martes, 16 de abril de 2013

La moral social hostosiana


Pensamiento caribeño en el siglo XIX.  La moral social hostosiana

 

Por: Mu-Kien Adriana Sang



@MuKienAdriana

 

Un día se levantaron alarmados mis discípulos. Vinieron a mí, y me dijero:

-Maestro, urge publicar la Moral.

-y ¿Por qué urge?|

-Porque los enemigos de nuestras doctrinas van por todas partes predicando que son doctrinas inmorales.

-Mal predica quien mal vive, y mal vive quien mal piensa y quien mal dice.

-Siñ pero no es tiempo de responder con comparaciones, sino con pruebas.

-Bien predica quien bien vive.

-Pero no se trata de las pruebas de conciencia, que siempre son ineficaces para los malignos.

-¿Entonces se tratará pruebas de apariencia, que siempre son eficaces para los benignos?

-No. Se trata de pruebas contundentes.

-Pues eso es inmoral: la moral no contundente.

Eugenio María de Hostos, Prólogo a la primera edición, 1888.[i]

 

 

La magistral obra de Eugenio María de Hostos, Moral Social, fue escrita en nuestro país durante el año de 1887. Fue publicada en Madrid en 1906 por la imprenda Bailly-Bailliere e hijos.  Escrita en un lenguaje atractivo de fácil lectura, Hostos plantea la necesidad de que la sociedad toda entera se aboque a trabajar por una ética colectiva, única salvación para que las sociedades se libren de las ambiciones de poder y dinero que han marcado las historias de sus comunidades. A pesar de haber sido escrita hace más de 100 años, su contenido tiene una importante y terrible vigencia en el mundo de hoy.

 

Hurgando sobre el tema, localicé un excelente trabajo del fenecido académico ALBERTO SÁNCHEZ ÁLVAREZ-INSÚA, quien fuera científico Titular del Instituto de Filosofía del CSIC  y director dela revista ARBOR.  El ensayo se titulaba MORAL SOCIAL DE EUGENIO MARÍA DE HOSTOS y fue publicado por la revista que dirigía en abril de 2007 [ii]

 

Inicia el ensayo parafraseando el pensamiento del intelectual puertorriqueño quien decía que  al pensar en  una nación, tenía necesariamente que pensar en todas; porque, continuaba, pensar Puerto Rico es pensar en Cuba, en las Antillas, y en todo el continente americano.

 

Al abordar el tema de la moral social en el pensamiento hostosiano, Sánchez Álvarez-Insúa, sostiene que los planteamientos morales nunca han sido ajenos al discurso narrativo de la identidad nacional. Para reafirmar su idea señala que en los inicios del siglo XX esta idea irrumpe en muchos intelectuales europeos. Y pone como ejemplo el libro Cuore (1886) de Edmundo d’Amicis traducido al castellano por Hermenegildo Giner de los Ríos, obra que en poco tiempo se convirtió en texto obligado durante la II República.  Y, por supuesto, esta idea, continúa escribiendo, llegó al alma y la razón de Hostos.

 

Hostos termina de escribir a finales de 1887. En esta obra, Hostos, el llamado con toda la razón por sus colegas como el “ciudadano de América”, imbuido de su ansia de verdad, su pasión por el bien, y su vocación apostólica, aplica los que han sido sus conocimientos de la realidad española, europea, antillana y americana, que ha ido acumulando primero desde su cuna portorriqueña, luego en su estancia en España desde 1851, es decir, desde su adolescencia de doce años hasta cumplir los treinta. Conoce pues bien la injusticia social, la opresión colonial, los males que asolan España, los que atormenta a Europa, los desgarramientos de las nuevas naciones de América. [iii]

 

Sostiene el autor del ensayo, que Hostos, después de haber vivido varias experiencias negativas durante su participación política, cambió su discurso optimista. Los hechos terribles le hicieron concluir que  la moral y la política han situado entre ambas una barrera infranqueable: Hablemos de la política activa, del continuo aplicar del derecho a las normas de vivir social, del continuo ludir de poderes con derechos en la lucha continua por el poder. La ineficacia de la moral en la política se ha convertido en regla de conducta universal [...] en todas partes está la política tan divorciada de la moral, que es una prueba de incapacidad política el mostrarse inclinado a ser moral” [iv]

 

El autor destaca como parte esencial del pensamiento de Hostos, el distanciamiento entre moral  y política. ¿Quién es culpable de dicho distanciamiento? La respuesta de Hostos es más que elocuente: centralismo y una administración pública corrupta.  A excepción, en Europa, de aquellos países en los cuales la adherencia de los grupos sociales es por si sola una fuerza moralizadora, en todas las demás es  necesariamente corrompida  y corruptora de la administración pública.

 

Durante su peregrinar por América, Hostos defendió sus ideas y, por supuesto atacó duramente a los países que tenían estados centralistas y autoritarios, definidos por el maestro como corruptos  por antonomasia y por nacimiento. Porque, decía el gran maestro, que el dictador ejercerá el poder siempre de manera personal y absorbente de las iniciativas de las demás instituciones. En este modelo, seguía diciendo el maestro de América, la ley se sustituye por la voluntad del gobernante. Y este poder absoluto, trae como consecuencia la desorganización, la cual a su vez, genera corrupción. Peor aún, la fuerza pública está al servicio del gobernante, y con ella se corrompe por miedo o por soborno. El gobernante autoritario y déspota, dispone de todos los empleos, y con ellos corrompe por soborno o por miedo.  

 

Un elemento importante que destaca el autor es la relación que hacía Hostos acerca de la moral pública y la moral privada. Hostos fue crítico y duro, muy duro con los profesionales que deciden hacer carrera para ganar dinero, el afán de lucro. La elección profesional, afirmaba,  debe orientarse no por el afán de lucro ni por la prepotencia o vanidad sociales, sino por el servicio a los demás. Concluía con una idea contundente. Para Hostos, lo importante no era tener, sino ser.

 

Alberto Sánchez Álvarez-Insúa  concluye su brillante artículo con una reflexión muy interesante: Hoy, a más de un siglo de distancia, las ideas centralistas no han ni mucho menos  desaparecido. Es más se plantean incluso desde posiciones pretendidamente de izquierda. Nacionalismo y regionalismo, serían, en su discurso, un planteamiento burgués. Lo que se calla es que centralismo es igual a falta de democracia. [v]

 



[i] Eugenio María de Hostos, Moral Social, www.cielonaranja.com, julio 2006.
[ii]  Alberto Sánchez Álvarez-Insúa,  Moral social de Eurenio María de Hostos, ARBOR Ciencia, Pensamiento y Cultura, CLXXXIII 724 marzo-abril (2007) 211-216 ISSN: 0210-1963  
[iii] Ibídem
[iv] Ibídem
[v] Ibídem

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