domingo, 5 de mayo de 2013

La resistencia de Sabato 1


ENCUENTROS

 

La Resistencia. 1.

 

Por: Mu-Kien Adriana Sang

 

¡Mira! Las palabras inocentes me han

rejuvenecido al fin

y como en otro tiempo las lágrimas brotan

de mis ojos.

Y recuerdo los días hace mucho pasados

y la tierra nativa vuelve a alegrar de nuevo

mi alma solitaria

y la casa donde crecí un día con tus

bendiciones,

donde, alimentado con amor, muy pronto

creció el niño.

Ah, cuántas veces pensé que yo te

reconfortaría

Cuando a mí mismo me veía obrar a lo

lejos sobre el vasto mundo.

Mucho intenté y soñé, y me he llagado el

pecho a fuerza de luchar, pero haréis que yo sane... Ernesto Sábato.

Sin lugar a dudas, uno de los grandes intelectuales de América Latina fue Ernesto Sábato.  Un gran pensador que tuvo la suerte de haber tenido una larga y fructífera vida.  Murió en el 2011 a la edad de 100 años.  A pesar de haber estudiado física, descubrió que su verdadero mundo era la escritura. Escribió mucho, desde ensayos, novelas hasta artículos de crítica política.  No le tuvo miedo a las consecuencias que le traerían sus palabras.  Por esta razón no se amedrentó cuando le fue arrebatada su condición de catedrático en la Universidad Nacional de La Plata porque había escrito una serie de artículos críticos contra Perón. 

Su obras literarias impactaron en Latinoamérica y el mundo. Las obras más conocidas son El túnel, publicada en 1948 y Sobre héroes y tumbas  que apareció en 1962.  También se destaca Hombres y engranajes, de 1951; así como El escritor y sus fantasmas publicado en 1963. Una de sus últimas obras es La resistencia que salió a la luz en el año 2000.

Por su posición vertical en contra de las veleidades de la sociedad de su tiempo, su compromiso político en defensa de la democracia, Ernesto Sábato es y será siempre la conciencia, que a través de las palabras, hacía llamados desesperados frente a una sociedad que sin amedrentarse calificó de sombría. Fue más que un hacedor de historias a través de sus novelas. Fue, es y será un ejemplo, un monumento humano y una autoridad ética, en este tiempo confuso, en el que prevalece el adormecimiento y la complacencia al poder y al status quo.

El libro La Resistencia llegó a mis manos hace algunos años. Después de devorarlo, decidí darle la categoría exclusiva de libro de cabecera. Había encontrado una fuente de inspiración ante mi angustia existencial de no aceptar pasivamente la realidad. La obra consta de 5 cartas: LO PEQUEÑO Y LO GRANDE, LOS ANTIGUOS VALORES, ENTRE EL BIEN Y EL MAL, LOS VALORES DE LA COMUNIDAD  y LA RESISTENCIA.  Concluye con un epílogo al que tituló: LA DECISIÓN Y LA MUERTE

 

Desde la primera carta, Sábato expresa su posición. Defiende la resistencia como arma contra las insensatas e injustas imposiciones sociales:  El hombre se está acostumbrando a aceptar pasivamente una constante intrusión sensorial. Y esta actitud pasiva termina siendo una servidumbre mental, una verdadera esclavitud... ( Primera Carta. Lo pequeño y lo grande)

 

En la Segunda Carta, Sábato critica duramente el sello alienador de la modernidad capitalista. La vida moderna, marcada por horarios precisos y tangibles metas que cumplir, obliga a los hombres y mujeres de olvidarse de vivir.  La prisa de las grandes ciudades, la multitud que deambula en soledad absoluta, con contactos cada vez más lejanos y superficiales, alienan inevitablemente la existencia. Se necesita descubrir lo pequeño, y, sobre todo, la reivindicación del amor, como motor esencial de la vida:

El latido de la vida exige un intersticio, apenas el espacio que necesita un latido para seguir viviendo, y a través de él puede colarse la plenitud de un encuentro, como las grandes mareas pueden filtrarse aun en las represas más fortificadas. O una enfermedad puede ser la apertura, o el desborde de un milagro cualquiera de la vida: una persona que nos ame a pesar de nuestra cerrazón O como una gota que golpeara incesantemente contra los altos muros. Y entonces la persona que estaba más sola y cerrada puede ser ella misma la más capacitada por haber sido quien soportó largo tiempo esa grave carencia. Motivo por el cual son muchas veces los que más orfandad han sufrido quienes más cuidado ponen en la persona amada. Amor que nunca se recibe como descontado, que siempre pertenece a la magnitud del milagro.... (Segunda Carta: los antiguos valores)

 

En la Tercera Carta, sobre el bien y el mal, Sábato, partiendo de su propia experiencia, afirma que solo tenemos esta vida para hacer lo que debemos hacer.  Que los errores cometidos no pueden repararse, y que por lo tanto, en cada momento de nuestras existencias tenemos, necesariamente, que hacer una elección entre el bien y el mal:  

...el mundo no sólo está afuera sino en lo más recóndito de nuestro corazón. Y tarde o temprano aquella alta montaña incorruptible concluye pareciéndonos un triste simulacro, una huida, porque el mundo del que somos responsables es éste de aquí: el único que nos hiere con el dolor y la desdicha, pero también el único que nos da la plenitud de la existencia, esta sangre, este fuego, este amor, esta espera de la muerte. El único que nos ofrece un jardín en el crepúsculo, el roce de la mano que amamos....

 

Seguimos en la próxima entrega con este maravilloso libro que aviva el espíritu de la inconformidad y la rebeldía contra una sociedad que quiere una ciudadanía autómata y a crítica.

 

mu-kiensang@hotmail.com

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