Como tarea pendiente queda profundizar más en la literatura y el pensamiento haitiano. A veces me pregunto por qué y cómo se opina de algo si el debido conocimiento. Cosas de nuestro país. Hasta la próxima.



[1] Marie Dominique Le Rumeur, Las literaturas antillanas de habla francesa, dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3933130.pdf, p. 40
[2] Ibídem.
[3] Ibídem
 
[4] Ibídem.
[5] Ibídem
[6] Ibídem

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