viernes, 29 de marzo de 2013

La utopía del thymos


 

La utopía del Thymos 



 Cuando alguien asume un cargo público, debe considerarse a sí mismo como propiedad pública. Tomás Jefferson

El enemigo más temible de la democracia es la demagogia. Alfred Croiset

El político debe tener: amor apasionado por su causa; ética de su
responsabilidad; mesura en sus actuaciones. Max Weber


 

Después de una larguísima campaña electoral se impone preguntarle al nuevo dueño de la situación si el Thymos será su guía para la acción gubernamental. Muchos de ustedes se preguntarán y ¿Qué es el thymos? ¿De dónde viene esa palabra?

 

El TIMO es una gládula, que según el Dr. John Diamond tiene funciones muy   importantes en el organismo.  Señala que  en los primeros años del vida, la glándula produce una especie de linfocitos especiales, los glóbulos T, vitalmente importantes para la vigilancia inmunológica; es decir, la discriminación entre el ser propio y lo demás, o entre lo "bueno" y lo "malo". Señala  el científico que la glándula timo influye  asimismo sobre el proceso de crecimiento. Pero sobre todo, la  glándula en cuestión controla y regula el flujo de energía a través del sistema de energía del organismo, poniendo inmediatamente en marcha muchas medidas correctivas  para contrarrestar los desequilibrios tan pronto se presenten. Su objetivo final es alcanzar el equilibrio y la armonía de la energía corporal. Así pues, se sabe desde hace miles de años que la glándula timo constituye la sede o asiento de la energía vital.  Afirman que una glándula timo sana y activa contribuye a una salud vibrante y positiva.

 

Los científicos que han estudiado el tema concluyen que para ellos ha resultado extrañamente irónico y paradójico que ellos, los  médicos, hayan podido encontrar una clave para comprender el funcionamiento de la "misteriosa" glándula timo precisamente en el significado de la palabra.  Proviene del término griego thymos que era considerada una de las palabras más significativas, complejas  y difíciles del griego antiguo. Según Julian Jaynes, uno de los estudiosos de la etimología y ontología del thymos,  fue, junto con otros seis términos traducidos habitualmente como mente, espíritu o alma, el ingrediente clave en la evolución de la conciencia.
 


Los primeros que hicieron uso de la palabra fueron los filósofos griegos.  El primero que habló de ello fue Sócrates.  Después Platón la utilizó asimilándola al "ánimo" y al "coraje", dándole a la palabra un significado espiritual. Por su parte, Aristóteles le imprimió a esa fuerza un sentido ético. Al revisar estas conclusiones de los grandes filósofos, es posible que los griegos hayan conocido las funciones de la glándula timo y la aplicaron a la acción al espíritu transformador que implica en la política y al ejercicio del poder.


 
En la Ilíada, dice Jaynes, los dioses decían a los seres humanos qué debían hacer y cómo debían sentirse. Posteriormente, la palabra thymos pasó a tener un significado más activo. En esta fase el thymos fue interpretado como el lugar donde se depositaba la fuerza o vigor.  Los griegos decían que había un diálogo permanente entre el hombre y el thymos.  A través de esa relación dialéctica, le dotaba de fuerzas para guerrear y le instaba al amor y a la victoria. En la Ilíada, Aquiles dice: "Despertándose como humo en los pechos de los hombre, incluso cuando Agamenón me provocaba; pero olvidémonos del pasado, y aplaquemos al thymos en nuestros pechos."

 

En resumen, después de este breve recuento, podemos concluir que el thymos es la sede de la energía vital. Los estudiosos de la timología señalan que en la actualidad estamos viviendo su tercera Edad de Oro, pero aún así sigue manteniendo el principio básico. El Thymos se refiere al alma y sus motivaciones para la acción. Así, hoy en el siglo XXI, todavía la humanidad necesita darle valor a las cosas, pero también a sí mismo, y sobre todo, a los demás. Y al hacerlo valoraría, en su justa dimensión, a las acciones humanas y a todas las cosas de su entorno.


Uno de los que retomó el concepto del Thymos fue Francis Fukuyama en su polémico libro El fin de la Historia y el último hombre.  El autor de la obra, que generó un verdadero foro de discusión a nivel mundial sobre el curso de la historia y hacia dónde se dirigía la sociedad, señala que  
"Thymos es algo así como un innato sentido humano de la justicia; creen que tienen un cierto valor, y cuando otras personas actúan como si fuesen vale menos--cuando lo hacen no reconocen su valía en su valor correcto--estén enojados. La relación íntima entre la autoevaluación y la ira puede verse en la palabra inglesa sinónima de ira, "indignación". "La dignidad" se refiere al sentido de la persona de autoestima; "dignation" surge cuando algo ocurre ofender a ese sentimiento de pena."
 
El Thymos, después de este recorrido, constituye algo así como un innato sentido humano de la justicia, y como es la sede sicológica de todas las virtudes nobles como altruismo, idealismo, moralidad, sacrificio, coraje y honorabilidad, debería guiar la acción humana, en especial de los que detentan el poder.


 
¿Qué significado podría tener el Thymos en la sociedad de hoy? Mucho.  En esta sociedad en que la solidaridad, la ética, la tolerancia y el amor son condiciones ausentes, hacer uso del thymos, es decir de ese sentido noble de las virtudes y la justicia, es un imperativo categórico.

 

Tal vez esta teorización escrita en apenas novecientas palabras no sean más que un ejercicio intelectual vano.  Yo creo que la ciudadanía debe exigir a los nuevos dueños de la situación que el thymos, es decir, la ética y la justicia no sean utopías ni sueños, sino realidades.  Es la única forma de evitar el embrujo que provoca el poder, el mismo que los griegos llamaron la megalotimia.  Que Dios nos ampare. Amén.

 

mu-kiensang@hotmail.com

 

PUBLICADO EN AREITO, PERIODICO HOY EL 23 DE JUNIO 2013

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