TEMAS SOBRE HAITI, REPUBLICA DOMINICANA Y EL CARIBE
Las plantaciones en
El Caribe y su impacto en todos los ámbitos, 2
Por: Mu-Kien Adriana Sang
sangbenmukien@gmail.com
mu-kiensang@pucmm.edu.do
@MuKienAdriana
La
guitarra de los negros a Pedro Figari
Dos negros con dos guitarras
tocan y cantan llorando.
tocan y cantan llorando.
Tienen labios de alboroto
Echan chispas por los ojos.
Echan chispas por los ojos.
La cuchilla de sus dientes
corta el canto en dos pedazos.
corta el canto en dos pedazos.
Melancolía de los negros
como copa de ginebra!
como copa de ginebra!
Los negros lloran cantando
añoranzas de candombe.
añoranzas de candombe.
Suena el tambor de sus almas
con un ruido seco y sordo!
con un ruido seco y sordo!
Y un borocoló lejano
los despierta de sus sueños!
los despierta de sus sueños!
Dos negros con dos guitarras
tocan y cantan llorando. Idelfonso Pereda Valdez
tocan y cantan llorando. Idelfonso Pereda Valdez
Como
explicábamos en la entrega de la semana pasada, vamos a dedicar algunos
artículos al tema de las plantaciones como modelo económico que impactó el
imaginario caribeño. Iniciamos la serie
con el trabajo del amigo y colega Frank Moya Pons. Esta semana presentaremos el interesantísimo
ensayo del profesor Manuel Uc Sánchez de la Universidad Autónoma de Yucatán
titulado: “La plantación caribeña como modelo de Análisis. [1] El trabajo se presenta desde la perspectiva
del caribe continental, y especialmente de la península de Yucatán, como lo
afirma el autor:
Este trabajo, propone un aparato teórico metodológico que intentara
analizar, en el ámbito caribeño, la inserción de la península yucateca, que por
su proximidad geográfica ha estado, desde épocas remotas, en constante
interacción con el acontecer político, social y cultural de la región y en
mayor proporción con la isla de Cuba, que por su cercanía geográfica propició
constantes intercambios en diversos renglones de nuestras relaciones. Por ello, y con el concurso de los factores
geográficos, económicos y políticos e históricos, la península de Yucatán, cuya
predominancia étnica maya guarda aún vigencia, localizó a manera de ámbito
propio de su explanación, a la región Caribe. [2]
El autor
defiende la tesis que el Caribe no debe analizarse como una unidad que solo
abarca a las islas grandes, pequeñas y minúsculas que están ubicadas en el
centro del mar Caribe, sino también a los territorios continentales que están
bañados por sus aguas, pues esta peculiar situación geográfica ha marcado también
las identidades de esos países, como México, Colombia, Venezuela, Costa Rica,
Guatemala, Panamá, solo para mencionar algunos:
El concepto de región en sí, ha tenido una gran variedad de acepciones
que aunque han enriquecido su significado, también la han saturado de
ambigüedades…para los fines de este trabajo sugerimos que el concepto de región
se entienda como una categoría de análisis, pues aunque pudiera existir el
riesgo de constreñir la compleja realidad que nos proponemos analizar a los
límites de una definición…porque entendemos que la aproximación objetiva a la
realidad es un problema práctica en el sentido que adquiera como actividad
humana y que lleva implícitamente la transformación del objeto, que puede ser
físico, social, cultura….[3]
Visto así, la
región caribeña para este autor incluye el llamado Gran Caribe. Se auxilia del
libro de Juan Bosch “De Cristóbal Colón a Fidel Castro” para plantear que el concepto Caribe tiene
que analizarse como una noción en la que intervienen factores de tipo
económico, político, afirmando que esa
gran región ha vivido en constante disputa de las grandes potencias, hecho que,
sin duda, repercute en los perfiles sociales, económicos y políticos del área.
De este planteamiento, dice el profesor Sánchez, se desprende que fue
precisamente en El Caribe donde se inició la conquista y colonización en
América, y que en estos procesos se fueron definiendo los rasgos
y caracteres que darían su conformación histórica y social a toda la
región. Concluye diciendo que estos
elementos fueron claves en el surgimiento de una identidad cultural, producto
de una historia común, pero dice:
Aunque hablar de una identidad cultural caribeña resulta complejo por
cuanto entraña una amplia gama de componentes étnicos y nacionales de
procedencia disímil, es necesario reconocer que existen particularidades
culturales determinadas por la relación de las colonias con la metrópoli, y
cuya resultante histórica es común en cuanto a los sistemas socioeconómicos que
se desarrollaron, pero que imprimieron elementos específicos que permitieron la
existencia de un Caribe anglófono, francés, español y otros. [4]
A partir de ese
punto, el profesor Sánchez señala que la plantación fue el rasgo común del
sistema económico caribeño insular y continental. Parte de la hipótesis que
existe una gran similitud entre el modelo azucarero antillano y el
yucateco. El autor, basándose en los
estudios realizados, señala que como unidad de análisis el modelo de plantación
caribeña y sobre todo en su condición de unidad económica y social, convergen
tres factores fundamentales, que son los siguientes: 1. Fuerza de trabajo en condición de
servidumbre; 2. Relaciones de mercado con financiamiento externo; y 3.
Relaciones con la vida social y una fuerte influencia en las decisiones de
carácter político. Acto seguido, el
autor define la plantación:
Entendemos la plantación como un sistema de producción en el que
predominan las relaciones sociales capitalistas, pero con elementos de un
sistema económico que históricamente corresponde a la formación
económica-social dominante, pues en su interior persisten relaciones que
pertenecen a sociedades anteriores y se presentan de manera atrofiada y hasta
disfrazada. Es en parte por esta
característica que algunos autores han considerado a la plantación como una
economía deformada… Este calificativo es empleado regularmente porque en él
subsiste el trabajo en condiciones diversas, -el esclavo por ejemplo- que
corresponde a momentos históricos diferentes. Así como en épocas remotas en El
Caribe va a predominar el asalariado, en las plantaciones igualmente aparecen
esas formas de trabajo, con desfasamiento histórico…[5]
Aunque estoy de
acuerdo con el autor de que la región del Caribe va más allá de su ámbito
insular, no comparto sus opiniones del
desfasamiento histórico. Al utilizar de
forma rígida, casi como camisa de fuerza, las categorías del materialismo
histórico, limita su enfoque y su visión.
La historia ha demostrado que las etapas históricas señaladas por el
marxismo corresponden a realidades muy específicas de Europa central, que no
pueden ser extrapoladas al Caribe, ni a ninguna de los otros continentes.
Un elemento
interesante que plantea el autor es su análisis comparativo de la hacienda
yucatana y el resto de México, en la cual confirma su hipótesis de que en la
península de Yucatán predominando las características caribeñas. Pero como el tiempo se agotó, abordaremos esa
parte de la investigación la próxima semana.
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