Pensamiento
caribeño en el siglo XIX. HOSTOS y la educación
Por: Mu-Kien
Adriana Sang
sangbenmukien@gmail.com
@MuKienAdriana
Educar es hacer lo que hace el agricultor con las plantas que cultiva.
Penetrar en el fondo o medio en que la planta arraiga. Facilitar el
esparcimiento de las raíces proporcionándole el terreno que tenga las
condiciones que han de favorecerle, facilitándole luz, calor y agua. Tratar de
que el tallo crezca recto evitándole cambios violentos de temperatura. Cuando
ya esté formada y fuerte, abandonarla a su libre albedrío.” Eugenio María de
Hostos
Eugenio María de
Hostos, como buen representante del positivismo, aseguraba que la única vía de salvación que tenían los pueblos
de su América amada era educarlos. A su juicio, y tenía toda la razón, la educación es el factor principal de
desarrollo, crecimiento, evolución y cambio del ser social [i] Para desarrollar
su idea, Hostos, como bien señala Javier Ocampo López [ii],
planteaba que en los países del continente latinoamericano solo podían realizar
la verdadera revolución mental si asumían a la educación como su principal
objetivo. Iba más lejos el pensador cuando decía que si los libertadores habían
consolidado los nuevos Estados Nacionales con sus triunfos políticos y militares,
serían los maestros quienes tenían el deber y la potestad de realizar la independencia
mental para el progreso y el adelanto en la formación de las nuevas
generaciones. Porque, seguía diciendo Hostos, solo la educación podía, y puede,
luchar contra la ignorancia, la superstición, el cretinismo y la barbarie [iii]. ¡Cuánta razón tenía el maestro!
A partir de estas
premisas, Hostos pasó entonces a desarrollar sus ideas pedagógicas:
1. El centro de
la educación debe ser la búsqueda de la verdad y la razón
2. Partiendo de
esta premisa, la misión de los educadores debe ser: desarrollar la razón en los
niños nutriéndola de la realidad y la verdad.
3. Pero esa
búsqueda de la verdad debe estar fundamentada en la moral y la virtud, pues,
decía el Maestro de América y el mundo, la moral se funda cuando se reconoce el
deber a través de la razón.
4. La formación
debe también desarrollar la virtud, que no es más, según Hostos, que el
cumplimiento de un deber en cada una de las situaciones y conflictos que se originan
entre la razón y los instintos. El ser
humano, afirmaba Hostos, debe vencer mediante la virtud el animal que lleva
dentro. Porque cada uno de los miembros de la raza humana debe cumplir con el
deber de ser siempre racionales, porque ahí radica nuestra fuerza (virtus).
5. La ciencia,
afirmaba Hostos convencido, no tiene sentido en sí misma si no sirve al bien.
En sus palabras: "Todo ha caducado
en el mundo, creencias, costumbres, gobiernos, razas, glorias históricas, tan
pronto como la ciencia ha penetrado en el fondo de la vida de la humanidad, le
ha pedido cuentas de los fines que le ha impuesto la naturaleza. Lo único que
ha sobrevivido a la investigación científica es la moral. Y ha sobrevivido,
porque el último fin de la ciencia es la moral. Y la moral es el último fin de
la ciencia, porque el bien es el fin de la verdad. Así providencialmente unida
al bien, la verdad es la única educación completa. Al educar la razón, educa a
la conciencia: al educar la conciencia, induce al bien."[iv]
El historiador y
educador, Raymundo González, en un
trabajo titulado "Los apuntes de un normalistas o la memoria del
Maestro", que sirvió de estudio analítico y presentación del libro "Apuntes de un
Normalista" publicado por el Archivo General de la Nación [v]
hace un interesante análisis sobre los cinco cursos que enseñaba Hostos e la
Escuela Normal, a saber: Ciencia Pedagógica, Moral individual, Prolegómenos de
moral, Prolegómenos de moral natural y Derecho Constitucional.
Señala González
que el pensamiento pedagógico hostosiano se sustentaba en las ideas de
Pestalozzi y Froebel, que seguían las ideas tanto de Rousseau como de Kant en
relación a las educación de la moral. En
los tres cursos dedicados a la moral, Hostos desarrolla la idea de que la
educación debía asumir el papel de regeneración social. El modelo de Hostos, sigue planteando
González, está sostenido en tres pilares. El primero, el Derecho
Constitucional, considerado como la ciencia de la ciencia del Estado. El
segundo era la educación, como el camino para la salvación. Y el tercero era la
relación entre la sociedad y el Estado Moderno.
La conclusión de
Hostos, afirma el investigador González, parte de un análisis de la herencia
histórica. El Maestro concluía con pesar que a la sociedad embrionaria nacida
de las guerras independentistas le faltaban "hombres
completos para trillar el camino propio hacia la civilización, el reconocer a
la mujer la participación activa que la
sociedad requiere para convertirse en una sociedad civilizada..."[vi]
Con este apretado
resumen, hemos presentado las principales ideas hostosianas en materia
educativa. Todo su pensamiento, el
político, pedagógico o social, se sustentaba en la verdad máxima enarbolada por
el positivismo: la verdad de la ciencia.
Hostos agrega a este saber científico, y ahí está su aporte, que la
ciencia no sólo debía estar a favor de
la verdad, sino que debía sustentarse en la virtud y la moral. El saber por el saber no tiene ningún
sentido, si su objetivo no es el desarrollo y el avance hacia estadios
superiores.
Lo interesante es
que todavía, a más de 100 años de distancia, todavía se está hablando sobre los
preceptos de la educación en Eugenio María de Hostos. Más aún, su vasta
producción sigue siendo objeto de interés para investigadores.
[i] Hostos,
Tratado de Sociología, en Obras Completas, vol. XVII, p.84
[ii]
Javier Ocampo López, "Eugenio María de Hostos, sus ideas americanistas y
educativas para la formación de los Maestros", en Revista Historia de la Educación
Latinoamericana, Año-vol. 6, Universidad
Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Tunja. Publicado por la Red de Revistas
Científicas de América Latina, España y Portugal, Universidad Autónoma del
Estado de México, http://redalyc.uaemex.mx/pdf/869/86900613.pdf
[iii]
Estas ideas además de estar contenidas en el trabajo valioso de Ocampo López,
fueron tomadas del discurso de Hostos en la investidura de los maestros
normales en la República Dominicana.
[iv]
Hostos, "El problema de la educación", discurso leído en el acto de
investidura de los maestros normales, citada por Javier Ocampo, óp. cit.
[v]
Hostos, Apuntes de un normalista, Santo Domingo, Archivo General de la
Nación, 2010
[vi]
Raymundo González, "Los apuntes
de un normalistas o la memoria del Maestro", en Hostos, Apuntes... ibídem,
p. 17
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