ENCUENTROS
Historia
y reelección.
Los
mismos problemas y dos nuevas Constituciones (1978-2003)
Por Mu -Kien Adriana Sang
¿Democracia política? El reinado del PRD
(1978-1986)
Los aires de libertad y democratización que se
iniciaron con el Gobierno de Don Antonio hicieron posible que el movimiento de
izquierda, reprimido, clandestino y subversivo, saliera a la luz y participara
abiertamente en el debate político. Con
el retorno de la democracia, la izquierda asume la fórmula establecida por la
democracia para la disputa del poder.
Este camino le conducirá a integrarse a los grandes partidos
tradicionales. Los menos, como el PCD,
continuarán reclamando la necesidad de cambio del sistema.
Pero los aires de libertad que se respiraban,
se empañaron con las contradicciones entre Jorge Blanco y Antonio Guzmán. En
las elecciones de 1982 el PRD se mantuvo
en el poder. Jorge Blanco había
ganado la candidatura por su partido después de un largo enfrentamiento entre
tendencias distintas en el seno del PRD, que había dejado profundas
heridas.
Al gobierno del Dr. Salvador Jorge Blanco le
tocó asumir la decisión de hacer los profundos ajustes económicos que
demandaban las condiciones y exigían los organismos internacionales, en
especial el Fondo Monetario Internacional.
Estos ajustes económicos provocaron una profunda crisis social y
política. Las masas populares, dirigidas por sus líderes, tomaron las calles en
la ciudad capital y provocaron disturbios en distintas comunidades
nacional. Desbordado por los acontecimientos,
el gobierno optó por usar a las Fuerzas Armadas para restablecer el orden. Se calcula que el saldo de muertos ronda las
trescientas víctimas. Nueva y profunda
herida a la democracia dominicana.
La corrupción estatal, tema favorito en la campaña
presidencial de Jorge Blanco, fue un serio problema de su gestión. El PRD seguía acorralado por sus luchas
internas, por lo que su presencia en el debate nacional fue muy limitada. Peña Gómez, para salvar la crisis, promovió
las “tendencias”. Esta fórmula resultó ser un instrumento de fortalecimiento,
pero también de debilidad. La existencia
de esas tendencias son las que explican
el enfrentamiento entre Dr. Salvador Jorge Blanco y Don Antonio Guzmán y el
fracaso electoral de Majluta. El enfrentamiento
interno en el PRD abrió las puertas para el triunfo del Dr. Balaguer en mayo de
1986.
Retorno del Rey
(1986-1996)
En 1986 el Dr. Balaguer retorna al poder, después de ganar las elecciones y de haber
permanecido dos períodos en la oposición. Para entonces contaba con ochenta y
seis años de edad y estaba aquejado de graves dolencias de salud. Retornó al
poder en un contexto internacional distinto.
La Guerra Fría tocó a su fin; el mundo socialista inicia su
desmembramiento; la unipolaridad a favor de Estados Unidos se impuso a la
bipolaridad anterior y la democracia como régimen político tomó carta de
ciudadanía mundial. En lo económico se
había impuesto la apertura de las economías y la globalización, que implicaba
la competitividad entre las naciones.
Balaguer se vio obligado a aceptar las
exigencias de los nuevos tiempos. Inició, bajo el amparo de los organismos de
las Naciones Unidas, la puesta en marcha de reformas económicas que propiciaran
la integración del país en el nuevo esquema internacional. Acostumbrado a dirigir un Estado promotor
directo del crecimiento económico, se vio obligado a defender que la iniciativa
privada y el mercado se constituían los motores de la economía..
En 1990 se celebraron las elecciones generales,
apareciendo el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) como una fuerte opción
de gobierno ayudado por las luchas internas en el PRD que le habían disminuido
sus posibilidades como opción de poder.
Así las cosas, el enfrentamiento fue entre el Partido Reformista,
llevando como candidato a una nueva elección al Dr. Balaguer, y el Partido de
la Liberación Dominicana, con el Profesor Juan Bosch como candidato.
Balaguer fue proclamado como el triunfador en
las elecciones. El PLD no reconoció el “triunfo” alegando “un fraude descomunal” en su
contra. Pero perdió, y Balaguer inauguró
su nuevo cuatrienio. Este segundo período de Balaguer se inició con una profunda crisis política que seguía a
la económica, iniciada al final de los ochentas.
Llegaron las elecciones de mayo de 1994, con un
PRD fortalecido y unificado alrededor de su líder, el Dr. José Francisco Peña
Gómez, como candidato a la Presidencia. Gracias a su capacidad de negociación
logra agenciarse el apoyo de un número considerado de pequeños partidos y
movimientos políticos, de la izquierda y la derecha, conformando el llamado
Acuerdo de Santo Domingo.
El mismo 16 de mayo de 1994, a pocas horas de
iniciarse las elecciones, se reportaron ocurrencias de anomalías. Terminada la jornada de votación y al
conocerse los resultados provisionales que daban victorioso al Dr. Joaquín
Balaguer, el PRD denunció que a una parte significativa de sus militantes se le
impidió votar porque fueron sacados del Padrón Electoral. El PRD denunció
entonces un fraude cometido en su contra, y anunció que no aceptaba el
resultado de las elecciones y que lucharía, por las vías legales y en todos los
espacios, para evitar que el despojo del poder.
No obstante esto, la Junta Central Electoral siguió firme y declaró
vencedor al Dr. Joaquín Balaguer.
Las denuncias del
PRD, los reclamos de las organizaciones de la Sociedad Civil y la presión
internacional, sobre todo del gobierno de Estados Unidos, hicieron que la Junta
Central Electoral formara una comisión especial, integrada por miembros de la
propia Junta y por representantes de la Sociedad Civil, para que rindieran un
informe sobre lo ocurrido en las elecciones.
Esta comisión en su informe final expresó que había comprobado la
existencia de dos padrones y la exclusión y dislocamiento de electores. Expresó también que estas irregularidades no
podían atribuirse a errores técnicos.
Frente al informe de la Comisión el
cuestionamiento al proceso, se cuestionaba la legitimidad de un gobierno
surgido de estas elecciones. La crisis
estalló y se iniciaron las negociaciones en busca de una salida antes del 16 de
agosto.
Un pacto y una reforma Constitucional
El 14 de agosto de 1996 con la mediación de
representantes de la sociedad civil y de organismos internacionales, se firmó
en el Palacio Nacional el “Pacto por la Democracia” que puso fin a la crisis
política. Mediante el cual se aprobaron
profundas reformas al sistema político, que además de significar factores de su
modernización y el fortalecimiento de la institucionalidad democrática. Estas
reformas aprobadas fueron las
siguientes: acortamiento a dos años del
periodo presidencial del Dr. Balaguer; prohibición de la reelección al
Presidente de la República en el período inmediato; la separación de las
elecciones presidenciales de las congresionales y municipales; establecimiento
de la mayoría absoluta para ganar en las elecciones presidenciales; la segunda
vuelta electoral si ningún candidato obtiene la mayoría absoluta de los votos
en la primera vuelta; el establecimiento de los Distritos Electorales para las
elecciones Congresionales y Municipales;
la introducción de los colegios cerrados como modalidad electoral y la
creación del Consejo Nacional de la Magistratura para la elección de los Jueces
de la Suprema Corte de Justicia.
La crisis del 1994 no valió para mucho, porque después de
un merecido respiro, volvimos a lo mismo.
El año pasado se
modificó la Constitución ¡una vez más! Y ¡sorpresa! Se instauró la reelección
presidencial, y como en época de Lilís, todo ese largo proceso, se hizo con el
único propósito emular a ¡la gran democracia americana!
El Presidente sigue firme de que se va a presentar, a
pesar de haber dicho una y otra vez ¡No voy!.
Los siete lo enfrentan. Y
mientras tanto el país sigue su agitado curso a la agudización de su crisis
económica.
¡Qué larga,
accidentada, triste, frustrante, irritante y reiterativa es nuestra historia
política!
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