ENCUENTROS
“Yo Acuso.” (1)
Por: Mu-Kien Adriana Sang
“No creo que nadie...se atreva ahora a sostener que
yo, al criticar actuaciones del Ejecutivo, a la luz del día, en este recinto y
fuera de él...al proceder de acuerdo con las normas de la Constitución
Política, a manifestar mis opiniones...ME HAYA VUELTO EN CONTRA DEL MI PATRIA.
El Ejecutivo no es la patria y criticar sus actuaciones o diferir de ellas no
es volverse CONTRA LA PATRIA. Actuar
contra la patria es aceptar sumisamente, callar o defender cosas indefendibles.
Es aceptar sin protestas que, en el desarrollo de una política personalista que
no ha podido ser justificada ni explicada, a pesar de los largos discursos y de
las farragosas citas, se cometan injusticias y desaciertos que nos cubrirán de
vergüenza ante el mundo...Es aceptar que la politiquería interior prime sobre
las actuaciones internacionales. Con ello, se traiciona a la patria. Si la
patria no es un concepto antojadizo e interesado, si es algo puro, no ligado a
intereses materiales, justo y bello, sus intereses se confunden con los de la
verdad, la justicia y la libertad...” Pablo Neruda, Yo Acuso.
Decía Volodia Teitelboim, en el prólogo del libro “Yo
Acuso”, que la palabra de Nerudiana hizo estruendos en el hemiciclo chileno de
su época. Poeta amante del amor y de la
mujer (mujeres, para ser más precisa), defensor de la naturaleza y hombre civil
que nunca calló sus convicciones, y muy especialmente cuando se convirtió en
Senador de la República. “Se trata de un universo desparramado, suma de muchas
islas. A veces forman archipiélagos, como sus discursos en calidad de senador
de la República.” La participación de Pablo Neruda en el Senado chileno
(1945-1948), sus discursos poéticamente incendiarios, fueron recogidos por
Leonidas Aguirre Silva en un interesante libro que tituló Yo Acuso.
En 1945, después de haber sido electo senador, Pablo
Neruda pronunció un incendiario discurso: “Yo represento, decía, como escritor,
una actividad que pocas veces llega a influir en las decisiones
legislativas...En efecto los escritores, cuyas estatuas sirven después de su
muerte para tan excelentes discursos de inauguración y para tan alegres
romeras, han vivido y viven vidas difíciles y obscuras, a pesar de esclarecidas
condiciones y brillantes facultades...”
El libro hace un recorrido completo, transcribiendo las
actas de las sesiones en las que el poeta participó. Neruda intervino en aspectos de todo orden,
como los derecho de la mujer, la intervención electoral , el uso del
presupuesto por parte del gobierno...aprovechó el escenario para criticar el
fascismo, nazismo y el franquismo...y sobre todo fue un gran defensor y
alentador, en su condición de congresista, de las actividades culturales. Estuvo en el senado por un período de tres
años, hasta que en 1948, debido a sus fuertes críticas al Presidente González,
quien no sólo había enfrentado con violencia los disturbios sociales de los
trabajadores del cobre, sino que reprimió con fuerza al Partido Comunista
Chileno, que a principios de los años 40 había tenido un auge
impresionante. Neruda enfrentó al Jefe
de Estado Chileno a través de lo que él mejor hacía: la palabra. Denunció a través de importantes diarios de América Latina, como El Nacional
de Caracas, la situación de su país.
Esta acción suya tuvo sus consecuencias. El Gobierno la consideró
“injuriosa y lesiva para el prestigio de Chile en el extranjero”, y inició un
proceso de desafuero en contra del poeta.
En la última sesión en que pudo participar en el Senado, el 6 de enero
de 1948, pronunció su célebre discurso “Yo Acuso”, en el cual hizo una
brillante exposición en la que demostraba los compromisos adquiridos y no
cumplidos por el Presidente González Videla; y acusaba al Gobierno de reprimir
violentamente a las organizaciones sindicales, conducir mal las relaciones
exteriores y obligar a las Fuerzas Armadas chilenas a actuar en labores
policiales, y sobre todo de encadenar la libertad de expresión.
El gobierno salió triunfante, y el 3 de febrero de 1948,
al Corte Suprema de Chile aprobó el desafuero en contra del Senador poeta y dos
días después fue detenido. Fue
perseguido, pero Neruda pudo ocultarse por casi un año. Vivió en la clandestinidad hasta febrero de
1949, cuando pudo cruzar la Cordillera de Los Andes, permaneciendo en el exilio
hasta 1952.
“Siempre sería poco sostener que, en la última jornada
presidencial, el pueblo de Chile votó por un programa y no por un caudillo,
votó por principios y no por banderas manchadas por el trafico electoral, votó
por la soberanía de la patria y la independencia económica y no por la
subyugación y la entrega al imperialismo extranjero...
“La política importan tanto por los hechos mismos como
por sus consecuencias..”
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