ENCUENTROS
“Diario íntimo. Cuatro. Lecciones aprendidas”
Por:
Mu-Kien Adriana Sang
¿Y qué es la vida, la mayor parte de las
veces, sino una constante, afanosa, leve y astuta fuga de uno mismo? Distraerse
es facil y natural; las ocasiones para hacerlo son infinitas y no conllevan esfuerzo alguno: Es
suficiente con apretar el botón de un mando a distancia cualquiera. Pero
distraerse demasiado es también muy peligroso: de tanto distraerse, al final
puede ocurrir que uno se levante por la mañana, se contemple en el espejo y vea
a una persona que no conoce ¿Quién soy? ¿A dónde voy? ¿Qué es lo que hago?
Susana Tamaro, Querida Matilda
Toda experiencia, buena o mala, triste o alegre, dulce
o agria, nos deja sus enseñanzas. Mis
dos grandes episodios con la salud me han hecho reflexionar mucho. Me hice muchas preguntas. Quería entender lo
que me estaba pasando. ¿Cuál ha de ser el significado de esta prueba que me ha
puesto la vida? ¿Cuál es el mensaje? ¿Qué debo hacer una vez superada la
crisis? ¿Servirá mi experiencia a otras personas? ¿Podría ayudar el que yo
transmita todos mis pensamientos y sentimientos?
Tomé la decisión de contar en este Encuentro el
cúmulo de pensamientos y sensaciones. Encontré respuesta en Susana Tamaro
cuando afirma que “la belleza que se
ha de perseguir en la escritura, en cambio, es toda interior: es la belleza de
la búsqueda, la belleza de la verdad, la belleza de la alegría, la intensidad
del dolor. Escribir es un camino para conocerse, para conocer y para ofrecerse
a través del conocimiento.... Escribir es un poco abandonarse a la corriente de
un río: junto con nosotros y el agua hay muchas otras cosas que corren. Cogeremos algunas y descartaremos otras. Lo
importante es no volverse rígidos, no juzgar, no decidir a priori, sino mantenernos
relajados y ligeros como un niño que juega.
Pocas veces me ha costado tanto escribir estas
pocas líneas en esta columna Encuentros.
Es más fácil hacer un análisis de la realidad, de un libro, o de una
situación externa a ti, a tus sentimientos y sensaciones. Difícil resulta desnudar tu alma ante
desconocidos. Superada esa barrera
inicial que me costó días decidir expongo ante ustedes la lecciones de esta
dura prueba.
- Ligera de equipaje:
En la mayoría de los casos pasamos por la vida
caminando como autómatas, sin percatarnos de la gente que nos rodea. A veces ofendemos sin querer y no somos
capaces de pedir excusas; a veces enviamos al olvido indigno a gente que
valoramos y verdaderamente apreciamos; otras veces la rapidez de la vida, nos impide
contactar más frecuentemente a los amigos.
Pienso que lo importante es pasar por la vida ligera de equipaje, sin
remordimientos ni resentimientos de ningún tipo. Pedir disculpas cuando ofendamos; hacer las
llamadas y visitas pertinentes a la gente que amas; mantener vigencia en la
vida de tus amigos, compartir con ellos las penas y las alegrías, es una forma
de aligerar tu propia carga. Cuando me
convencí de esto, hice varias llamadas.
Hablé con una amiga que tenía más de seis meses que no sabía de
ella. Me sentí tan bien de que
tuviésemos la oportunidad de poder contarnos de nuevo nuestras cosas. Nos
pusimos al día, supe de sus amores y desamores, de sus penas y alegrías, de las
preocupaciones por su hija casi adulta. Hice entonces una lista de llamadas que
pienso cumplir en los próximos días. Aprendí en estos días que debemos aprender
a expresar nuestros sentimientos.
- La soledad como reencuentro
Mi amiga Esther me había dicho una vez,
“Mu-Kien necesitas un tiempo de soledad y silencio, un tiempo de no hacer nada,
un encuentro contigo misma.” No le respondí, simplemente sonreí incrédula. ¡Un
tiempo de no hacer nada! ¡Vaya osadía!
Era de las personas que pensaba que el tiempo es tan valioso que había
que ocuparlo siempre. ¡Qué errada
estaba! Cuando cumplía horario de
trabajo, o no escribía un libro o un artículo, me dedicaba entonces a leer la
última novedad literaria. El tiempo restante era para dedicarlo a las labores
hogareñas y personales. Y tanto activismo fue sin dudas una mala orientación.
Creo que todo ser humano necesita un tiempo para sí, para pensar en nada, para
contemplar la naturaleza, simplemente para sentir el latir de su cuerpo, para
sentir con conciencia las sensaciones de la naturaleza... para ser con
libertad.
- El verdadero sentido de la familia
Lo he dicho otras veces, la familia ha de ser
el centro de la vida y la sociedad. La familia nuclear que decidiste formar, y
la familia ampliada de la que formas parte, constituyen referentes necesarios.
El mito de la familia ejemplar es algo que sólo parece viable en las revistas
rosas. No hay familias perfectas ¿Quién
es perfecto? A veces damos más
importancia al trabajo. Laboramos largas horas, llenamos nuestros días con
múltiples actividades, relegando a un segundo plano a la familia. Los hijos a veces constituyen estorbos, el
compañero o la compañera es una persona
a quien solo puedes compartir el cansancio de la noche y la prisa de la mañana.
Creo que se impone un equilibrio vital, donde todas nuestras dimensiones puedan
ser igualmente atendidas.
- Las cosas verdaderamente importantes
Nuestra sociedad nos ha enseñado que el tener
es más importante que el ser. Nos ha
dicho, restregado y agobiado mostrando que los triunfadores de esta sociedad
son los que tienen dinero, no importa su procedencia. Las páginas de las sociales nos muestran
hombres “poderosos” porque acumularon dinero, a veces de manera nada
santa. Pero la riqueza limpia y borra el
pasado. El poder político es un signo
también de posicionamiento social. Los
poderosos de ayer, hoy son olvidados y maltratados. Los que subieron el pasado 16 de agosto,
otrora en el ostracismo, son dueños de la situación, y la prensa adula, el
público los busca y hasta olvida.
Cuando miro todo esto me convenzo de que en la vida nada de eso es
importante. La esencia del ser humano
está en las obras que has dejado, en el ejemplo que puedes mostrar sin
avergonzarte. ¡Qué pena tener que soportar esa avaricia, esa pantalla vacía de
la apariencia sin esencia! Prefiero la vida llena de verdades y
realidades. Gracias por aceptar estas
reflexiones. Nos encontraremos en la próxima semana.
En estos tiempos tan confusos y
contradictorios hay una gran necesidad de acercarse a la parte más verdadera y
profunda de uno mismo, pero a menudo falta la capacidad de orientarse, de
comprender cuál es el camino justo que es necesario emprender...la meditación
es, ante todo, un estado de “presencia” y no –como se intenta hacer creer, un
estado de abstracción. Meditar quiere
decir estar presentes para nosotros mismos, ante la vida y las personas que nos
rodean, presentes ante el misterio que nos es común a todos.... En otras
palabras, en nuestra cabeza hay un constante agolpamiento de recuerdos,
hipótesis, juicios, esperanzas que nos impiden vivir en el presente. Sin embargo, el tiempo en la vida –el único
verdaderamente real- es el
presente. Dedicarse a la meditación
significa, antes que nada, aprender nuevamente a ver, aprender nuevamente a
escuchar. Solo cuando hayamos emprendido
este camino de reeducación comprenderemos qué poco habíamos visto hasta
entonces y qué poco habíamos oído.
Susana Tamaro, Querida Matilda
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