TEMAS SOBRE HAITI, REPUBLICA
DOMINICANA Y EL CARIBE
Descubriendo
el Caribe insular no hispánico. Las variantes del pensamiento en el caribe
francés, 4
Por: Mu-Kien
Adriana Sang
@MuKienAdriana
Africa he guardado tu recuerdo Africa
estás en mí
como la astilla en la herida
como un fetiche tutelar en medio de la aldea
Haz de mí la piedra de tu honda
de mi boca los labios de tu llaga
de mis rodillas las columnas rotas
de tu humillación
Sin embargo
no quiero ser más que de vuestra raza
obreros campesinos de todos los países...
obrero blanco de Detroit peón negro de Alabama
pueblo innumerable de las galeras capitalistas
el destino nos yergue hombro con hombro
y renegando del antiguo maleficio
de los tabúes de la sangre
pisamos los escombros de nuestras soledades
Si el torrente es frontera
arrancaremos al declive su cabellera irrestañable
Si la sierra es frontera
romperemos la mandíbula de los volcanes
que refuerzan las Cordilleras
y la llanura será la explanada de la aurora
donde reunir nuestras fuerzas descuartizadas
por la astucia de nuestros amos
Como la contradicción de los rasgos
se resuelve en la armonía del rostro
proclamamos la unidad del sufrimiento
y de la rebelión
de todos los pueblos en toda la superficie de la
tierra
y mezclamos el cemento de los tiempos
fraternales
en el polvo de los ídolos. Jacques Roumain
estás en mí
como la astilla en la herida
como un fetiche tutelar en medio de la aldea
Haz de mí la piedra de tu honda
de mi boca los labios de tu llaga
de mis rodillas las columnas rotas
de tu humillación
Sin embargo
no quiero ser más que de vuestra raza
obreros campesinos de todos los países...
obrero blanco de Detroit peón negro de Alabama
pueblo innumerable de las galeras capitalistas
el destino nos yergue hombro con hombro
y renegando del antiguo maleficio
de los tabúes de la sangre
pisamos los escombros de nuestras soledades
Si el torrente es frontera
arrancaremos al declive su cabellera irrestañable
Si la sierra es frontera
romperemos la mandíbula de los volcanes
que refuerzan las Cordilleras
y la llanura será la explanada de la aurora
donde reunir nuestras fuerzas descuartizadas
por la astucia de nuestros amos
Como la contradicción de los rasgos
se resuelve en la armonía del rostro
proclamamos la unidad del sufrimiento
y de la rebelión
de todos los pueblos en toda la superficie de la
tierra
y mezclamos el cemento de los tiempos
fraternales
en el polvo de los ídolos. Jacques Roumain
En el artículo de la semana pasada trabajamos [1] el artículo de la
profesora Marie Dominique Le Rumeur, “Las literaturas antillanas de
habla francesa”. Por razones de espacio no
pudimos abordar el caso
haitiano, el cual, a juicio de la autora, es muy singular, pues, su literatura
no se inserta en ninguna de las corrientes que se vislumbran en el resto del
Caribe francés.
La especialista en la literatura francesa caribeña afirma que la
literatura haitiana ha vivido, a través de su historia varias etapas. Dos
acontecimientos la marcaron grandemente: la independencia en 1894 y el ascenso
de la familia Duvalier al poder. La
primera marcó un hito, la segunda un desconsuelo terrible provocando la huida
despavorida de sus intelectuales. Afirma
que “el exilio y la diáspora son una constante de esta literatura que demuestra
tener un dinamismo poco común.”[2] La primera etapa se inicia
a principios del siglo XIX, cuando se vivía la efervescencia de la
independencia. Le denomina la autora a
este período como “Romanticismo y Duduismo”:
La
literatura haitiana en sus principios está dominada por el idioma del antiguo
colonizador y podría decirse que es una pálida calcomonía de los modelos
franceses. Los escritores se inspiran
–el caso es similar al de Martinica y Guadalupe- en las corrientes literarias
europeas. [3]
Se destacan los ensayos historiográficos de Thomas Madiou y Joseph Saint
Remy, quienes se ocuparon de narrar de forma pormenorizada los acontecimientos
revolucionarios. Al leer me pregunté lo
que significaba el término “Duduismo”.
La autora lo responde y afirma que la palabra “Dudu” alude a una mulata
melosa, sensual y caribeña, simbolizando una visión folklórica de las Antillas.
Entrado el siglo XX, se inicia una nueva etapa “La generación de la
Ronde y el Indigenismo”, específicamente durante la ocupación americana en Haití.
Este es el período del renacimiento nacionalista. Destacan, sin duda alguna las figuras de Jean
Price Mars y Jacques Roumain.
A mediados del siglo XX, la
situación con Duvalier se hizo imposible. La represión se extendía a lo largo y
lo ancho de Haití, provocando la huida de los intelectuales:
De manera que, para huir de las
matanzas y del infierno represivo, los intelectuales de la isla optan por el
exilio provocando una hemorragia de cerebros sin precedentes. Mientras que la Revolución Haitiana de 1804 fue
pionera en la emancipación de los esclavos, en los años 60…Haití cae bajo la
tutela de un régimen peor que la colonización y la esclavitud…[4]
Paradójicamente la diáspora haitiana, que salió
huyendo a los horrores de la dictadura, era culta
formada, hecho que contrarrestaba dramáticamente con una sociedad atrasada,
analfabeta, pobrísima, y con los peores indicadores sociales de toda América
Latina.
Algunos de los intelectuales salieron huyendo de
la capital y se alojaron en comunidades lejanas. A este grupo se les denomina la “diáspora del
interior” que abogó por la llamada estética del caos. Destaca, sin duda alguna Frankétienne, quien
a través de la revista “Haití Littéraire”
exponían sus ideas que buscaban enfrentar al amo dictador que sometía al
pueblo:
Frankétienne.
Hombre polifacético y pilar del núcleo, conduce el espiralismo hacia las
teorías físicas del caos: el caos como fenómeno constante y no excepcional que
aplica al arte. El caos se origina,
primero, con la ruptura de las palabras que irradian espirales que conducen a
distintos géneros y formas, lo imaginario gira hacia el estallido y la
desintegración… Frankétienne se orienta
hacia la creación de un nuevo lenguaje. De
manera que la invención verbal del demiurgo navega entre el delirio fantástico
y el hermetismo… [5]
En relación al exilio de la diáspora de “fuera”,
la autora señala que esos intelectuales salieron hacia Europa y los Estados
Unidos y Canadá. En el caso de Francia,
destacan René Dupestre, Jean Claude Charles y Louis Philippe Dalembert. En España Micheline Dusseck desarrolló su
vida profesional allí, y se ha dedicado más a trabajar sobre las mujeres
haitianas a través de la historia. En el caso de los Estados Unidos destacan Marie Chauvet y Edwidge Danticat. A
Canadá llegaron Danny Laferriere y Juan René Lemoine.
La autora finaliza su interesante trabajo de
síntesis diciendo:
Esbozaremos
para concluir el panorama literario de Haití y Antillas-Guyana, un fenómeno
peculiar de aquellas islas que consiste en utilizar el Vudú como veta literaria. Sobre todo, en el caso
de Haití, ya que hablar de Haití es hablar de vudú. Una de las principales
características de la literatura haitiana, pionera de las literaturas
francófonas, se basa en el tratamiento de este tema que roza lo paranormal, lo
real maravilloso, lo fantástico y un cierto erotismo….
La
literatura antillana de habla francesa tiene un vigor poco común. Aimé Cesaire
comentaba que la relación entre los escritores y los metros cuadrados de las
islas de Guadalupe y Martinica era de los
más nutridos del mundo. Haití, con su dispersión de talento por el
mundo, no queda atrás tampoco en el abanico de aquellas tierras de creadores….[6]
Como tarea pendiente queda profundizar más en la
literatura y el pensamiento haitiano. A veces me pregunto por qué y cómo se
opina de algo si el debido conocimiento. Cosas de nuestro país. Hasta la
próxima.
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