TEMAS
SOBRE HAITI, REPUBLICA DOMINICANA Y EL CARIBE
Las
plantaciones en El Caribe y su impacto en todos los ámbitos, 10
Por:
Mu-Kien Adriana Sang
@MuKienAdriana
Los
oidores Grajeda y Zorita llegaron a decir que Lemba era extremadamente diestro
y muy entendido en las cosas de la guerra, en tanto que Juan de Castellanos, en
versos propios de un negrero, se expresó de él en los siguientes términos:
El
negro Lemba fue principalmente,
que juntó negros más de cuatrocientos
acaudillándolos varonilmente;
fue negro de perversos pensamientos,
atrevido, sagaz, fuerte, valiente,
y en su rebelión de muchos años
la tierra padeció notables daños[1]
que juntó negros más de cuatrocientos
acaudillándolos varonilmente;
fue negro de perversos pensamientos,
atrevido, sagaz, fuerte, valiente,
y en su rebelión de muchos años
la tierra padeció notables daños[1]
El
buen amigo y muy querido colega, Wenceslao Vega escribió en el año 2001 un
ensayo titulado “El cimarronaje y la manumisión en el Santo Domingo Colonial.
Dos extremos de una misma búsqueda de libertad”. Cuando vio que estaba
trabajando sobre el tema me lo envió. Al leerlo vi que sería interesante
incluirlo en esta serie sobre las plantaciones. Parte del principio que
la esclavitud a la que se vieron sometidos miles de esclavos africanos
constituyó un denominador común entre las colonias del Caribe, sin importar el
imperio dominador:
La
esclavitud del negro africano en las Antillas durante los siglos de
colonialismo europeo tuvo marcadas características y rasgos comunes en las diversas
colonias, pues se trató de un mismo sistema jurídico, económico y social que
sometió a millones de africanos, hombres y mujeres, a la más despiadada
servidumbre…Más de veinte millones de seres humanos fueron traídos de las
costas occidentales de África a las islas y tierras firmes de América en un
lapso de 350 años, a través del infame comercial triangular, la trata.
Este comercio, fue además, uno de los grandes formadores de las fortunas que
impulsaron la revolución industrial de Europa durante los siglos XVII y XIX.[2]
Acto
seguido, Vega señala que la sociedad que se formó durante el período de la
plantación azucarera en la colonia La Hispaniola se caracterizó por la
desigualdad y el racismo. Asumiendo la posición del historiador español Pablo
Tornero Tinajero, señala que las nociones de raza y esclavitud eran sinónimos
en ese momento de la historia de la isla.
El
trabajo parte del momento en que la isla se divide en dos colonias de naciones
rivales europeas: Francia y España, en las cuales sus economías y formas de
producción eran totalmente diferentes. Sostiene, lo que otros
historiadores han planteado, que en el caso de la parte este de la isla la
economía azucarera, por ende la plantación, no tuvo las mismas características
que en Haití, Jamaica, Barbados, Puerto Rico y Cuba, por lo cual el
sistema esclavista también tuvo sus variantes. En torno al marco legal de
la trata señala:
Cuando
se presentó la esclavitud del negro africano para las Antillas, no hubo
necesidad de crear inicialmente ninguna legislación especial. Si bien para el
indio americano tuvo la corona española que establecer toda una serie de
normas, como sabemos, para el africano fue diferente, y las numerosas leyes que
se dictaron para ellos fue más bien para detallar las formas de explotación el
trabajador que a los pocos años se convirtió en el sostén de las economías
antillanas de España. La primera autorización para traer negros esclavos a la
Española es una de las Reales Cédulas del 1501 que designaron a Nicolás de
Ovando Gobernador de las islas. [3]
Vega
señala que la corona española durante la colonización fue más que pródiga en
reglamentar la esclavitud del negro que traía desde África. Por ejemplo, señala
la Ordenanza de 1528 abordaba el castigo de los esclavos desobedientes y la
persecución a los que se fugaban; así como la prohibición del uso de armas por
parte de los esclavos. Incluso se reglamentaba hasta las fiestas de esos
hombres y mujeres obligados a migrar en calidad de esclavos. Hubo otras
ordenanzas como la de los años 1535, 1542 y 1545, que fueron dictadas para
diferenciar los tratos que debían otorgarse a los esclavos según su categoría: ladinos
o bozales.
Las
cosas cambiaron cuando se dividió la isla en dos colonias a partir del siglo
XVII. El abandono de la colonia española en el este de la isla fue su
signo, por esta razón disminuyó la trata de esclavos porque la economía
de plantaciones azucareras había fracasado.
Un
elemento interesante en la colonia española de Santo Domingo es que se buscaron
nuevos mecanismos de subsistencia, así nace la economía del hato.
Las plantaciones azucareras habían dominado la economía colonial por unos 80
años. A finales del XVI la economía el hato ganadero fue desplazando el
azúcar. Sobre este tema abundaremos en la entrega siguiente. Durante el tiempo
que prevaleció la plantación, dice Vega, el esclavo tuvo una dura vida:
Durante
todo ese período, el esclavo africano fue la fuente principal de mano de obra.
Sabido es que en la plantación azucarera la mano de obra es intensa y
primordial. Los estudios realizados…nos muestran varias características de este
sistema: importación masiva de esclavos desde África, mayormente de hombres
entre las edades de 15 a 30 años; corta duración de vida útil del esclavo
azucarero, que algunos autores limitan a diez años; poca reproducción de los
esclavos y la preferencia del plantador en importarlos directamente; y trato
bestial de los esclavos del campo, a quienes había que sacar el mayor provecho
en el menor tiempo posible. Estas características…no variaron en ningún
lugar ni en ninguna época, siendo pues uniformes tanto en Como como en Puerto
Rico, Santo Domingo, Saint Domingue, Jamaica, Barbados y todas las demás colonias europeas donde funcionaba la plantación azucarera…
El
tipo de actividad creó las condiciones bajo las cuales se sometían a los
esclavos y en todas ellas reinó la más increíble crueldad, desarraigo e
inhumanidad imaginable. No se puede decir en honor a la verdad, que hubiera una
esclavitud más benigna que otra, que se dieran casos de amos más humanitarios
que otros, pues el solo hecho de estar privado dela libertad, de pertenecer a
otro, es ya de por si la mayor de las calamidades… [4]
Como
puede verse, el sistema de plantaciones, ya en el Caribe inglés, ya en el
Caribe francés, holandés o español, constituyó no solo un modelo económico,
sino que tuvo un impacto grande en la conciencia, en el imaginario de las
poblaciones de esas tierras, dominadas por asalto por unos señores
pertenecientes a imperios europeos, que por haber nacidos en la llamada
civilización, se sentían los dueños del mundo para conquistar, adueñarse de lo
que no era suyo e imponer uno de los modelos más cruentos e injustos que se ha
conocido en la humanidad. Seguimos en la próxima con el trabajo de Wenceslao
Vega.
[1] SEBASTIÁN LEMBA, EL MÁS AFAMADO
CAUDILLO CIMARRÓN, https://patridomnet.wordpress.com/2011/09/26/sebastian-lemba-el-mas-afamado-caudillo-cimarron/
[2] Wenceslao Vega Boyrie, “El
cimarronaje y la manumisión en el Santo Domingo colonial. Dos extremos de una
misma búsqueda de libertad”, Trabajo presentado en el curso Azúcar y
esclavitud en el Caribe, para optar al Doctorado en Historia de
América de la Universidad de Sevilla, Santo Domingo, 2001. Publicado en la
Revista Clio 2005, No, 170-05, p. 65
3.
Ibidem, p. 68
4.
Ibidem, p. 72
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