TEMAS SOBRE HAITI, REPUBLICA DOMINICANA Y EL CARIBE
Las plantaciones en
El Caribe y su impacto en todos los ámbitos, 4
Por: Mu-Kien Adriana Sang
sangbenmukien@gmail.com
mu-kiensang@pucmm.edu.do
@MuKienAdriana
Todo aquel
que es blanco fino
Jamás se
fija en blancura,
Y el que no
es de sangre pura
Por ser
blanco pierde el tino.
Si hay baile
en algún CASINO
Alguno
siempre se queja,
Pues a la
blanca aconseja
Que no baile
con negrillo,
Teniendo aunque es amarillo,
“El negro
tras de la oreja”.
El blanco
que tuvo abuela
Tan prieta
como el carbón,
Nunca de
ella hace mención
Aunque le
peguen candela.
Y a la tía
Doña Habichuela,
Como que era
blanca vieja
De mentarla
nunca deja;
Para dar a
comprender,
Que nunca
puede tener
“El negro
tras de la oreja”, Juan Antonio Alix
Continuamos desarrollando el tema de las
plantaciones en El Caribe, y continuamos también presentando las ideas que en
torno al tema tiene el dominicano Pablo Mariñez, hoy destacado diplomático.
La Pontificia Universidad Javeriana de Colombia, en
junio de 1995, publicó la obra “América Negra. Expedición humana. A la zaga de
la América oculta”, en el que se recogen interesantes ensayos de intelectuales
del continente latinoamericano. En este
trabajo apareció un ensayo de Pablo Mariñez titulado “Historia y economía de
plantación en el Caribe. Su expresión literaria.” Sobre este corto e interesante ensayo
trabajaremos en esta entrega.
En el ensayo hace un balance intelectual de los que
han dedicado tiempo y esfuerzo a estudiar la economía de plantación, en el que
reconoce que la historiografía propiamente de los caribeños es tardía. Esto se explica, dice, porque:
Para que dicha producción sugiera se requería del
desarrollo de las identidades nacionales, subregionales y regional, así como de
ciertas herramientas teóricas y metodológicas, además de la materia primera o
fuente documental, depositada, en su mayor parte, en los archivos y bibliotecas
de las diferentes metrópolis europeas.
Pero más tardío resultó, sigue afirmando, el estudio
de la historia económica caribeña, muy particularmente el tema de la
plantación, a pesar de que fue esta economía la que constituyó la mayor fuente
de riqueza en toda la región, articulando, además, los procesos sociales y
culturales de los diferentes países del Caribe, a tal punto, que es considerada
como el elemento más claro de identidad y unidad, que se expresa en el clamor
expresado a través de cánticos populares, poemas y otras expresiones
artísticas:
Esta economía de plantación, tanto azucarera, la
cafetalera, como la bananera, ha tenido, en cambio, una significativa expresión
literaria, sobre todo en la narrativa que en no pocas ocasiones ha precedido en
el tiempo a los estudios historiográficos.
Estos, a su vez, no han logrado a partir de sus análisis igualar, mucho
menos superar, la capacidad de recreación del mundo cotidiano de desarrollado
por dichas economías, particularmente las haciendas e ingenios o centrales
azucareros.
Afirma que existe un nexo muy estrecho entre el
discurso historiográfico y el literario, en el que a veces se produce una
especie de interesante competencia, de la que sale gananciosa la literatura,
pues tiene mayor libertad creativa y es más difundida. Señala que la
historiografía caribeña ha vivido tres etapas:
1. La
primera que abarca desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII. Se caracteriza por
una visión eurocentrista, porque fue escrita por los propios colonizadores.
2. La
segunda etapa comenzó a mediados del siglo XVIII y principios del siglo XIX, en
la cual se desarrolla una producción historiográfica propiamente caribeña. Tres
acontecimientos claves tuvieron lugar: la crisis azucarera, la revolución
haitiana y el cimarronaje de los esclavos.
De estos acontecimientos nació un nuevo discurso historiográfico que expresaba
las contradicciones y luchas libradas entre amos y esclavos, y entre las
potencias europeas. Dos personajes
importantes resaltan: Antonio Sánchez
Valverde y Moreau de Sain-Mery.
3. La
tercera etapa de la historiografía del Caribe se inició a mediados del siglo
XIX y se prolongó hasta bien entrado el siglo XX:
Sería a
partir de este período que la historia del Caribe comenzaría a ser escrita a
partir de los propios intereses de la región, en un momento donde las
identidades nacionales y subregionales estaban en proceso de cristalización. En
este contexto, la lucha anticolonialista y nacionalista ocuparía un lugar
destacado…Precisamente serían los principales líderes y luchadores
anticolonialistas como José Martí, Eugenio María de Hostos, Emeterio Betances,
Marcus Garvey, Anton de Kom, Máximo Gómez, Gregorio Luperón, entre otros,
quienes legarían las mejores páginas del acontecer político y social de la
época….
Un elemento importante que destaca el autor es que
a partir de la segunda mitad del siglo XX se escribieron las primeras historias
caribeñas. Una de las pioneras fue la de
German Arciniegas con su “Biografía del Caribe”, publicada a mediados de los
40. El trabajo de Juan Bosch, “De
Cristóbal Colón a Fidel Castro. El
Caribe frontera imperial” y el libro de
Eric Williams, casi con el mismo nombre “From Colombus to Castro: a history of
the Caribbean, 1492-1969” fueron dos
obras fundamentales, pues ambos fueron escritos por dos caribeños. El primero,
Bosch, definía la historia del Caribe “como la historia de la lucha de los
imperios unos contra los otros”. El
segundo enfatizaba más el tema de las
plantaciones azucareras. Pero ambos libros, con visiones distintas aportaron, y
aportan todavía, para los estudiosos que deseen seguir escribiendo sobre El
Caribe.
Mariñez también aborda los trabajos que sobre el
tema de las plantaciones han sido publicados, pero afirma que no es abundante y
comenzó relativamente tarde. Estas son sus palabras:
Aunque existen diversos estudios de casos sobre
economía de plantación desde finales del siglo pasado, en realidad las
investigaciones historiográficas sobre dicha problemática delatan un
considerable retraso en el Caribe. Cuando se desarrolla la moderna
historiografía económica de la región, ya los países que habían experimentado
un temprano auge azucarero, desde mediados del siglo XVII hasta finales del
XVIII, como son Barbados, Jamaica y Haití, la producción azucarera tenía muy
poca importancia. Los países de un tardío auge azucarero, en cambio, a finales
del pasado siglo e inicios del presente (se refiere al siglo XX-MAS), estaban
experimentando el impacto causado por la expansión azucarera, con todas sus
implicaciones económicas y sociales.
Afirma que Cuba es sin duda alguna, el que
experimentó no solo el mayor desarrollo azucarero, sino también el país con la
mayor producción intelectual en la materia, destacándose el valioso trabajo de
investigación de Manuel Moreno Fraginals,”El Ingenio. Complejo económico social
cubano del azúcar”, publicado en los 70. Después señala algunos de los trabajos
publicados en República Dominicana, destacando el de Frank Báez Evertsz,
“Azúcar y dependencia en República Dominicana” que se dio a conocer a finales
del año 1978. En el caso de Puerto Rico
se han realizado, dice, estudios historiográficos de plantaciones. Se destacan
los historiadores Andrés Ramos Mattei, Fernando Picó y Luis Edgardo Díaz,
quienes hicieron sus aportes en los 80.
Lamentando que el tiempo se agotó. La lección de este recuento es que todavía la
historia de las plantaciones azucareras, cafetaleras y bananeras sigue siendo
un campo virgen que debe seguir siendo estudiada. Hasta la próxima.
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