Pensamiento
caribeño en el siglo XIX. Hostos, 1
Por: Mu-Kien
Adriana Sang
@MuKienAdriana
La libertad no es más que la práctica de la razón y la razón un
instrumento, y nada más, de la verdad".
"Si quieres saber lo que es justicia, déjate perseguir por la
injusticia."
"Jamás será un deber el sacrificio del derecho colectivo."
"En donde el oficio y la intrucción están
unidos, allí la normalidad, allí la paz."
"Cuando no puedas ser justo por virtud, selo por orgullo."
"El deber de libertad es el derecho más simple
que ha dado su propia naturaleza del ser humano"
"El derecho de otro es deber nuestro y el derecho nuestro es deber
de otro."
"Siendo
iguales los deberes, son iguales los derechos"
"Querer ser libre es empezar a serlo"
"Los verdaderos amigos se hieren con la verdad para no perderlos con la mentira"
"No hay triunfo sin lucha, ni lucha sin sacrificio"
"No es patria si nos quitan el derecho de servirla, si la entregan a los que la desdeñan, si nos niegan posesión de lo nuestro". Hostos, pensamientos cortos.
"Querer ser libre es empezar a serlo"
"Los verdaderos amigos se hieren con la verdad para no perderlos con la mentira"
"No hay triunfo sin lucha, ni lucha sin sacrificio"
"No es patria si nos quitan el derecho de servirla, si la entregan a los que la desdeñan, si nos niegan posesión de lo nuestro". Hostos, pensamientos cortos.
Eugenio María de Hostos, aunque nació en Mayagüez, Puerto Rico en 1839, fue
un verdadero ciudadano de América. En su largo peregrinar por las tierras del
continente, intentó expandir sus ideas educativas y sociales a todo el
continente de América Latina. Murió en 1903 a la edad de 64 años.
Su pensamiento es diverso y su acción también. Amaba la libertad, luchó y
ofreció lo mejor de su talento por la causa de la libertad y de la educación
como factor de desarrollo. En su pensamiento político abogó por la unidad de
las Antillas y de América Latina. Fue el quinto de ocho hermanos. En 1852, Eugenio María de Hostos se trasladó a Bilbao (España), para finalizar su educación
secundaria. En 1858 ingresó en la
Universidad Central de Madrid, para estudiar en las Facultades de Derecho y
Filosofía y Letras.
Culto, activo,
trabajador, asumió la palabra, escrita y hablada como su principal arma de
lucha. Y con apenas 24 años, logró, en 1863, publicar la novela política
titulada “La peregrinación de Bayoán”. Era su forma de hacer entender a España la penosa situación
colonial de Cuba y Puerto Rico. En esta obra, su primera, se
cristalizó de manera concreta sus ideas de patriotismo y la necesidad de acabar
con el colonialismo, para pasar a un nuevo estadio, el de la soberanía y la
independencia. Joven rebelde convencido de la causa libertaria, formalizó una
petición al gobierno colonial español para liberar a las Antillas y a los
esclavos negros. Por supuesto que la
petición no fue escuchada por la Reina Isabel II, pero tuvo eco en la política
española, ganando adeptos en el republicanismo español. Este grupo de
republicanos españoles se comprometió con Hostos para ayudar en las luchas
independentistas en Cuba y Puerto
Rico.
En su periplo por
América para participar activamente en las causas liberales. Su primera escala
fue New York a fin de integrarse a la lucha armada que organizaba la emigración
por la independencia de ambas Antillas. Abandonó la cosmopolita ciudad
norteamericana para visitar República Dominicana, Colombia, Panamá, Perú,
Chile, Argentina y Brasil. En cada lugar visitado, pronunció célebres conferencias sobre la
igualdad de derecho para la mujer. Al llegar a Argentina se sumó a las voces
que pedían a gritos la construcción de la primera vía ferroviaria que cruzaría la
cordillera de los Andes. Al llegar a Venezuela le propusieron dirigir el
Colegio Nacional de Asunción. En nuestro país fundó en Santo Domingo la llamada
Escuela Normal. En los años subsiguientes se volcó de lleno a la actividad
pedagógica (1879-1888). Su experiencia en Chile fue importante en la
modernización de la educación.
Regresó a Puerto
Rico en 1898. En el momento en que España recibía el ataque abierto y agresivo
de Estados Unidos, que no podía tolerar que el viejo imperio español contara
con dos colonias en El Caribe. La Guerra Hispano-Estadounidense en Puerto Rico, que había estallado el 12
de mayo de 1898, cuando la Armada de los Estados Unidos bombardeo a San Juan, la capital de Puerto Rico, fue dura y decisiva. Los
norteamericanos bloquearon la bahía de San Juan. Los barcos españoles
contraatacaron en junio, pero no
pudieron, fracasaron en el intento. El bloqueo siguió. La fuerza norteamericana se impuso. Puerto Rico ya estaba definitivamente controlado
por el coloso norteño.
Hostos, llegó en
medio del conflicto. En su amada tierra no solo se sumó a las voces que
reclamaban la independencia de Puerto Rico, sino que fue uno de sus principales
líderes y activistas. Fue nombrado jefe de la comisión encargada de reclamar en
Estados Unidos la independencia de Puerto Rico.
Al poco tiempo decidió fundar la Liga de Patriotas con el objetivo y la
ilusión de educar al pueblo puertorriqueño sobre sus nuevos derechos bajo la
Constitución federal norteamericana.
La esperanza de
Hostos de ver materializada la independencia de su patria, quedó trunca. En
1900, el gobierno estadounidense promulgó la ley Foraker, que convertía a la
isla en una colonia de los Estados Unidos. Una gran decepción para Hostos. De nuevo partió. Ese mismo año volvió al país
y es nombrado Director General de Enseñanza, pero por muy poco tiempo, pues en
1903 falleció en su residencia de Las Marías en Santo Domingo. Sus restos reposan en el Panteón Nacional.
Seguimos en la próxima. Trataremos el libro “La peregrinación de Bayoán.
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