TEMAS SOBRE HAITI, REPUBLICA
DOMINICANA Y EL CARIBE
Descubriendo
el Caribe insular no hispánico: Martinica. Édouard Glissant y 8
Por: Mu-Kien Adriana Sang
sangbenmukien@gmail.com
mu-kiensang@pucmm.edu.do
@MuKienAdriana
Lo que sorprendía en la experiencia
de la deportación de los africanos a América, era, sin duda, lo desconocido
afrontado sin preparación ni desafío. La primera de las tinieblas a las que
estuvieron que enfrentarse los esclavos fue la separación forzosa del país
natal, de los dioses protectores, de la comunidad tutelar. Édouard Glissant
Llamo criollización al encuentro, a la interferencia, al choque, a las
armonías y discordias entre las culturas de la totalidad de la tierra. Édouard Glissant
De la misma
manera que ha habido estados-nación, habrá naciones-relación. De la misma
manera que ha habido fronteras que separaban y diferenciaban, habrá fronteras
que distinguirán y unirán, y que no distinguirán más que para unir." . Édouard Glissant
En febrero del 2011 moría uno de los grandes de la literatura y el
pensamiento caribeño. Escritor
prolífero, pues incursionó en la novela, la poesía, el teatro y el ensayo. . Édouard Glissant, promotor de
la idea de que el mestizaje es el futuro de la humanidad, se enfurecía cuando
lo etiquetaban, pues consideraba que las etiquetas no eran más que “fronteras
artificiales” que limitan la creación.
Como bien afirma Fernando Cordobés [1]
Opuesto a
cualquier imposición del sistema, a todo
rechazo del “otro”, siempre alzó su voz para celebrar el mestizaje y el
intercambio…Édouard Glissant fue una figura mayor de la literatura antillana.
Con el tiempo se convirtió en el teórico
y propagador de conceptos que se
encuentran entre los estándares programáticos de un mundo donde el color ya no
será más del viejo continente, sino el de los archipiélagos donde se funden las razas, las lenguas, las
culturas y los proyectos políticos…[2]
Los elementos claves del
pensamiento de Glissant, a juicio del
profesor Fernando Cordobés son varios.
Uno de los más importantes era la imposición del sistema imperante con
respecto “al otro”. Su voz vibraba de
forma enérgica para celebrar el mestizaje y la libertad en el pleno y amplio
sentido de la palabra. Defendía la identidad caribeña, pero sin llegar a
defender el criollismo de Cesaire, con quien tenía profundas diferencias en
torno a la negritud y a la departamentalización de Martinica:
En sus novelas…se
basó en mundos imaginarios y míticos,
alejados del naturalismo, y también del
aire pintoresco tan asociado a algunos novelistas antillanos, para retratar una
realidad plagada de identidades confusas, de historias discontinuas y de un
nuevo horizonte de mestizaje.
En su obra
Poétique de la Relation (1990), erigió un sobrecogedor cuadro del esclavismo
planteado como una sucesión de precipicios: el precipicio de acomodarse entre
el amontonamiento de más de trescientos hombres en las bodegas de un barco,
entre sus vómitos y estertores, el precipicio de la mara donde eran arrojados
por la borda, el precipicio del adiós irreversible a su tierra natal. [3]
En el “Discurso Antillano”, una de sus
monumentales obras que fue publicada en 1981, Glissant hace una interesante
precisión. Afirmaba categóricamente que Martinica
no era una isla de la Polinesia, señalando con esta tajante afirmación, que se
asimilara el hecho de que cada realidad es diferente, que no puede
generalizarse. Cordobés afirma en el
interesante ensayo que este planteamiento fue una reacción a la “poética de
Cesaire y a su asociación con el primitivismo surreal.” Glissant, sigue afirmando, buscaba la otredad
absoluta en la Martinica.
En definitiva, el pensador
martiniqués buscaba crear un nuevo discurso para las Antillas Francesas que les
permitiera SER, sin necesidad de categorizarse como francesa, africana o
polinesia, pues su Martinica amada formaba parte de un archipiélago en el Nuevo
Mundo, que produjo un complejo, múltiple y fluido sistema de relaciones. Defendía Glissant que el Caribe tenía,
tiene, su propia especificidad.
Este ensayo fue escrito por el
profesor Cordobés a los pocos días de la muerte de Glissant. Me pareció muy
interesante la diferencia de perspectiva entre el pensamiento de Aimé Cesaire y
Glissant, mientras el primero defendía la negritud como su bandera de lucha, e
hizo de este discurso la razón de su existencia[4]; el segundo planteaba una
síntesis, una otredad, un nuevo ser antillano que era particular y único. Finalizo esta entrega con las palabras
finales del artículo del profesor Cordobés:
El
proyecto de Glissant de dar razón de lo real en el Caribe estaba condenado,
como él mismo reconocía, a ser incompleto, pero, precisamente ahí, era donde apuntaba, puesto que
desconfiaba tanto de las ideologías nacionalistas que significaban la
heterogeneidad del espacio caribeño, como de la reproducción ingenua de estereotipos
primitivistas…Insistía que en que el
Caribe, como espacio, era imposible de aprehender puesto que sus contornos
nunca podrían ser explicados del todo. En sus primeros escritos trataba sobre
las posibilidades de una insularidad abierta, precisamente por la imposibilidad
de restaurar continuidades históricas y orígenes ausentes y por ello creía en
el potencial caribeño de establecer nuevas conexiones transversales….
Glissant planteaba la necesidad
de un orden en medio del caos, la necesidad también de una nueva identidad, que
debía trascender la insularidad caribeña para hacerse más universal. Abogaba por el entendimiento de la humanidad
en una síntesis creadora, en la cual no habría
imposiciones de los diferentes poderes fácticos. Una utopía que todos soñamos, sin lugar a
dudas.
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