lunes, 29 de abril de 2013

Reelección. Los mismos problemas


ENCUENTROS            


Historia y reelección.

Los mismos problemas y dos nuevas Constituciones (1978-2003)

 

Por Mu -Kien Adriana Sang

 

 

¿Democracia política? El reinado del PRD (1978-1986)

 

Los aires de libertad y democratización que se iniciaron con el Gobierno de Don Antonio hicieron posible que el movimiento de izquierda, reprimido, clandestino y subversivo, saliera a la luz y participara abiertamente en el debate político.  Con el retorno de la democracia, la izquierda asume la fórmula establecida por la democracia para la disputa del poder.  Este camino le conducirá a integrarse a los grandes partidos tradicionales.  Los menos, como el PCD, continuarán reclamando la necesidad de cambio del sistema.

 

Pero los aires de libertad que se respiraban, se empañaron con las contradicciones entre Jorge Blanco y Antonio Guzmán. En las elecciones de 1982 el PRD se mantuvo  en el poder.  Jorge Blanco había ganado la candidatura por su partido después de un largo enfrentamiento entre tendencias distintas en el seno del PRD, que había dejado profundas heridas. 

 

Al gobierno del Dr. Salvador Jorge Blanco le tocó asumir la decisión de hacer los profundos ajustes económicos que demandaban las condiciones y exigían los organismos internacionales, en especial el Fondo Monetario Internacional.  Estos ajustes económicos provocaron una profunda crisis social y política. Las masas populares, dirigidas por sus líderes, tomaron las calles en la ciudad capital y provocaron disturbios en distintas comunidades nacional.  Desbordado por los acontecimientos, el gobierno optó por usar a las Fuerzas Armadas para restablecer el orden.  Se calcula que el saldo de muertos ronda las trescientas víctimas.  Nueva y profunda herida a la democracia dominicana.

 

La corrupción estatal, tema favorito en la campaña presidencial de Jorge Blanco, fue un serio problema de su gestión.  El PRD seguía acorralado por sus luchas internas, por lo que su presencia en el debate nacional fue muy limitada.  Peña Gómez, para salvar la crisis, promovió las “tendencias”. Esta fórmula resultó ser un instrumento de fortalecimiento, pero también de debilidad.  La existencia de esas  tendencias son las que explican el enfrentamiento entre Dr. Salvador Jorge Blanco y Don Antonio Guzmán y el fracaso electoral de Majluta.  El enfrentamiento interno en el PRD abrió las puertas para el triunfo del Dr. Balaguer en mayo de 1986.

 

 

 

 

 

 

Retorno del Rey  (1986-1996)

 

 

En 1986 el Dr. Balaguer retorna al poder,  después de ganar las elecciones y de haber permanecido dos períodos en la oposición. Para entonces contaba con ochenta y seis años de edad y estaba aquejado de graves dolencias de salud. Retornó al poder en un contexto internacional distinto.  La Guerra Fría tocó a su fin; el mundo socialista inicia su desmembramiento; la unipolaridad a favor de Estados Unidos se impuso a la bipolaridad anterior y la democracia como régimen político tomó carta de ciudadanía mundial.  En lo económico se había impuesto la apertura de las economías y la globalización, que implicaba la competitividad entre las naciones. 

 

Balaguer se vio obligado a aceptar las exigencias de los nuevos tiempos. Inició, bajo el amparo de los organismos de las Naciones Unidas, la puesta en marcha de reformas económicas que propiciaran la integración del país en el nuevo esquema internacional.  Acostumbrado a dirigir un Estado promotor directo del crecimiento económico, se vio obligado a defender que la iniciativa privada y el mercado se constituían los motores de la economía..

 

En 1990 se celebraron las elecciones generales, apareciendo el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) como una fuerte opción de gobierno ayudado por las luchas internas en el PRD que le habían disminuido sus posibilidades como opción de poder.  Así las cosas, el enfrentamiento fue entre el Partido Reformista, llevando como candidato a una nueva elección al Dr. Balaguer, y el Partido de la Liberación Dominicana, con el Profesor Juan Bosch como candidato. 

 

Balaguer fue proclamado como el triunfador en las elecciones. El PLD no reconoció el “triunfo”  alegando “un fraude descomunal” en su contra.  Pero perdió, y Balaguer inauguró su nuevo cuatrienio. Este segundo período de Balaguer se inició  con una profunda crisis política que seguía a la económica, iniciada al final de los ochentas.

 

Llegaron las elecciones de mayo de 1994, con un PRD fortalecido y unificado alrededor de su líder, el Dr. José Francisco Peña Gómez, como candidato a la Presidencia. Gracias a su capacidad de negociación logra agenciarse el apoyo de un número considerado de pequeños partidos y movimientos políticos, de la izquierda y la derecha, conformando el llamado Acuerdo de Santo Domingo.

 

El mismo 16 de mayo de 1994, a pocas horas de iniciarse las elecciones, se reportaron ocurrencias de anomalías.  Terminada la jornada de votación y al conocerse los resultados provisionales que daban victorioso al Dr. Joaquín Balaguer, el PRD denunció que a una parte significativa de sus militantes se le impidió votar porque fueron sacados del Padrón Electoral. El PRD denunció entonces un fraude cometido en su contra, y anunció que no aceptaba el resultado de las elecciones y que lucharía, por las vías legales y en todos los espacios, para evitar que el despojo del poder.  No obstante esto, la Junta Central Electoral siguió firme y declaró vencedor al Dr. Joaquín Balaguer.

 

Las denuncias del PRD, los reclamos de las organizaciones de la Sociedad Civil y la presión internacional, sobre todo del gobierno de Estados Unidos, hicieron que la Junta Central Electoral formara una comisión especial, integrada por miembros de la propia Junta y por representantes de la Sociedad Civil, para que rindieran un informe sobre lo ocurrido en las elecciones.  Esta comisión en su informe final expresó que había comprobado la existencia de dos padrones y la exclusión y dislocamiento de electores.  Expresó también que estas irregularidades no podían atribuirse a errores técnicos.

 

Frente al informe de la Comisión el cuestionamiento al proceso, se cuestionaba la legitimidad de un gobierno surgido de estas elecciones.  La crisis estalló y se iniciaron las negociaciones en busca de una salida antes del 16 de agosto.

 

Un pacto y una reforma Constitucional


 

El 14 de agosto de 1996 con la mediación de representantes de la sociedad civil y de organismos internacionales, se firmó en el Palacio Nacional el “Pacto por la Democracia” que puso fin a la crisis política.  Mediante el cual se aprobaron profundas reformas al sistema político, que además de significar factores de su modernización y el fortalecimiento de la institucionalidad democrática. Estas reformas aprobadas fueron  las siguientes:  acortamiento a dos años del periodo presidencial del Dr. Balaguer; prohibición de la reelección al Presidente de la República en el período inmediato; la separación de las elecciones presidenciales de las congresionales y municipales; establecimiento de la mayoría absoluta para ganar en las elecciones presidenciales; la segunda vuelta electoral si ningún candidato obtiene la mayoría absoluta de los votos en la primera vuelta; el establecimiento de los Distritos Electorales para las elecciones Congresionales y Municipales;  la introducción de los colegios cerrados como modalidad electoral y la creación del Consejo Nacional de la Magistratura para la elección de los Jueces de la Suprema Corte de Justicia.

 

La crisis del 1994 no valió para mucho, porque después de un merecido respiro, volvimos a lo mismo.  El año pasado se modificó la Constitución ¡una vez más! Y ¡sorpresa! Se instauró la reelección presidencial, y como en época de Lilís, todo ese largo proceso, se hizo con el único propósito emular a ¡la gran democracia americana!

El Presidente sigue firme de que se va a presentar, a pesar de haber dicho una y otra vez ¡No voy!.  Los siete lo enfrentan.  Y mientras tanto el país sigue su agitado curso a la agudización de su crisis económica.

 

 ¡Qué larga, accidentada, triste, frustrante, irritante y reiterativa es nuestra historia política!

 



 

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