ENCUENTROS
¿HACIA DONDE VA
LA EDUCACIÓN SUPERIOR?, ¿Un nuevo
estudiante universitario? 2
Por: Mu-Kien Adriana Sang Ben
El
siglo XXI ha traído consigo una enorme cantidad de transformaciones en muchas
esferas de la vida social, educativa, tecnológica, científica y familiar. Estas
transformaciones han tocado de manera particular el ámbito educativo, con
reformas en sus modelos educacionales y con ello los estudiantes universitarios
hacen una ruptura con paradigmas de corte positivista en donde el alumno era
visto como una fuente restringida por los arreglos contingenciales del profesor
programador, los cuales se establecen incluso antes de la situación
instruccional. Aquel sujeto cuyo desempeño y aprendizaje escolar podía ser
arreglado desde el exterior, se encuentra en un proceso de emancipación y toma
conciencia ahora participa activamente en su propio aprendizaje. Muchas universidades
en México trabajan para dar un giro decisivo proporcionando autonomía en sus
estudiantes, mediante modelos como el constructivista, al mismo tiempo que se
requiere tengan un pensamiento crítico, pero; esa autonomía no es auténtica,
los estudiantes se subsumen al currículo de su institución y generan
aprendizajes que se limitan a lo que se les evaluará, aun así el estudiante es
reificado. María Zúñiga Sánchez[1]
Ante los cambios que
acontecen en el mundo, se impone una revisión crítica del estudiante que
ingresa a la universidad, tanto en el nivel de grado como en el de
postgrado. El universitario que queremos, o que estamos obligados a
recibir, debe tener determinadas características. Josefina
Espinoza Jara y Mónica Ylizaliturri
Montemayor, sostienen, en un trabajo interesante dirigido a la universidad
mexicana, que el mundo de hoy impone a los profesionales que van al mercado
poseer como condición necesaria y
suficiente, las habilidades y
competencias que exige el entorno globalizado de la economía mundial. Esta necesidad supone, al mismo tiempo, un
cambio profundo en el profesorado universitario. Esta afirmación nos lleva a la pregunta
clave: ¿Tienen las universidades profesores capacitados y actualizados
pedagógica y disciplinarmente? ¿Están preparadas las universidades para
responder a los cambios?
Las autoras sostienen que en
la década de los 80’s con terminar la
preparatoria, tener la papelería en regla, tener los recursos necesarios,
contar con el deseo de estudiar como forma de sobresalir en su ambiente, solicitar
el ingreso a la institución y ser admitido, parecían bastar para inscribirse y
ponerse a estudiar la carrera universitaria seleccionada, y por si quedaba
alguna duda o deseo de cambio, solicitarlo e ingresar a la otra carrera que se
consideraba era mejor o conveniente[2]. Sin
embargo, afirman las académicas, hoy en
día las políticas y el perfil de ingreso de los estudiantes han tenido que
cambiar, por lo que las instituciones de educación superior se han visto en la
necesidad de definir procesos de admisión más rigurosos y a considerar aspectos
importantes del entorno. Se ha producido
esto en RD? Lo dudo!!!!
Muchas universidades, dicen las autoras, buscan evaluar de forma integral la admisión a las universidades, contemplando aspectos académicos, escolares, económicos, de política institucional, de desarrollo nacional, de comunidad, de valores, del entorno y de la globalización. A juicio de Josefina Espinoza Jara y Mónica Ylizaliturri Montemayor, de esta realidad se derivan dos situaciones. La primera se refiere a las políticas y decisiones propias de la institución educativa; y la segunda abarca al entorno donde se ve inmerso tanto la institución educativa como el propio alumno interesado en su educación universitaria.[3] Las profesoras mexicanas señalan las características ideales que debe tener el nuevo estudiante universitario:
1. Capacidad de
análisis e investigación.
2. Saber enfrentar
y resolver retos y desafíos.
3. Uso de
tecnología de medios
4. Capacidad para
cursar materias en modalidad escolarizada y no escolarizada (virtual).
5. Intercambio de
ideas en la propia cultura y otras culturas.
6. Diversidad
cultural y respeto y conocimiento por la propia.
7. Dominio de un
segundo idioma, al menos.
8. Capacidad para
tener acceso y decisión de intercambio a otras ofertas educativas a nivel
global.
9. Demostrar
cualidades y valores adquiridos y desarrollarlos como alumno universitario.
10. Desarrollo de habilidades, de liderazgo y riqueza
de conocimiento.
11. Disciplina y creatividad.
12. Demostrar habilidad para dominar nuevas
tecnologías.
13. Capacidad para resolver problemas tanto científicos
como analíticos.
14. Gusto por la responsabilidad social, el trabajo
comunitario y el desarrollo sustentable.
15. Manejo apropiado del conocimiento, la información,
el aprendizaje, y lo que se derive propio de su conocimiento e intelecto.
16. Capacidad para trabajar en equipos de alto
rendimiento.
17. Gusto por la actualización profesional y personal.
18. Reconocer las transformaciones a nivel nacional e
internacional y adaptarse a los tiempos que éstas exigen.
19. Reconocer que se vive en una era globalizada, con
exigencias a nivel personal, profesional y laboral.
20. Dominio del conocimiento necesario y previo a la
carrera universitaria seleccionada.
21. -Contar con los recursos necesarios, principalmente
económicos y de tiempo, para enfrentar los trámites administrativos,
financieros y académicos. O bien tener la capacidad de conseguir alternativas
de financiamiento o becas.
Esas características son las
ideales. La pregunta lógica que surge de
estas 22 características que debe tener el estudiante universitario es la
siguiente ¿No serán esas las condiciones de salida, y no las de entrada?
Más aún, la institución de
educación superior debe buscar un equilibrio forzoso entre lo que aspira y la
realidad que se le adviene; teniendo a veces que sortear una serie de
dificultades, que le obliga a renunciar a algunas de esas maravillosas características.
Josefina Espinoza Jara y Mónica
Ylizaliturri Montemayor señalan, entre otras las siguientes:
1. Oferta y demanda
educativa.
2. Políticas sobre
el desarrollo nacional.
3. Los planes
estratégicos de la institución educativa.
4. Los
requerimientos o demandas de los diversos sectores sociales, de mercado,
políticos, económicos, de crecimiento sustentable y de derechos humanos.
5. La globalización
y el intercambio internacional sin fronteras, como los tratados de libre comercio
y unión europea.
6. Aplicación de
pruebas de rendimiento institucionales, locales, nacionales e internacionales.
Así pues, la universidad del siglo XXI debe mirar
hacia el futuro y entender que los jóvenes que acuden a ella llegan con una
visión distinta del mundo. Finalizo este
ensayo con una hermosa frase de Ortega y Gasset:
[1]
María Zúñiga Sánchez, LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DEL SIGLO XXI EN MÉXICO: DE LA PASIVIDAD A
LA AUTONOMÍA Y AL PENSAMIENTO CRÍTICO, http://www.cite2011.com/Comunicaciones/Escuela/166.pdf
[2]Josefina Espinoza Jara M.A y C.P. Mónica
Ylizaliturri Montemayor, El nuevo perfil del alumno universitario en
México y las características del entorno actual, http://www.ilustrados.com/tema/11752/nuevo-perfil-alumno-universitario-Mexico-caracteristicas.html
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