"Y... a pesar de todo...(2)"
Por Mu-Kien Adriana Sang
A pesar de mi pasado
que me espía a escondidas.
A pesar de mis angustias
que rasguñan mis costillas.
A pesar de mi energía
que se agota, se termina,
y del paso de los años,
de mis luchas, mis heridas.
A pesar de todo eso...
sigo apostando a la vida.
Autora: Silvina
Parece que el mundo tiene prisa, desde hace un tiempo ha
tomado un curso más agitado que nunca.
América Latina no es el único espacio en el mundo que vive momentos
difíciles y grita por transformaciones.
Creo que vivimos momentos de incertidumbre.
Como muchas otras grandes naciones, Francia parece que ha
decidido volcarse hacia la derecha.
Sorprendentemente el dominio de la centro izquierda terminó. Leonel Jospin, el heredero del reinado de
Miterrand perdió de nuevo la Presidencia de la República. Un Jean Marie Le Pen, la expresión máxima de
la ultra derecha, se ha fortalecido sorprendiendo al mundo al obtener la
oportunidad de pasar a la segunda vuelta. Cuando viví en Francia en los años
80, este ultra nacionalista radical, racista por demás, comenzaba su carrera
política. En aquel momento su aceptación
electoral no sobrepasaba el 5%, y ya ven, casi veinte años después ha logrado
calar en la opinión pública francesa que le ha otorgado una holgada posición en
desmedro del Partido Socialista. ¡Cuántas sorpresas trae consigo la vida!
Afganistán sigue siendo una tierra agredida por
todos. Parece que sus signos vitales son
la guerra y ser víctima de intereses internacionales diversos y
encontrados. Eterna guerra que parece
que no acabará nunca. Primero fue el pueblo víctima entre las dos potencias
enemigas de la Guerra Fría que se enfrentaban para ganar primacía. Finalizada
la división este - oeste, comenzó entonces el enfrentamiento interno, apoyado
por sectores terroristas, entre ellos el grupo de Al Quaeda dirigido por el muy
buscado Osama Bin Laden, se pasó al horror de los talibanes, un grupo
extremista, inhumano que sometió al pueblo al más cruel de los aislamientos. Ahora este pueblo no sólo sufre los embates
de la Guerra contra el Terrorismo, sino que ha sido el epicentro de mortales
terremotos que han contribuido a la secuela de exterminio, pobreza y horror. Me
pregunto, me pregunto, ¿podrá esta gente soñar, pensar y creer en la esperanza?
La situación en Israel y Palestina está al rojo vivo. Un líder palestino débil, enfermo e incapaz
de llamar y aglutinar sus fuerzas, se aferra a la idea de convertirse en mártir
para limpiar su imagen ante la
historia. Un Sharon arbitrario,
guerrerista, abandona la negociación para asumir una posición agresiva. Tal parece que el perdón, la capacidad de
negociación y reconocimiento del otro es algo imposible. El Estado de Israel
debe permanecer, pero es necesario también que se reconozca el derecho que
tiene el pueblo palestino no sólo de existir, sino de convertirse en nación.
Las tensiones entre la India y Pakistán están cada vez más
tensas. Nadie sabe si la cuerda se
romperá, si ambas naciones rivales harán uso de sus armas nucleares para
provocar una catástrofe de repercusiones impredecibles.
No veo claro el mundo hoy. Me acompaña un poco la duda, el
temor por las consecuencias que esta caldeada situación puede traer.
Retomo de nuevo el final del artículo anterior. Les recuerdo
que a pesar de mis gritos de desesperación e impotencia, de mis rabias
contenidas, de mi horror externado en palabras, sigo creyendo en la vida, en
las luchas cotidianas para sobrevivir y en el esfuerzo colectivo que
necesitamos para seguir transitando por el camino de la historia. A pesar de
mis desilusiones, de mis profundas heridas cuando la insensatez acapara y
obnubila a nuestros dirigentes; a pesar de que me descubro saboreando el amargo
sabor de la derrota; a pesar de que gozo lamiéndome las heridas sociales que me
producen las voluntades indiscutiblemente autoritarias; a pesar de todo eso,
sigo amando la vida, mantengo la esperanza por nuestra América Latina y sobre
todo sigo defendiendo con pasión el proyecto democrático en el mundo. Y, ya lo dije,
cuando siento que la desesperanza impedirá ver el horizonte, entonces me
detengo, me lleno de ilusiones para seguir el camino de la vida, cabalgando a
los cuatro vientos buscando siempre una estrella.
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