ENCUENTROS
Ya no me importa
Dedicado a todas las
mujeres que han vivido más de 50 años
Por: Mu-Kien Adriana Sang
Desechando la mentira, hablad la
verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros.
No salga de vuestra boca palabra
dañosa, sino que sea buena para la necesaria edificación, y para hacer el bien
a los que os escuchen… Efesios
Enseña lo sencillo,
abraza lo auténtico,
disminuye el egoísmo,
abandona lo erudito,
reduce los deseos
y no habrá ansiedades-.
Medita sobre la presente
situación
¿Está basada en lo verdadero?
Si es así, no tienes que
preocuparte… Cartas del Tao
Ya no me importa, decir sin rubor, que no estoy enterada de algún
acontecimiento, o de un libro que ha salido recientemente. Consciente de mis
limitaciones como ser humano, asumí desde hace varios años que mis
posibilidades son limitadas para conocer y aprender cuánto acontece en el
mundo. Ya no me importa decir algo tan
simple como: “No, no lo sé. Voy a investigar”. O sencillamente, “No, no lo se y
no me interesa averiguarlo”.
Ya no me importa decir que me equivoqué.
Aprendí, a fuerzas de desventuras, que equivocarse es una condición
intrínseca al ser humano. Pero reconocerse vulnerable, capaz de equivocarse y
reconocer el error y decirlo públicamente dista mucho de la realidad. Solo cuando se asume con conciencia la
condición humana, estamos preparados para decir frases tan sencillas como:
“Perdóname, me equivoqué.”
Ya no me importa decir los años que tengo. Cumplí en septiembre la hermosa cantidad de
53 años. Como dicen los chinos, “lo
importante no es haber nacido, sino de haber vivido.” Nadie nos preguntó si
queríamos nacer. Nos trajeron al mundo. Luego, con conciencia, decidimos vivir. Y
para vivir hay que cumplir años. Tengo
53 años porque he vivido 53 primaveras, 53 inviernos, 53 veranos y 53
otoños. He vivido tenido la gran dicha
de haber presenciado 19345 amaneres y atardeceres; y espero ser testigo de
muchos más. .
Ya no me importa exhibir por todas partes el platinado de mi pelo. Dejé el subterfugio femenino de ocultarlo por
una disposición médica. Hoy, algunos años después de verme obligada, camino
oronda por los rincones de la vida, mostrando con orgullo que sobre este cuerpo
han transcurrido algo más de cinco décadas.
Ya no me importa decir que NO PUEDO.
Antes, presionada por la exigencia personal de desarrollar una carrera,
vivía transitando como un tren desenfrenado por la vida. Hoy, tengo conciencia de que la vida es un
equilibrio, precario a veces: Tiempo
para el trabajo, tiempo para el esposo, pienso para escribir, tiempo para los
amigos, para los compromisos con los demás, tiempo para el silencio, tiempo
para contemplar…. Tiempo para vivir.
Ya no me importa tener mucho más
libras que cuando tenía 25 años. Quizás
he perdido la batalla frontal con el peso; pero he asumido que con los años, mi
cuerpo no será nunca más el de antes. Me
preocupa más ahora comer sano y hacer ejercicios para tener una vida saludable.
Ya no me importa decir a viva voz que tengo muchos sueños no
cumplidos. Porque entiendo que la vida
es un reto cotidiano de caminar, detenerse, volver sobre lo transitado y de
llegar hasta donde se puede.
Porque he aprendido las cosas que me importan:
Me importa el amor incondicional, hacia la pareja, la familia y el
mundo.
Me importa la sinceridad, aunque me duela cuando me dicen algo duro,
aunque pueda dolerle a quien le digo algo sincero.
Me importa la verdad, aunque muchos quieran no verla
Me importa la amistad, aunque hayan existido amigos que me han herido
Me importa la familia, con sus dramas y alegrías
Me importa la justicia, por eso elevo mi voz ante tantas injusticias
Me importa la vida, por eso no me sacio en reivindicar el valor de
vivirla a plenitud
Me importa escribir porque es mi manera de liberar el alma
¡Hasta la próxima!
No hay comentarios:
Publicar un comentario