viernes, 8 de marzo de 2013

Etica y responsabilidad


La educación cívica como ética de la responsabilidad.

Una reflexión

 

Por Mu-Kien Adriana Sang


 

 

Salutación del seminario. Lástima que no haya podido participar completo. Salutación a los compañeros – hermanos latinoamericanos, especialmente de Puerto Rico.

 

Las ideas que presento a continuación son preliminares, por muchas razones:

 

a.       Porque todavía no he tenido tiempo de madurarlas

b.      Por el convencimiento de que debemos superarnos a nosotros mismos, y quizás cuestionar algunos de los paradigmas que hemos venido defendiendo.

c.       Porque tengo miedo de que aprendamos y aprehendamos algunas ideas guías preconcebidas que nos impidan, como en tiempos atrás, a ser críticos con nosotros mismos.

d.      Porque las verdades son históricas, nunca eternas.

 

Partiendo del principio que una nueva concepción de la ciudadanía supone asumirse como un ser con deberes y derechos que cumplir, quisiera, tomando las reflexiones de unos  autores que me parecen interesantes.

 

 

 

 

 

 

¿Qué es la ética?  

 

 

Toda ética que ordene la reclusión perpetua de nuestro albedrío dentro de un sistema cerrado de valoraciones es ipso facto perversa.”  Meditaciones del Quijote.

 

Muchos de ustedes se habrán hecho esta pregunta. Otros estarán preguntándose cuál es la diferencia entre moral y ética. ¿Existe realmente una diferencia? Tenemos una noción clara de lo que esas pequeñas palabras significan?

 

Fernando Savater en su libro “Ética como amor propio”  señala que la ética es una toma de postura voluntaria que apuesta a la inmortalidad vitalista de los hombres, socios milenarios de una empresa comunitaria de autoperpetuación cuyo fruto más elaborado es el individuo autónomo y responsable, capaz de reconocimiento y participación con sus iguales.

 

Esto significa que en la ética todos es y debe ser humanismo.  El problema para hoy y para mañana de la ética...es cómo caer en la intrascendencia, esto es la banalidad...En contra de lo que suponen los moralistas de urgencia, la dificultad ética actual no es el cinismo..sino la banalidad, lo instrumental o caprichosamente intrascendente...

           

La ética trata de la intervención oportuna en el momento crítico (kairós), de la elección que calibra y decide entre las propuestas del presente, no para ganar el mañana sino para dar sentido al hoy: lo que ahora se quiere.  El sujeto libre no busca en el ejercicio moral nada distinto y posterior a sí mismo, sino seguir mereciendo la confianza y el amor propio racional que se profesa.   Fernando Savater, Ética como amor propio, p. 325.

 

 

 

                            

¿Pero...existe una diferencia entre Moral y ética?

 

“Si la moral es el desprendimiento, el cumplimiento del deber por puro respeto a la ley moral, la renuncia al interés propio en beneficio del interés ajeno o del simple desinterés... si lo políticamente impecable pasa por abominar de la propiedad y del consumo, mientras exige la destrucción de cualquier jerarquía no emanada directa e inequívocamente del doliente pueblo y el automático ensalzamiento instituido de todo humillado...entonces hay que admitir que la ética padece una crisis que bien pudiera llegar a ser irreversible.” Fernando Savater, Ética como amor propio, p. 328

 

“El conjunto de valores, motivos, preceptos, orgullos y remordimientos que constituyen en el ámbito de lo moral no están fundados en ninguna autoridad suprahumana...ni tampoco en instancias personales ...sino en la dimensión consciente y creadora de la personalidad humana...La moral proviene directa y únicamente de la voluntad: es un querer y un rechazar, pero nunca un desinterés... Ese quererse a sí misma de la voluntad, este querer conservarse y perseverar, querer potenciarse, querer experimentar la gama de las posibilidades en busca de las más altas, querer transmitirse y perpetuarse, es lo que debe entenderse como  amor propio.”  Fernando Savater, Ética como amor propio, p. 329.

 

la moral hace relación al comportamiento de una persona con sus principios y valores, es decir, la coherencia entre lo que se cree y lo que se hace a nivel individual, por el contrario, la etica tiene NECESARIAMENTE una relacion con  los demas. 

 

La ética es la moral frente a los demás.  La palabra moral etimológicamente tiene que ver con las costumbres, pues eso precisamente es lo que significa la voz latina mores y también con las órdenes, pues la mayoría de los preceptos morales suenan así “como debes hacer tal cosa” o “ni se te ocurra hacer tal otra” . Sin embargo, hay costumbres y órdenes... que pueden ser malas, o sea “inmorales”, por muy ordenadas y acostumbradas que se nos presenten...Moral es el conjunto de comportamientos y normas que tú, yo y algunos de quienes nos rodean solemos aceptar como válidos: ética es la reflexión sobre por qué los consideramos válidos y la comparación con otras morales que tienen personas diferentes.  Fernando Savater, Ética para Amador, p. 55.

 

Entonces, ¿podemos hablar de una ética ciudadana?  Yo creo que sí.

 

La Ética ciudadana como garantía de un accionar responsable de la acción ciudadana. FERRAN REQUEJO COLL parte del pensamiento de Weber y defiende el concepto de participación ciudadana a partir del concepto weberiano Ética de la Responsabilidad.

 

La distinción de Weber entre una ética de la convicción y una ética de la responsabilidad es ya hoy una referencia clásica en la discusión de las relaciones entre ética y política.  Como es sabido la ética de la convicción establece que el comportamiento público de un individuo, y ya no sólo el privado, debe adecuarse a las convicciones morales que mantiene –que naturalmente, no serán arbitrarias sino razonadamente fundamentadas-, independientemente de cuáles sean las consecuencias derivadas de la acción.  La ética de la responsabilidad, en cambio, defiende que el comportamiento debe ponderar esas consecuencias antes de ser emprendido.  Y parecería que, cuando menos en el contexto de las democracias liberales de derechos la ética de la responsabilidad resultara mas plausible que la ética de las convicciones...Fundamentalmente por dos razones. En primer lugar, la ética de la convicción resulta mucho menos sensible a los enfoques empíricos y a los condicionamientos prácticos, siempre más complejos y plurales que los “principios” que pretenden regularlos.  Es una actitud mucho más socrática que aristotélica, y que en el extremo tiende a preconizar una serie de decisores políticos puros, es decir, poco pragmáticos y un tanto doctrinarios. Y en segundo lugar, y esto es lo fundamental, las “convicciones morales” de una misma persona suelen presentarse contradictorias cuando intentan implementarse en la realidad.  Valores morales situados en un nivel similar de fundamentación axiológica resultan antagónicos en su aplicación: si se persigue aumentar uno de ellos, la participación, por ejemplo, disminuye otro de la misma importancia que también se desearía incrementar (tal como la igualdad).

 

 

Como las convicciones muestran repetidamente su falta de adecuación para su efectiva puesta en práctica parece más convincente, también desde un punto de vista ético, revisarlas a través de mecanismos de retroalimentación tanto empíricos como conceptuales.  En caso contrario nos situaremos de nuevo en el ámbito de la falacia de la abstracción. Caso de contar con convicciones morales flexibles y conscientes de su carácter plural y potencialmente contradictorio nos situaremos ya mucho más cerca de una ética de la responsabilidad.  Sin embargo, el riesgo de este segundo tipo de ética resulta complementario al del primero.  Se trata del clásico riesgo del instrumentalismo, esto es, aquel que sólo atiende a qué medios resultan más adecuados para conseguir ciertos fines que son presentados como algo obvio, y por tanto que se sustraen de la discusión, propiciando una simple apología acrítica de la realidad presente.  Esto último resulta aún más decisivo para las democracias...cuando a principios de los años noventa,. Axiológicamente, estos sistemas no parecen tener rivales en cuanto organización política.  Se trataría, pues, en suma, de flexibilizar las convicciones, haciéndolas más sensibles al mundo sistémico, es decir, a las lógicas imperantes en el ámbito práctico, para que las responsabilidades puedan ser, efectivamente, responsabilidades éticas.  En otras palabras, se trataría de reajustar pragmáticamente las convicciones para así interpenetrar éticamente las responsabilidades.”  

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Pero a esas dimensiones éticas, llamadas por Weber como la de responsabilidad y de la convicción, Savater le añade una nueva, el amor propio.  La dimensión más ética del amor propio es el reconocimiento de lo humano por lo humano, el reconocimiento del hombre en el hombre, requisito básico de la filia comunitaria...El contenido profundo del amor propio humano...es la inmortalidad. No se trata de la simple y rabiosa negación de la muerte, sino de la afirmación pugnaz de la vida frente a la solidez inesquivable del perecer...” Fernando Savater, Ética como amor propio, p. 331.

 

 

 

 

 

¿Qué es el civismo?

 

“El civismo viene a ser aquella ética mínima que debería suscribir cualquier ciudadano liberal y demócrata. Mínima para que pueda ser aceptada por todos, sea cual sea su religión, procedencia o ideología.  Ética, porque sin normas morales es imposible convivir en paz y respetando la libertad de todos. 

 

¿ Tiene que hablarse de ética de la enseñanza...? Desde luego, me parece nefasto que haya una asignatura así denominada que se presente como alternativa a la hora de adoctrinamiento religioso. La pobre ética no ha venido al mundo para dedicarse a apuntalar ni a sustituir catecismos...La reflexión moral no es solamente un asunto especializado más para quienes deseen cursar estudios superiores de filosofía sino parte esencial de cualquier educación digna de ese nombre.   (Fernando Savater, Ética para Amador.)

 

¿Significa que el civismo es una forma nueva de predicar?  El civismo no puede reducirse a una asignatura más del currículo.  El comportamiento cívico es la base de la buena convivencia. Se fundamenta en normas no escritas, costumbres y maneras que quizá nadie desconoce, pero son fácilmente ignoradas en la vida cotidiana. Comportarse cívicamente exige voluntad y un cierto esfuerzo, algo que suele carecer de valor en un mundo donde lo que impera es precisamente la ley del mínimo esfuerzo.  Victoria Camps, Salvador Giner,  Manual de Civismo.

 

El punto de partida de una educación cívica es ensenar a convivir.  Y convivir, sin lugar a dudas es un arte.  Está claro que convivir entre los seres humanos es una tarea difícil y compleja.  Una prueba clara es que dedicamos gran parte de nuestra existencia a armonizar voluntades, a superar conflictos, a llegar a acuerdos  y a hacer concesiones.  Qué hacer entonces? Hay dos caminos:

 

ü  El  enfrentamiento a través del uso de la fuerza

ü  La solución pacífica, a través de un código de conducta establecido por decreto y proclamado por un parlamento.  Son las que forman una cultura de la convivencia pacífica y solidaria, llamado simplemente civismo.

 

¿Esas normas son impuestas? Hay que estar claro que tales normas no son precisamente las de un código de conducta establecido por decreto o proclamado por un parlamento.  ¿Qué significa la palabra civismo?  La palabra proviene del latín cives = ciudadano, y se refiere también a la ciudad un lugar complejo, construido por los seres humanos, en el que conviven pacíficamente gentes de las más variada condición.  La fuente ciudadana, por así decirlo, de la palabra civismo nos recuerda un hecho elemental, sobre el que se fundamentan estas reflexiones: mujeres y hombres son esencialmente animales cívicos.  Son, para usar la raíz griega, animales políticos.  El civismo, pues entraña también el buen gobierno de nuestra convivencia, pero no desde un centro de autoridad, desde el gobierno, sino por obra y gracia de todos los que participamos en ella. 

 

Por civismo debemos entender la cultura pública de  convivencia por la que se rige o debería regirse, una determinada sociedad.  Pero el civismo es más que un conjunto de normas o modos de proceder –es decir no es solamente procedimental, sino que incluye un contenido moral: expresa unos determinados valores morales y unas  creencias acerca de la sociabilidad humana. Significando pues, que civismo es una cultura y no un conjunto de modales, usanzas y buenas maneras sin contenido.

 

Civismo implica responsabilidad ciudadana

 

La democracia necesita ciudadanos activos y responsables.  Las actitudes cívicas de las que hemos venido hablando tienen un común denominador: el de la responsabilidad.  Asumir e interiorizar los valores democráticos o cívicos es la condición de la ciudadanía.  El ciudadano o ciudadana debe poder responder a esos valores ante sus semejantes, no sólo porque se los debe a la sociedad, sino porque conservándolos y ejemplificándolos está ayudando a preservar y a mejorar la ciudad del futuro.  Los valores del buen ciudadano son los que sirven a la construcción del interés común.  Este es el interés que de veras legitima la acción política y que fuerza al individuo a no vivir solo apegado a sus intereses más cercanos e inmediatos.

 

Si los principios son insuficientes, también lo son las normas y las leyes. Lo son porque no todo se resuelve legislando ni las leyes son la mejor manera de hacer que funcione adecuadamente una comunidad de ciudadanos maduros y autónomos.  Lo que cohesiona a la comunidad son las costumbres y la responsabilidad de los individuos frente a ellas. Montesquieu dijo que cuando un pueblo tiene buenas costumbres, las leyes son sencillas.  

 

Libertad y responsabilidad son dos caras de una misma moneda.  Ser responsable es ser capaz de responder a algo ante alguien y querer hacerlo.. Ser capaz significa haber actuado libremente y sin coacción.  Uno no debe responder lo que no elige hacer o de lo que hace necesariamente porque no puede actuar de otra forma.  La libertad y la responsabilidad son inseparables. Son dos características esenciales del ser humano.  La acción humana no se explica sólo por causas, sino también por intenciones y por razones.

 

Finalmente, creo que civismo no es otra cosa que el hacerse responsable de la conservación de aquellos valores que constituyen nuestro patrimonio ético y que esa responsabilidad contribuye a configurar el interés común.

 

La educación Cívica  

FINALMENTE. LO UNICO QUE HE TRAIDO ES EL PRINCIPIO DE LA DUDA COMO ME ENSEÑO RUGGIERO ROMANO.

 

ESTAS IDEAS SON SIMPLEMENTE PARA LA REFLEXION

 

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