ENCUENTROS
De vuelta con EDGAR MORIN. La educación como enseñanza de la
incertidumbre
Dedicado a mi hermana-amiga mexicana Patricia Gascón Muro
Enseñarás
a volar…
pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar…
pero no soñarán tus sueños.
Enseñarás a vivir…
pero no vivirán tu vida.
Enseñarás a cantar…
pero no cantarán tu canción.
Enseñarás a pensar…
pero no pensarán como tú.
Pero sabrás
que cada vez que ellos vuelen, sueñen,
vivan, canten y piensen…
pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar…
pero no soñarán tus sueños.
Enseñarás a vivir…
pero no vivirán tu vida.
Enseñarás a cantar…
pero no cantarán tu canción.
Enseñarás a pensar…
pero no pensarán como tú.
Pero sabrás
que cada vez que ellos vuelen, sueñen,
vivan, canten y piensen…
¡Estará en ellos la semilla
del camino enseñado y aprendido
del camino enseñado y aprendido
Uno de los grandes aportes de
Edgar Morín es sin duda alguna a la educación, no solo a nivel conceptual, sino
también metodológico. El pensador no tiene temor en decir que el proceso
educativo tiene un claro objetivo: aprender y asumir como norte la condición
humana, pues la educación debe enseñar a vivir con los demás.
Educar no debe ser ya un acto
positivista en el cual se enseñaban certezas y conocimientos preconcebidos. ¿Existe
la certeza? ¿Las verdades absolutas? ¡No! Es una gran falacia porque gracias a
nuestra condición humana misma la incertidumbre es nuestro signo. Incertidumbre que abarca lo cognitivo y lo
histórico también. Morín establece tres
tipos de incertidumbres: la cerebral, la síquica y la epistemológica.
La incertidumbre cerebral,
sostiene el pensador, que el conocimiento
no es un reflejo de lo real, sino una reconstrucción y traducción de los
estímulos recibidos. En tal sentido,
asegura, siempre habrá riesgo de error.
La incertidumbre síquica es muy
lógica: el conocimiento de los hechos siempre atraviesa por el prisma del que
interpreta.
Y la tercera es la epistemológica
que es el resultado de la crisis de las certezas filosóficas, que nacieron con
Nietzsche en la filosofía y Popper en las llamadas ciencias puras.
Y hay incertidumbre porque nadie
puede llegar a una verdad totalmente cierta.
La verdad no existe, es circunstancial.
Lo único verdadero es la incertidumbre:
Conocer y pensar no es llegar a una verdad
totalmente cierta, es dialogar con la incertidumbre.
La incertidumbre histórica está vinculada
con el carácter intrínsecamente caótico de la historia humana. La aventura histórica comenzó hace unos
10,000 años. Estuvo marcada por
creaciones fabulosas y destrucciones irremediables. No queda nada de los
imperios egipcio, asirio, babilonio, persa, ni del imperio romano que había
parecido eterno….La historia está sometida a los accidentes, perturbaciones y,
a veces, terribles destrucciones masivas de poblaciones y civilizaciones….
No hay leyes históricas. Por el contrario,
todos los esfuerzos por congelar la historia humana, eliminar sus
acontecimientos y accidentes, hacer que soporte el yugo de un determinismo
económico-social y/o hacer que obedezca a un ascenso teledirigido han fracasado….
(Con la Cabeza bien puesta, p. 64)
Pero la incertidumbre no
significa resignación, apaciguamiento o indiferencia, todo lo contrario. Lo que nos obliga el maravilloso camino de lo
incierto y lo desconocido es a pensar bien, a convertirnos en seres más capaces
de elaborar estrategias. Y para poder
pensar bien, debemos practicar un pensamiento que nos devele sin cesar la
contextualización y totalización de las informaciones y conocimientos; es
recibir el bombardeo con la “cabeza bien puesta” para poder detectar y luchar
con vigor contra el error y la mentira.
Entonces viene la crítica de
Morín hacia la educación tradicional que reduce el conocimiento a programas.
Nuestra enseñanza tiende al programa, mientras la vida nos demanda la
estrategia. ¿Qué es la estrategia? ¿Qué significa? Morín se responde diciendo:
La estrategia se opone al programa, aunque
pueda tener elementos programados. El programa es la determinación a priori de
una secuencia de acciones tendientes a lograr un objetivo. El programa es
eficaz en condiciones externas estables, que se pueden determinar con certeza.
Pero la menor perturbación de estas condiciones desajustan la ejecución del
programa y hacen que esté condenado a determinarse. La estrategia busca sin
cesar juntar informaciones y verificarlas, y modifica sus acciones en función
de las informaciones recogidas de las casualidades con las que se encuentra en
el camino… (Con la cabeza bien puesta, p. 66)
La estrategia, sigue diciendo el pensador,
lleva intrínsecamente la conciencia de la incertidumbre que se va a enfrentar
y, por eso mismo, implica una apuesta hacia lo desconocido. ¿Qué significa hacer una apuesta?
Sencillamente integrar la incertidumbre en la fe y la esperanza, porque la
apuesta no es el azar, es la implicación en los compromisos fundamentales de
nuestras vidas.
La educación debe ayudar a que
cada individuo descubra y esté consciente de que su vida es una aventura, pues
todo destino humano implica, necesariamente, incertidumbre. Aún la certeza misma de la muerte es incierta
porque no sabemos cuándo se producirá ni en qué circunstancias.
¿Cómo enseñar la incertidumbre a
los niños? ¿Cómo incentivar sus propias curiosidades naturales? Es necesario que le enseñemos a esas vidas que
se inician a aprender a conocer, a separar, unir y sintetizar las cosas que
ven. Hay que enseñarles que las cosas no son solo cosas, sino sistemas en sí
mismos que constituyen una unidad que vincula partes diversas y que solo pueden
ser conocidas si se insertan en su contexto.
Hay que superar la visión causal-lineal, en la cual existe una
vinculación directa de causa-efecto.
Debemos incentivar y enseñar las incertidumbres de la causalidad, pues
las mismas causas no siempre producen los mismos efectos.
Pero enseñar para la vida es
enseñar a los niños y jóvenes a tomar conciencia de que son ciudadanos
responsables y solidarios, de seres que forman parte de un todo, que trasciende
las fronteras de su comunidad y de su nación para convertirse en ciudadanos
universales y del cosmos.
Nos vemos en la próxima.
Seguiremos con el tema educativo
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