ENCUENTROS
La Resistencia. 1.
Por: Mu-Kien Adriana Sang
¡Mira!
Las palabras inocentes me han
rejuvenecido
al fin
y
como en otro tiempo las lágrimas brotan
de
mis ojos.
Y
recuerdo los días hace mucho pasados
y
la tierra nativa vuelve a alegrar de nuevo
mi
alma solitaria
y
la casa donde crecí un día con tus
bendiciones,
donde,
alimentado con amor, muy pronto
creció
el niño.
Ah,
cuántas veces pensé que yo te
reconfortaría
Cuando
a mí mismo me veía obrar a lo
lejos
sobre el vasto mundo.
Mucho
intenté y soñé, y me he llagado el
pecho
a fuerza de luchar, pero haréis que yo sane... Ernesto Sábato.
Sin lugar a dudas, uno de los grandes
intelectuales de América Latina fue Ernesto Sábato. Un gran pensador que tuvo la suerte de haber
tenido una larga y fructífera vida.
Murió en el 2011 a la edad de 100 años.
A pesar de haber estudiado física, descubrió que su verdadero mundo era
la escritura. Escribió mucho, desde ensayos, novelas hasta artículos de crítica
política. No le tuvo miedo a las
consecuencias que le traerían sus palabras.
Por esta razón no se amedrentó cuando le fue arrebatada su condición de
catedrático en la Universidad Nacional de La Plata porque había escrito una
serie de artículos críticos contra Perón.
Su obras literarias impactaron en Latinoamérica
y el mundo. Las obras más conocidas son El túnel, publicada en 1948 y Sobre
héroes y tumbas que apareció en 1962. También se destaca Hombres y engranajes,
de 1951; así como El escritor y sus fantasmas publicado en 1963. Una
de sus últimas obras es La resistencia que salió a la luz en el año 2000.
Por su posición vertical en contra de las
veleidades de la sociedad de su tiempo, su compromiso político en defensa de la
democracia, Ernesto Sábato es y será siempre la conciencia, que a través de las
palabras, hacía llamados desesperados frente a una sociedad que sin
amedrentarse calificó de sombría. Fue más que un hacedor de historias a través
de sus novelas. Fue, es y será un ejemplo, un monumento humano y una autoridad
ética, en este tiempo confuso, en el que prevalece el adormecimiento y la
complacencia al poder y al status quo.
El
libro La Resistencia llegó a mis manos hace algunos años. Después de devorarlo,
decidí darle la categoría exclusiva de libro de cabecera. Había encontrado una
fuente de inspiración ante mi angustia existencial de no aceptar pasivamente la
realidad. La obra consta de 5 cartas: LO PEQUEÑO Y LO GRANDE, LOS ANTIGUOS
VALORES, ENTRE EL BIEN Y EL MAL, LOS VALORES DE LA COMUNIDAD y LA RESISTENCIA. Concluye con un epílogo al que
tituló: LA DECISIÓN Y LA MUERTE
Desde
la primera carta, Sábato expresa su posición. Defiende la resistencia como arma
contra las insensatas e injustas imposiciones sociales: El
hombre se está acostumbrando a aceptar pasivamente una constante intrusión
sensorial. Y esta actitud pasiva termina siendo una servidumbre mental, una
verdadera esclavitud... ( Primera Carta. Lo pequeño y lo grande)
En
la Segunda Carta, Sábato critica duramente el sello alienador de la modernidad
capitalista. La vida moderna, marcada por horarios precisos y tangibles metas
que cumplir, obliga a los hombres y mujeres de olvidarse de vivir. La prisa de las grandes ciudades, la multitud
que deambula en soledad absoluta, con contactos cada vez más lejanos y
superficiales, alienan inevitablemente la existencia. Se necesita descubrir lo
pequeño, y, sobre todo, la reivindicación del amor, como motor esencial de la
vida:
El latido de la vida exige un intersticio, apenas el espacio que
necesita un latido para seguir viviendo, y a través de él puede colarse la plenitud
de un encuentro, como las grandes mareas pueden filtrarse aun en las represas
más fortificadas. O una enfermedad puede ser la apertura, o el desborde de un milagro
cualquiera de la vida: una persona que nos ame a pesar de nuestra cerrazón O
como una gota que golpeara incesantemente contra los altos muros. Y entonces la
persona que estaba más sola y cerrada puede ser ella misma la más capacitada
por haber sido quien soportó largo tiempo esa grave carencia. Motivo por el
cual son muchas veces los que más orfandad han sufrido quienes más cuidado
ponen en la persona amada. Amor que nunca se recibe como descontado, que
siempre pertenece a la magnitud del milagro.... (Segunda Carta: los antiguos
valores)
En la Tercera
Carta, sobre el bien y el mal, Sábato, partiendo de su propia experiencia,
afirma que solo tenemos esta vida para hacer lo que debemos hacer. Que los errores cometidos no pueden
repararse, y que por lo tanto, en cada momento de nuestras existencias tenemos,
necesariamente, que hacer una elección entre el bien y el mal:
...el mundo no sólo está afuera sino
en lo más recóndito de nuestro corazón. Y tarde o temprano aquella alta montaña
incorruptible concluye pareciéndonos un triste simulacro, una huida, porque el
mundo del que somos responsables es éste de aquí: el único que nos hiere con el
dolor y la desdicha, pero también el único que nos da la plenitud de la
existencia, esta sangre, este fuego, este amor, esta espera de la muerte. El
único que nos ofrece un jardín en el crepúsculo, el roce de la mano que amamos....
Seguimos
en la próxima entrega con este maravilloso libro que aviva el espíritu de la
inconformidad y la rebeldía contra una sociedad que quiere una ciudadanía
autómata y a crítica.
mu-kiensang@hotmail.com
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