lunes, 4 de marzo de 2013

Diáspora China en El Caribe. El caso dominicano


La diáspora China en el Caribe.

El Caso de la República Dominicana

1961-2000

Por: Mu-Kien Adriana Sang B

 

Las primeras décadas del siglo XX fueron bastante convulsionadas en China debido al peligro inminente que representaba la apetencia expansiva de Japón.  Según Jacques Gernet, autor del libro El Mundo Chino [1] , la gran invasión japonesa y el bombardeo sin previo aviso de Shangai en 1937 marcaron el principio del último período: El de la decadencia del régimen nacionalista y de la expansión del movimiento de resistencia al Japón.  Con una importante ayuda recibida de Francia, Inglaterra y los Estados Unidos, las fuerzas nacionalistas lograron que el Japón capitulara en agosto de 1945.  Vencido el enemigo externo, afloraron entonces las diferencias entre los propios líderes chinos.  Dos grandes posiciones ideológicas se enfrentaban: Por un lado los nacionalistas y por el otro los comunistas.  Se desató la guerra civil al interior de China.

    

A mediados de 1947 el Ejército Rojo tomó la ofensiva en el noreste, y ya para 1948, los nacionalistas habían perdido más de 400,000 soldados. Las tropas comunistas habían entrado a Pekín, Cantón, Shangai  y Tianjin.  Los nacionalistas, liderados por el Presidente Chiang Kai Shek, tuvieron que refugiarse en la isla de Formosa, hoy Taiwán.  Desde allí pudo resistir, gracias al apoyo de las naciones imperiales que enfrentaban el comunismo, como fue el caso de los norteamericanos.  La guerra fría entraba en su apogeo y el conflicto con China era de gran interés para el occidente anti-comunista. Recapitulemos.  Entre 1919-1949, China era un verdadero caos.  Japón y la Unión Soviética buscaban a toda costa el control de ese gran territorio de Asia.  En ese período nacieron también dos movimientos políticos de importancia: el movimiento nacionalista, por un lado, y el movimiento comunista por el otro.  Ambos grupos políticos estuvieron inicialmente aliados para derrocar el enemigo común: Japón.  Finiquitado el control nipón en el territorio chino, iniciada también la Segunda Guerra Mundial, China era un escenario cruento de luchas internas y externas.  Las fuerzas internas se enfrentaron.  El comunismo guiado por Mao triunfó.  Los nacionalistas fueron replegados, y finalmente tuvieron que huir a la isla de Formosa donde se asetaron y crearon la República de Taiwán.

 

 En 1961 se produjo la escisión entre China y la Unión Soviética, a pesar de que el nuevo régimen tenía profundas influencias soviéticas.  En  China, a diferencia de sus maestros y guías, desde el inicio del triunfo de la revolución, se inició un proceso de adoctrinamiento de la población. 

 

La China que inició a principios del siglo XX era extremadamente pobre.  La agricultura, principal actividad económica estaba sumida en el atraso técnico y la escasa productividad.  A esta situación debe sumarse también las grandes catátrofes naturales: crecidas sorprendentes de los ríos Amarillo, el río Han y el Yangzi que provocaron grandes inundaciones de poblados enteros, y sus secuelas terribles de epidemias y hambrunas en millones de habitantes.  Pero si las inundaciones hicieron estragos, también las sequías prolongadas tuvieron efectos desastrosos en la población. “La China de los años 1919 y 1949 es un país desmoralizado que ha perdido toda esperanza, un mundo en el que la piedad y la justicia carecen ya de sentido, en el que el horror es algo cotidiano…”[2]. 

 

La inestabilidad política, las constantes guerras y las catástrofes naturales ocurridas en China a partir de 1950, hicieron que el flujo migratorio hacia todas partes del mundo fuera casi escandaloso. Con la esperanza de un mundo mejor, millones de desamparados chinos, eran enviados hacinados, en calidad casi de esclavos, a cualquier parte en barcazas inseguras.  La emigración China hacia el mundo comenzó a finales del siglo XIX y se intensificó en las primeras cinco décadas del siglo XX.    Se calcula que para 1940 las remesas de los chinos provenientes de esa parte del mundo superaban los US $ 644 millones.  Para 1986 se calcula que había más de 50 millones de chinos en el sudeste asiático. Aunque en menor medida, los chinos también llegaron a otros continentes, pero fue América, mejor dicho, Estados Unidos, el destino más preciado por los chinos.         

 

En siglo XX la migración en vez de disminuir aumentó de manera estrepitosa. Para 1930 se calcula que la migración china en Estados Unidos era de 74,954; diez años más tarde asciende a 77,504 personas y ya para 1950 esta cifra se duplicó. Se calcula que en esa fecha había 150,005 chinos. Se estima que dos años después, en 1952, llegaron a los Estados Unidos unos 27,502  chinos en calidad de refugiados y en 1960, la cifra llegó a más de un cuarto de millón [3]. Juan Hung Hui, un prestigioso académico de la Universidad de Chengchi en Taipei, afirma en su obra “Chinos en América” que para 1988 más de 30 millones de chinos en el resto del mundo; de los cuales 2.2 millones estaban en América.  [4]. 

 

La migración china al Caribe tenía un claro objetivo: servir de trampolín para  llegar hasta la tierra prometida de los Estados Unidos. Cuba, Puerto Rico o República Dominicana eran vistas como paradas necesarias para proseguir el trayecto hacia el destino final.  Pero la realidad en la mayoría de los casos se impone a los deseos.  Muchos de los migrantes chinos que llegaron tuvieron que quedarse en las islas, siempre con la esperanza de zarpar nuevamente para llegar a la tierra salvadora.   En El Caribe la migración China fue  bastante activa. En Jamaica la población china para 1990 era de unos 20,000 habitantes. Posee más de 1,000 empresas, 500 tiendas y más de 50 supermercados.  Se calcula que la inversión total sobrepasa los US $ 2 mil milloneasen Trinidad y Tobago se habla de más de 10,000 chinos que al igual que en los casos anteriores tiene grandes inversiones en el sector comercial. [5]

 

Las convulsiones políticas que se vivían en el mundo, y particularmente en la China Continental, se reflejaron en la comunidad  china de la República Dominicana.   Después de la segunda guerra mundial, el mundo estaba dividido en dos mitades, la guerra fría había colocado una invisible cortina de hierro que exacerbó las pasiones. El bloque occidental liderado por los Estados Unidos desarrolló una política armamentista con la justificación de la seguridad mundial. Y el bloque comunista encabezado por la antigua Unión Soviética y China, aliados primeros, rivales después, colocaba al extremo oriental de la cortina en posición de fuerza, pero con profundas fisuras que lo debilitaban. Las rivalidades entre los chinos y los soviéticos se mantuvieron durante todas las décadas en que existió la guerra fría, permitiendo que el bloque occidental se fortaleciera

 

Los demás actores, aliados de uno y otro, se enfrentaban duramente intentado hegemonizar su lado de la cortina de hierro. La Unión Soviética pudo sobreponerse gracias al poder dictatorial de Stalin. Pero China no era un poder hegemónico en sí mismo. En su seno se vivían grandes tensiones. El Partido Comunista chino se convirtió en la fuerza política hegemónica en ese gran país; pero no pudo someter a las fuerzas de Chan Kai Shek quien pudo organizar su bastión en la isla de Formosa. Se iniciaba la larga historia de rivalidades entre las dos chinas.  EL pueblo chino se había dividido. El comunismo había triunfado en el continente, mientras en la pequeña isla se concentraron los partidarios del Partido Nacionalista, formando la República China de Taiwan. El pequeño territorio se convirtió rápidamente en una gran potencia sustentada en la economía de mercado.

 

Esta particular guerra fría entre el pueblo chino se reflejó ampliamente en los chinos que migraron a la República Dominicana.  Los partidarios del partido nacionalista, mantenían viva la esperanza de que las ideas de su líder, Sun Yat Sen, triunfaran sobre las fuerzas comunistas.  Así, a finales de los 50, apareció  un comunicado firmado por Miguel Sang, en el cual apoyaba las fuerzas del “Padre de la República China”.  Un elemento que le dio fuerza al grupo que apoyaba al movimiento nacionalista, fue la opción trujillista de establecer vínculos con la República China de Taiwán. Esta decisión política tiene su explicación. La guerra fría estaba en pleno apogeo.  Era lógico pensar que las alianzas estratégicas del Dictador se hicieran en torno a las naciones que se habían definido opositoras del comunismo.  Como se verá en las páginas que siguen, las tensiones políticas entre los pro nacionalistas, posteriormente los pro-taiwaneses, y los pro China continental estuvieron presentes a todo lo largo del siglo XX, especialmente a partir de 1961, momento en que la Dictadura de  Trujillo finalizaba abruptamente.

 

Los años comprendidos de 1961 al 2000 reflejaron con claridad las pugnas políticas. Trujillo dejó como legado las relaciones diplomáticas con la República China de Taiwán. A pesar de que los meses que transcurrieron después de la muerte del dictador eran de inestabilidad e incertidumbre, la diplomacia taiwanesa en el país, no perdió oportunidad alguna para hacerse presente.  La prensa de la época muestra el dinamismo del Embajador Li Chiao. Durante los años que estuvo en la República Dominicana desempeñó su cargo con activismo y decisión. No perdía ninguna ocasión para ganarse la opinión pública. El  Embajador no desperdiciaba la oportunidad para difundir noticias que atacasen abiertamente  a la China comunista. 

 

Asimismo, la Embajada China de Taiwan buscaba cualquier oportunidad para difundir también los aspectos positivos de la milenaria cultura china. La medicina china comenzó a tener fama en el país.  Unguentos y otras formas de la farmacopea china comenzaron a introducirse en el mercado nacional. En una oportunidad se difundió en el país que había un famoso médico chino que curaba una de las enfermedades más difíciles de curar: el cáncer.  Llegó la noticia de la visita del Doctor Cheung Chat-tin, quien aseguraba que había descubierto la cura de la enfermedad[6]. 

   

Los partidarios del nacionalismo chino continúan activos

 

La llegada de los chinos a la República Dominicana se hizo de forma escalonada.  Fue durante las cuatro primeras décadas del siglo XX, mientras se vivían los conflictos de la guerra chino japonesa, que se produjo la mayor ola migratoria.  Los chinos que vinieron en ese período tenían la particularidad que habían vivido los conflictos políticos e ideológicos de su tierra natal.   Las diferencias ideológicas y políticas que en el plano internacional estaban vigentes entre la China Continental versus China de Taiwán,  repercutía en la colonia China dominicana. La colonia china vivió de forma agresiva, cruda y violenta su guerra fría.  Los partidarios de uno y otro bando se enfrentaban duramente, las acusaciones y contra acusaciones no cesaban.

 

Así pues, la guerra fría se estaba produciendo al interior mismo de los migrantes chinos, la mayoría se sumó al movimiento internacional anticomunista...  Una simple celebración, podía provocar enconos inconmensurables. Por ejemplo, en octubre de 1961 apareció en la prensa escrita con  gran despliegue las fiestas ofrecidas por la colonia, con motivo de la celebración del 50 aniversario de la República proclamada por el líder Sun Yat Sen el 10 de octubre de 1911. El Casino de China fue una de las primeras entidades en celebrar el gran día.

 

No había unidad entre los miembros de la colonia.  La prensa de la época informaba que además el Casino, existía otra entidad, la Asociación de la Colonia China, que también se sumó a la celebración, pero de forma separada. A esta celebración se unió el Embajador Li Chiao.

 

Un elemento interesante en la participación política de la colonia, es que la primera generación se concentraba en su lucha anti-comunista y el apoyo o no a la Embajada de Taiwán.  En sentido general, puede afirmarse que los viejos de la colonia se apoyaban en el status quo vigente, no importara el partido que estuviera en el poder. Sin embargo, la segunda generación tuvo participación activa en otros renglones. El discurso de la participación democrática, la lucha en contra de los remanentes del trujillismo, y las ideas de izquierda que se generaron luego del triunfo de la revolución cubana. Otros descendientes de chinos asumieron la posición de enfrentar estas nuevas ideas que nacían en el ambiente.

 

Lucha a muerte en la colonia y fin abrupto de la misión de Li Chiao

 

Un suceso hizo que la misión del Embajador Li Chiao se mancillara: la  desaparición del ciudadano chino Rafael Leo. El rumor público acusaba al embajador de ser el responsable indirecto del hecho.  Se decía que el diplomático había hecho uso de sus influencias para utilizar miembros de la colonia en la desaparición, y posterior muerte de Leo.  Las primeras noticias localizadas datan de febrero de 1962, a pesar de que había desaparecido desde julio de 1959.  Según la noticia, Leo había sido inicialmente apresado por miembros del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) junto San Ng. Al momento de su apresamiento, Leo se desempeñaba como director de la Revista Lock Sing, órgano de un grupo de comerciantes chinos. Se decía que pocos días después, Leo había sido apresado nuevamente. Ante el nuevo incidente, en septiembre de 1959, los miembros del Casino de China  enviaron una comunicación a Trujillo exigiendo explicaciones sobre la desaparición de Leo.  Los miembros del Casino, convencidos de que la desaparición de Leo estaba relacionada con el Embajador, decidieron, en marzo de 1962, hacer una serie de protestas.  Se movilizaron frente a la Embajada de Taiwán exigiendo la dimisión del diplomático. Argumentaban también que Chiao, en revancha, había negado la confección de pasaportes a varios miembros del Casino y había congelado los fondos al Casino. Las jornadas provocaron reacciones en varios miembros de la colonia. Los sucesos fueron tan graves y envolvían a tanta gente que la colonia se dividió.  El asunto tomó tal carácter que el Embajador chino, Sr. Li Chiao, se vio en la necesidad de hacer una declaración pública y renunciar.

 

La Embajada de Taiwán actúa con más cautela

     . 

La llegada del nuevo diplomático calmó bastante los ánimos.  A partir de ese momento las relaciones entre el gobierno chino y los diferentes gobiernos dominicanos se hicieron más armoniosas. Se logró también fortalecer el vínculo entre los miembros de la colonia China.  El nuevo incumbente de la Embajada de Taiwán comenzó a hacer su labor con menos bríos que su predecesor.  La prensa informa sobre algunas de sus actividades.  Por ejemplo, en marzo de 1963 donó al gobierno dominicano, a través de la Secretaría de Agricultura,  una trilladora de arroz. En esa oportunidad el Embajador informó que su gobierno estaba organizando una serie de cursos para ayudar a los estudiantes de agronomía sobre las nuevas técnicas del cultivo de ese producto tan importante en la dieta dominicana, como era el arroz[7].  Derrocado el Gobierno de Bosch, la Embajada de Taiwán se hizo presente ante los nuevos dueños de la situación.  [8]

 

Grandes nubarrones en la colonia

 

La prosperidad de los pequeños negocios al detalle de expendios de alimentos, provocaron el enojo de los comerciantes dominicanos, especialmente porque ofrecían los precios más bajos del mercado. En enero de 1965 la Asociación de Detallistas y Provisiones hizo una fuerte declaración. El vocero de la organización, Oscar Peralta, afirmaba que ellos no se oponían a que los chinos o comerciantes de otras nacionalidades incursionaran en el establecimiento de comercios, pero que debían ser fuertemente regulados por alguna institución o una legislación que protegiera a los nacionales. Sugería que debía crearse una instancia que hiciera supervisión directa de parte del gobierno. La posición de la entidad provocó reacción de la comunidad china.  La prensa se hizo eco del reclamo y reseñaron sus puntos de vistas. [9] 

 

La estabilidad política impuesta por la fuerza

 

El 1º de julio de 1966, Joaquín Balaguer tomaba posesión como Presidente Constitucional de la República. Gobernó en ese primer momento por 12 años, iniciando así la era de la dominación conservadora. La necesidad de reconocimiento del Gobierno de China en Taiwán, hizo que su dinamismo diplomático estuviera se acomodara a cualquier régimen político que naciera en la República Dominicana. Los responsables de la Embajada China trabajaron intensamente para retribuir el apoyo recibido del gobierno dominicano, por lo que dirigieron su accionar en dos sentidos. En primer lugar una dinámica actividad diplomática con el Gobierno dominicano, que al momento se iniciaba el período de los 12 años de Balaguer.  La cooperación técnica fue uno de los principales estandartes. Los ejemplos sobran, como se verá más adelante. Y en segundo lugar, la demostración a la sociedad dominicana de los grandes aportes de la colonia china al país. Había una prioridad incuestionable: presentar una imagen distinta de la migración china, por lo que se hicieron notables esfuerzos por mostrar cómo muchos ciudadanos y ciudadanas habían logrado abrirse un espacio y descollar en sus respectivas disciplinas.  Las relaciones entre ambas naciones se fortalecieron ampliamente. Poco más de un año después de haber sido electo, en octubre de 1967, el Presidente Balaguer, que no era dado a asistir a recepciones, participó en la tradicional celebración de la Embajada de Taiwán para celebrar un año más del advenimiento de la china nacionalista.  [10]

 

Otro elemento importante de esta celebración es la participación del Casino Chino con el Embajador.  Recuérdese que algunos años atrás el Casino había enfrentado abierta y públicamente al antiguo embajador, y que en las celebraciones del 10 de octubre se hacían fiestas separadas.  Todo parece pues indicar, que la batalla política había sido ganada por la Embajada de Taiwán. La colonia china y el gobierno se aliaron a la política del oficialismo taiwanés.    Las misiones oficiales chinas fueron muy prolíferas en los primeros años del gobierno. En 1968 el país recibió la visita de un enviado especial del Presidente Chiang Kai Shek, el Sr. Sampson C. Shen.  En 1971 llegó una nueva misión diplomática-económica procedente de China Nacionalista. Según la información aparecida en la prensa dominicana, esta misión tenía como misión intercambiar ideas y ver la forma de impulsar la cooperación cultural y económica. El acontecimiento fue altamente celebrado por la colonia china.  Una amplísima comisión de chinos residentes destacados fue al aeropuerto con carteles de bienvenida para la comisión y expresando su alegría por su llegada y por los aportes que podrían hacer al país.  La delegación visitante era amplia y representativa. La misión hizo ofertas de colaboración no solo al gobierno, sino también al sector privado. Uno de los ofrecimientos que mayores consecuencias positivas trajo para el sector arrocero, fue la oferta de instalar en la región norte del país una procesadora de arroz, con la cual podría transformarse el arroz en harina para la fabricación de pastas alimenticias. El ofrecimiento fue muy bien acogido por los industriales.

 

Otros proyectos más surgieron de la visita. El primero fue las posibilidades para la  instalación de una fábrica de bloques y un sinnúmero de artículos de arcilla; y el segundo la fabricación de porcelana a través del aprovechamiento del caolín y el silicato de sodio; ya que en Santiago y sus alrededores había gran cantidad de esa materia prima.   Un tercer proyecto fue el de la extracción de la caseína de la lucha, utilizado para la fabricación de pinturas, cosméticos, productos medicinales, entre otros.  Un cuarto y último proyecto fue el de la producción de esmalte para la conservación de la madera. [11]

  

Una colonia que se destaca en la sociedad dominicana

 

Para la década de los 70, una segunda generación se abría espacio en la sociedad dominicana.  La mayoría, hijos e hijas de inmigrantes, algunos de los cuales se habían casado con nacionales dominicanos, empezaron a destacar en diferentes profesiones de su país.  La prensa se hizo eco de esos jóvenes sobresalientes, quienes a fuerza de sus capacidades se abrían caminos en el competitivo mundo de sus respectivas profesiones. Con la presencia pública de algunos miembros de primera generación y de otros de  segunda generación se abría ante los ojos expectantes de los dominicanos, una imagen distinta del emigrante que no hablaba bien el español, que solo trabajaba en colmados y lavanderías por más de 12 horas y que no se integraba a la sociedad porque una vez terminaba su faena socializaba solo con otros chinos.      

 

El PRD llega al poder: dos períodos y dos gobiernos distintos, pero apoyo a Taiwan,

    

Había transcurrido el período de los 12 años.  Después de unas elecciones dramáticas y  traumáticas, el PRD ascendió al poder con Antonio Guzmán como Presidente de la República.  Quien gobernó desde 1978 y 1982.  El segundo gobierno del PRD fue gobernado por Salvador Jorge Blanco, que ocupó la presidencia de 1982 1 1986.

 

El ascenso del PRD al poder no significó en modo alguno una desaceleración de las relaciones. Tal parece que la opción por Taiwán fue más que nada una política de Estado. En el Gobierno de Antonio Guzmán se ratificaron los lazos a través de diferentes acciones diplomáticas, que iban desde el intercambio de técnicos, la ayuda vía becas, el financiamiento de proyectos hasta, por supuesto, el apoyo expreso de ambos gobiernos.

 

El trabajo en la Estación Experimental de Juma fue destacado, en especial la figura del Doctor Hsieh, que al momento tenía ya 18 años de trabajo ininterrumpidos en el país. “Gracias a sus recomendaciones y a sus experimentos surgieron las variedades de arroz Juma 57, Juma 58 y Juma 51, consideradas como las de más alta productividad en la América Latina.  Y a consecuencia del uso de estas variedades en casi un 60 por ciento de la superficie arrocera el país ha visto aumentar su producción de arroz de 3 a 6 millones de quintales en apenas 10 años.

 

Sin lugar a dudas, que la labor del Embajador Michael Tung fue muy activa y sobre todo fructífera, inició su misión en la República Dominicana en 1975 y terminó su misión en 1983.  Fue activo en destacar las figuras de la colonia.  Se le veía por todas partes. Visitaba a Santiago en una reunión con inversionistas dominicanos y chinos, o estaba en San Francisco de Macorís, reuniéndose con comercianes y políticos. Su dinamismo y sus vínculos con el Gobierno hicieron que fuera objeto de crítica, denominándolo como el principal actor del “lobby chino” que había incluso superado con creces al “lobby norteamericano”.

 

El Embajador Tung fue sustituido por el Sr. Meng Hsien, quien  siguió la misma línea de su antecesor.  Aprovechando el nuevo aniversario de la creación de la República de China Nacionalista, y sobre todo el especial 73 aniversario, el nuevo embajador se hizo presente en las autoridades del momento, quienes ratificaron su decisión de apoyar a Taiwán. A juzgar por las informaciones de la prensa, la Cámara de Comercio y Cultura Dominico China jugó un papel estelar en el proceso.  Gracias a su activa participación, muchos inversionistas de Taiwán se motivaron a invertir en el país, sobre todo en lo que se refería a las zonas francas en el área de textiles.  [12]

   

Una nueva imagen se abría en la colonia china.  Los chinos migrantes, asentados por décadas en el país, decidieron incursionar en otras áreas de la economía diferentes a los pequeños negocios de los chinos tradicionales: los colmados, los supermercados, los moteles y la pequeña venta al detalle.  La nueva cara de la colonia, impulsada quizás por el incremento de las relaciones con Taiwán, el aumento de la inversión de capitales taiwaneses al país, decidió arriesgarse e invertir en otros renglones de la economía.  

 

Es cierto que muchas de estas empresas no lograron sobrevivir, pues la fuerte competencia de productos provenientes del exterior determinaron que sucumbieran al cabo de algunos años de formadas. De todas maneras las creaciones de esas empresas significaron un dinamismo importante en la economía dominicana. El impacto fue grande. Según el Agregado Comercial de la Embajada China, fruto de las dos primeras misiones de 1985, en el país se instalaron 15 nuevas empresas que se destinarían a la producción de papel, plástico, camarones de exportación, hortalizas, frutas deshidratadas, electrodomésticos, champiñones, etc.  Señalaba también que el incremento comercial había aumentado considerablemente, sobre todo en lo referente a la exportación, al afirmar que solo en 1984 se habían importado 30 millones de dólares por concepto de importación de mercancías.  El país exportó a Taiwán un valor de 2.5 millones de dólares en productos como ferroniquel, café y conchas de lambí.

 

Una nueva ola migratoria bajo sospecha

 

Pero no todo fue color de rosas durante ese período.  En los ocho años del PRD, especialmente durante el Gobierno de Antonio Guzmán, el país vivió un boom desconocido de migrantes chinos que solicitaban vivir en la República Dominicana. En la búsqueda de información para este trabajo, se localizaron algunos de los decretos promulgados por el Presidente Guzmán.  Si se suman los naturalizados en solo cuatro decretos se obtendrá la suma de 323 extranjeros naturalizados; de los cuales más del 95% eran chinos.  La acción gubernamental generó suspicacia en muchos sectores nacionales.  Una vez se promulgaron los primeros decretos, la prensa fue crítica con la medida, y sobre todo haciendo referencia de las grandes facilidades que otorgaba el gobierno a esos migrantes, muchos se preguntaban ¿por qué se daban esas facilidades? Algunos simplemente dejaban entrever posibles tráficos de influencia y corrupción en diversos sectores del Gobierno.

 

En el artículo publicado en abril de 1980, se hacía una larga referencia a las facilidades que otorgaba el gobierno dominicano a los ciudadanos chinos que desearan obtener la nacionalidad dominicana. Se le abrían las puertas  para adquirir inmuebles de lujos. Lo más interesante del artículo es que afirmaba que esas facilidades habían sido aumentadas a favor de empresas que de capital procedente de Hong Kong. Citaba como prueba, la circular No. 29 del entonces Secretario de Estado de Relaciones Exteriores, Vicealmirante Ramón Emilio Jiménez Hijo, el 22 de octubre de 1979, a todos los jefes de misiones diplomáticas y consulares dominicanas. La denuncia periodística señalaba que en Hong Kong se hacían anuncios publicitarios anunciando que las visas para viajar a la  República Dominicana estaban a la venta. El Nacional iba más lejos, hacía referencia a un cónsul honorario de República Dominicana en Hong Kong, de nombre Weng Sheng Wang, que jamás había pisado el territorio dominicano.  Decía además que a los interesados en la visa o en la nacionalidad debían comprar un bono “Huracán David” por valor de RD$ 10,000.00. “Se ignora si se ha hecho alguna nueva emisión de esos bonos, pues se tiene entendido que la autorizada por el Congreso por unos 50.0 millones de pesos, fue vendida por completo, especialmente por una compra millonaria realizada por la ahora estatal Rosario Dominicana, SA.” [13]

 

Se afirmaba que los chinos naturalizados en los últimos tres años, es decir a partir de 1979, superaban el total de los cuarenta y siete años anteriores.  Según la fuente periodística, entre 1939 y 1977 se naturalizaron 2,260 personas.  En 1978 se naturalizaron 241 personas, y de éstas 123 correspondían a chinos. Esta cifra aumentó considerablemente al  año siguiente, 1979. En ese año se naturalizaron 721 personas, de las cuales 642 personas eran chinas.  Cuando la información salió a la luz pública, las autoridades señalaron que esta medida era una forma “de motivarlas a la inversión”.  Las facilidades oficiales eran otorgadas “a compañías o inversionistas que operan en la venta de inmuebles a Oriente y que muestran interés de radicarse en el país.  Según la fuente el gobierno exigía a los chinos que solicitaban naturalizarse la compra de un bono de RD$ 10,000.00 de la serie Huracán David..

 

Se habló de una mafia mixta, de dominicanos y chinos, que estaba traficando con la entrada ilegal de chinos que obtenían la nacionalidad dominicana para seguir hacia los Estados Unidos.  La situación siguió varios años después. El escándalo de corrupción sobre la venta del visado llegó a niveles insospechados, trascendiendo las fronteras dominicanas.  El tema fue tratado en diversos medios internacionales. Tan lejos llegó la situación, que en octubre de 1985, el Consultor Jurídico del Poder Ejecutivo, Enmanuel Esquea Guerrero hizo una declaración pública afirmando que el gobierno no nacionalizará chinos. Afirmaba que la corruptela, que había comenzado en 1977 y que terminado en 1982, cobraba hasta US$  50,000 por gestionarle la nacionalidad. Denunció públicamente que durante esos 5 anos se habían nacionalizado 3,621 chinos como dominicanos. Dijo que cuando el gobierno subió al poder en 1982 había encontrado unas 700 solicitudes ya procesadas y que en ese momento había más de mil que no serían aprobadas.  [14]

 

Esfuerzos por recuperar la imagen perdida

 

El 16 de agosto de 1986 subió nuevamente al poder por sexta vez el Doctor Joaquín Balaguer.  Tenía dos períodos consecutivos en la oposición activa. Contaba con 86 años de edad y estaba aquejado de graves dolencias de salud, la principal la ceguera que había comenzado a padecer varios años antes.  Su retorno al poder se vio inmerso en circunstancias políticas, económicas y sociales, nacionales e internacionales diferentes. 

 

El tema de las naturalizaciones de chinos durante los dos gobiernos del PRD, provocó tanto escándalo a nivel nacional e internacional, que el prestigio ganado por la Embajada de China de Taiwán se mancilló de una manera difícilmente recuperable. Los nuevos miembros del la Embajada y la misma colonia china residente en el país, intentaron recuperar el prestigio perdido realizando múltiples actividades para promocionar la inversión taiwanesa y sobre todo rescatar los valores positivos existentes en la colonia.  Asimismo, la Embajada desplegó esfuerzos por dar a conocer los grandes aportes de los técnicos chinos.   Se volvió a incentivar la visita de capitalistas chinos con interés en invertir en la República Dominicana.  La inversión de capital taiwanés había aumentado de manera considerable. Para ese año, se habían invertido más de US$ 16 millones en  10 zonas francas, dos agroindustrias camaroneras; y se estaban haciendo estudios de inversión para invertir en la industria hotelera, en rubros agrícolas como café, cocoa y aguacate, y en minería como mármol, níquel y bauxita. La noticia dice que las importaciones de productos provenientes de Taiwán también aumentó considerablemente.  De US $ 28 millones en 1985 subió a US$ 60 millones en 1987. Se calcula que la inversión de los empresarios taiwanés en el país superó los US$ 100 millones en 1994. La cooperación técnica también fue revitalizada.  La  asesoría agro industrial ya no era solo en materia de arroz, como ocurrió en los anos 60 y 70.  En los 80 se amplió hacia otras industrias, como el papel[15]

 

 

Taiwán tiene competencia: La China continental llega al país.

 

El  fin de la guerra fría trajo consigo muchos cambios.  Uno de ellos es la mirada más tolerante del mundo con respecto a la China Continental.  La posición de esta nación en las Naciones Unidas, sobre todo su puesto en el Consejo de Seguridad y su nueva política de apertura ante el llamado del capital internacional, le han dado nuevos bríos para acrecentar su agresividad contra Taiwán. Esta situación había reabierto las heridas.  Taiwán, sintiéndose amenazado, decidió iniciar una cruzada en contra del comunismo.  El Vicepresidente de Taiwán, Lee Teng Hui hizo declaraciones públicas para invitar al mundo que se uniera en una sola voz para reivindicar los derechos del pueblo de China Comunista. [16]

Pero el intento del gobierno taiwanés era casi en vano.  EL capital mundial tenía los ojos puestos en el largo, amplio y voluminoso mercado chino.  La gran muralla china que había impuesto el comunismo chino se desvanecía y cada vez más el amplio país estaba en el universo del capitalismo. Estas contradicciones, evidentemente se reflejan en la realidad dominicana.

 

El Embajador Kuo Kang, un activo diplomático que vivió largo tiempo en el país, tuvo  que lidiar con esta realidad.  El objetivo básico de su misión era el mantenimiento de las buenas relaciones con el Estado Dominicano, no sólo en términos económicos, sino también políticos. Se definió un nuevo plan de cooperación, principalmente en el plano agrícola, que incluía el de arroz, artesanías de bambú, de cerdos, ajo, uvas y hortalizas. El plan de acuacultura –en agua dulce- y el Centro de Camarones Marinos abierto en Azua.  El plan también incluía cooperación en el campo energético, al ayudar económicamente para la construcción de una planta hidroeléctrica sobre el río Nizao entre Baní y Azua.

    

Entre el 16 de mayo y el 30 de junio, las negociaciones comenzaron.  Un sector del PRSC, con el Doctor Balaguer a la cabeza comenzó a negociar con el PLD. La alianza se materializó en el llamado Frente Patriótico.  Con este pacto político el partido morado aseguraba su triunfo.  En la madrugada del 30 de junio el Presidente de la Junta  Central Electoral, César Estrella Sadhalá, informaba a la ciudadanía el triunfo del PLD. El nuevo Presidente del país era Leonel Fernández. 

 

El 16 de agosto de 1996 comenzó el nuevo cuatrienio. El Presidente Leonel Fernández y el PLD se estrenaban en el ejercicio del poder político desde el Poder Ejecutivo. En el cuatrienio del Presidente Fernández de manera formal el Gobierno decidió apoyar a Taiwán, pero también abrir otras perspectivas y ámbitos como fue el caso de la formalización de las relaciones con Cuba y la apertura de la oficina comercial de China Continental.

 

Los viajes oficiales que el Presidente Dominicano realizó a Taiwán constituyeron sin dudas respaldo a la China nacionalista. Al mismo tiempo, la diplomacia taiwanesa intensificó sus acciones en todos los sentidos.  Debía ganar la carrera, o por lo menos apresurar el paso a los intentos de la otra china, por eso intensificó los programas de cooperación técnica y financiera, y amplió su radio de acción impulsando acciones culturales y deportivas que permitieran el fortalecimiento de los lazos entre las dos naciones.

 

La amenaza entra a la República Dominicana

 

Uno de las acciones del nuevo gobierno encabezado por el Presidente Fernánd, fue la apertura con otros países tradicionalmente prohibidos en las gestiones anteriores: Cuba y China Popular.  Con el país caribeño se abrieron las relaciones diplomáticas, con la apertura de las embajadas en aquí y en Cuba.   El otro caso fue sin lugar a dudas el inicio de “relaciones comerciales oficiales” con el Gobierno de China Popular.  Además de la apertura de la oficina comercial de la China Continental, se iniciaron una serie de visitas que impactaron grandemente algunos sectores.

 

La tensión entre las dos chinas persiste. La gran China continental se apodera del mercado.  República Dominicana no está exenta de esa realidad.  Los años por venir nos darán la razón.



[1] Ibidem,p.559.
[2] Jacques Gernet, El mundo Chino, Barcelona, Editorial Crítica, 1991, p.537.
[3] Juan Hung Hui, Chinos en América, Madrid, Editorial MAPFRE, 1992.
[4] Ibidem, p. 12.
[5] Juan Hung Hui, Chinos en América, Madrid, Editorial MAPFRE, 1992
[6] Cf. El Caribe, 21 de mayo de 1962.
[7] Cf. La Nación 13 de marzo de 1963.
[8] Cf. Listín Diario, 9 de octubre de 1964.
[9] Comercios chinos dicen ayudan a abaratar vida. El Caribe, 23 de enero de 1965
[10] Balaguer asiste a recepción, Listín Diario, 11 de octubre de 1967.
[11] Cf. Listín Diario, 6 de septiembre de 1971.
[12]   Chinos se establecerán en zona franca, La Información, 6 de septiembre de 1984.
[13]Ibidem
[14] Esquea afirma gobierno no nacionalizará chinos, Listín Diario, 28 de octubre de 1985.
[15] Técnicos chinos responsables mejoría Industria del papel, Listín Diario, 23 de noviembre de 1987.
[16] Vicepresidente de China en Taiwán considera aumentarán Manifestaciones en Nación Vecina, Listín Diario, 26 de diciembre de 1986.

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